El
rumor de la reaparición del diestro extremeño ha animado el cotarro en los
primeros días de 2020. También se habló –en voces de distinto volumen- de la
desaparición del programa de Manolo Molés
ÁLVARO R.
DEL MORAL
@ardelmoral
Diario CORREO
DE ANDALUCÍA
Lo que se sabe, o lo que no...
La información taurina experimenta un curioso y
conocido parón de Navidad a Reyes. Pero ese apagón informativo no ha impedido
que se propale un rumor que –aún está por ver- podría ser la antesala de la
primera noticia de calado del año que se estrena. Ojo: los interesados aún no
han dicho esta boca es mía pero, a falta de la preceptiva confirmación oficial,
se quiere dar por hecha la reaparición de Alejandro Talavante con plaza, fecha,
ganado y hasta ‘partenaire’. La primera voz la ha alzado –vía Twitter- el periodista
charro Javier Hernández dando pelos y señales: la vuelta del ‘Tala’ se
verificaría el próximo 11 de abril en la plaza de Arlés, en un presunto mano a
mano con el joven diestro francés Juan Leal. ¿Está manejando Talavante los
tiempos y el tratamiento de la información al estilo José Tomás? El de Badajoz
–que no ha dicho aún esta boca es mía- también podría estar acariciando la idea
de emular a su ídolo eligiendo contados escenarios, ciertos compañeros y fechas
precisas como medio de elevar su caché. Esa pretensión tuvo mucho que ver en el
enredo del bucle melancólico que le llevó a marcharse a por tabaco después de
su fallido pronunciamiento –rodando en el bombo de Simón Casas- del otoño
madrileño de 2018. Pero una cosa es lo que se pretende y otra muy distinta lo
que dictan los públicos que, al fin y al cabo, terminarán de dar carta de
naturaleza a esta presunta etapa profesional que podría inaugurar el
inconstante diestro pacense el próximo Sábado Santo. No está de más recordar
que antes de su eclipse, el tirón taquillero de don Alejandro era inversamente
proporcional a esas astronómicas aspiraciones dinerarias que precipitaron su
ruptura con la familia Matilla. A partir de ahí llegaron los cuarenta día en el
desiero. Las cosas se confirmarán –o se dejarán de confirmar- muy pronto.
Cosas de Resurrección
Y una cosa lleva a la otra. Juan Bautista
–empresario de Arlés y futuro ‘capo di tutti cappi’ de la patronal taurina
francesa- también tendría otros ases en la manga para armar la lujosa Feria del
Arroz del coliseo arlesiano. Uno de ellos es la encerrona en solitario de Diego
Ventura. Pero en las claves de estrategia taurina nos interesa más el amarre de
José María Manzanares en la tarde del Domingo de Resurrección, al día siguiente
de la hipotética reencarnación talavantista. La decisión del alicantino, que
dejaría libre su hueco habitual en la plaza de Maestranza, pondría las cosas
algo más fáciles a Ramón Valencia para resolver la ecuación del lujoso cartel
pascual, que la calle ya ha dictado. El aficionado da por hecha una terna
natural en la que brillan los nombres de Morante, Roca Rey y Pablo Aguado...
con permiso de El Juli. Eso sí: la previsible entrada en danza de Talavante
añade un nuevo perejil a la salsa abrileña. Tampoco tardaremos demasiado en
saber qué sabor tiene este guiso que podría ser la llave de la espina dorsal de
esa Feria de Abril que empezará a confeccionarse este mismo martes siguiendo
las trazas del patrón marcado por el empresario en los huecos de las
vacaciones. Valencia y Pedro Rodríguez Tamayo ya contarían con el elenco
ganadero para dar forma al puzzle. No habrá sorpresas en ese apartado campero.
Lo más llamativo, según la información adelantada hace escasas fechas por El
Mundo, sería el hipotético doblete de las vacadas de Garcigrande, Cuvillo, Juan
Pedro Domecq y Victoriano del Río en la temporada hispalense. Repetiría Santi
Domecq después de la excelente corrida lidiada en su debut ferial; también se
da por hecha la presencia La Palmosilla, que afianza su posición en el elenco
ganadero hispelense. Y tampoco faltarían clásicos en la programación taurina
maestrante como Jandilla o Fuente Ymbro a las que habría que sumar la clásica
cuota torista desdoblada entre los hierros de Victorino Martín y Miura, que
volverá a ejercer su papel de cierre del ciclo ferial. Pues esto vuelve a
empezar...
De la retirada de Manolo Molés
El veterano comunicador ha puesto el candado al
programa ‘Los Toros’ a punto de cumplir medio siglo en antena. La información
taurina, previsiblemente, desaparecerá de la SER junto a la inconfundible
sintonía de José Luis del Serranito que servía de nexo a los parroquianos de
‘El Larguero’ con los fieles de la tribuna noctámbula de Molés. La desaparición
de un espacio taurino, en cualquier caso, nunca es una buena noticia para este
peculiar planeta aunque sus protagonistas hayan vuelto a mostrar la habitual
impasibilidad con el asunto. Pero tampoco es de extrañar. Conviene profundizar
en algunas circunstancias más allá del coro de lamentos dibujado en esas redes
sociales, tantas veces confundido con el mundo real. El programa de Molés había
perdido gran parte de su pulso. El propio periodista de Castellón tampoco era
el que fue al borde de las ocho décadas de vida, que también hay que decirlo.
Molés viajó desde la feroz intransigencia de sus inicios –junto a Mariví Romero
machacaba a las figuras en los años de plomo- a ese peculiar verbeneo
radiofónico en el que cabía la voz nicotínica de Antoñete y la desubicada
presencia de Juan José Padilla tras el percance de Zaragoza. En voz baja
siempre se han comentado ciertas cosas, perfectamente conocidas en los rincones
del toro, en las que no vamos a entrar. Pocos, poquísimos toreros, osaban
dejarle colgado el teléfono; algunos casi sin despertar de la anestesia después
de cornadones de libro, certificando el inmenso poder del locutor. A estas
alturas nadie va a echarse las manos a la cabeza con las reticencias que
despertaba el veteranísimo e infatigable periodista en la mayor parte de la
torería andante, jamás aireadas más allá del ámbito privado. ¿o no? Hubo varios
intentos tan velados como infructuosos de derrocarle de su trono de la SER, que
sólo ha sido derribado finalmente por imperativo publicitario. Eso sí: tampoco
se le puede negar su papel determinante en la retransmisión de las principales
ferias por las sucesivas plataformas privadas hasta su defenestración
definitiva de las pantallas, que le hizo romper algunas amarras. Ahí, y eso
también es cierto, no tuvo igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario