Sebastián Castella |
VÍCTOR
DIUSABÁ ROJAS
@VictorDiusabaR
Fotos.
Santiago Osorio - EFE
El diestro francés Sebastián Castella junto al
colombiano José Arcila se convirtieron en los grandes triunfadores del festival
taurino de la 65ª Feria de Manizales al cortar, cada uno de ellos, dos orejas. Los
novillos toros de Ernesto Gutiérrez Arango fueron desiguales de comportamiento,
con un notable quinto al que se premio con la vuelta al ruedo.
El torero francés Sebastián Castella volvió a usar
el camino que más le gusta en Manizales, aquel que lleva al éxito. Y el torero
local José Arcila le siguió los pasos. Ambos se convirtieron así en
triunfadores del festival taurino que contó con lleno en los tendidos.
El festejo tuvo como apertura a un novillo que
metió la cara y repitió en el templado capote de Enrique Ponce. En la muleta en
cambio se quedó corto y fue mirón. Pero era Ponce y las cosas fueron a mejor,
con mando y temple. Pinchazo y espada desprendida.
El segundo para El Juli, que comenzó con lentitud
y se hizo pronto al mando sin despeinarse. Pero el novillo se apagó pronto y
todo debió correr por cuenta del diestro español. Pinchazos, entera y silencio
tras aviso.
El tercero, último de El Cid en Colombia, no
mostró de aparición muchos arrestos. El torero andaluz se vio obligado entonces
a tirar del animal en procura de lograr respuestas. De ahí salió una muestra de
voluntad que si bien despertó el cariño de los tendidos no pudo contarse en
términos de cantidad y calidad porque el de Gutiérrez no colaboró. Espada
trasera y descabello. Palmas tras aviso.
Lecciones con el capote de Sebastián Castella
sirvieron para darle la bienvenida al cuarto de la noche, que empujó en el
caballo. En la muleta, francés dio casi de inmediato con la veta y las tandas
de naturales y derechazos se dejaron venir encadenados y rítmicos, ante un
ejemplar con mejor comienzo que final. Espadazo y dos orejas.
El torero local José Arcila dijo presente en el
quinto con lances que tocaron el techo de la plaza por su variedad y torería.
La suerte de la silla revivió viejos tiempos y a partir de ahí todo fue redondo
en temple y eco de los tendidos. Había un torero en el ruedo dueño de sí y de
su futuro, con las notas del pasodoble de la Feria. Espada perpendicular y dos
orejas a ley, como la vuelta al ruedo al toro.
David Martínez se estrenaba en este ruedo y los
deseos de hacerse lugar en la afición de la Monumental asomaron desde el primer
momento. Conectó con la gente en las banderillas puestas en lo alto. Con la
muleta el novillo se paró y Martínez tuvo que echar mano de todos los recursos
válidos en la lidia para sacar algún partido. Larga sesión de pinchazos y dos
avisos entre palmas y protestas.
Pablo Aguado tenía puestos encima los ojos de la
expectativa. El novillo punteó en las primeras suertes. Y lo siguió haciendo,
solo que Pablo Aguado capeó, hasta donde pudo, ese temporal con garbo y mucho
sitio. Espadazo, descabello y palmas tras un aviso. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Ernesto Gutiérrez Arango. Se le dio la vuelta al ruedo al quinto.
Enrique
Ponce, pinchazo y desprendida,
saludo tras aviso.
El
Juli, cuatro pinchazos y entera.
Silencio tras aviso.
El
Cid, entera y tres intentos de
descabello. Palmas tras aviso.
Sebastián
Castella, espadazo y dos orejas.
José
Arcila, espada perpendicular y
dos orejas.
David
Martínez, siete pinchazos y
entera. División de opiniones tras dos avisos.
Pablo
Aguado, espadazo y descabello.
Palmas tras aviso.
José Arcila |
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