CARLOS RUIZ
VILLASUSO
@CRuizVillasuso
Redacción APLAUSOS
Redacción APLAUSOS
Las empresas de encuestas deberían observar de
cerca el micro mundo de la tauromaquia. Se darían cuenta de que lo que sucede
en el país sucedió antes en nuestro contexto, en nuestro “mundo”. Antes. Es
como si todo aquello que se va a aplicar y que va a suceder en España, se
testara en un laboratorio social llamado “toreo”, una especie de “campo de
pruebas” de tal o cual medicina o medida, antes de sacarla “al mercado” del
país. En realidad es lo que José Ortega y Gasset quiso decir con aquello de que
basta observar al toreo para saber cómo está el país.
Hace muchos años que dije, y me reafirmo, que el
toreo jamás se metió en política. Y aclaro: “Meterse en política” en lo
relativo a introducirse en las hojas de ruta de los programas e intenciones de
los partidos políticos. Ha sido justo al revés. Desde que, antes de este siglo,
la Generalitat de Cataluña modificara la Ley de Bienestar Animal de esa
comunidad, prohibiendo de facto los toros, los partidos políticos, unos antes,
otros después, han metido el toreo en su ideología o programa electoral y de
gobierno.
Esta es una realidad con la que debemos convivir y
sobre la que tenemos que tomar decisiones. El toreo no ha ido jamás a una sede
de partido alguno para meterse en su hoja de ruta. Ha sido el revés. Se
politizó el toreo desde los partidos políticos y no al revés. Se hizo así de la
misma manera que jamás se judicializó a la política. Al revés, se ha politizado
y se politiza la justicia de forma aberrante. Ahí tienen el ejemplo claro de la
obscenidad que consiste en que una Abogacía del Estado se transforme en una
abogacía de un Gobierno en funciones y/o se transforme en los abogados defensores
de gente condenada por, nada más y nada menos, que el Tribunal Supremo.
¿Cómo es posible que la lucha ecológica la planteen quienes
van a prohibir el toreo? La víctima de lo prohibido no es el toreo, es la
dehesa. Quizá resulta que aún no se ha entendido que, o comunicamos todos los
días a todas las horas esta realidad y valor, o nos vamos al carajo en esta
misma legislatura
Estas mentiras, la de que hemos politizado el
toreo (contexto de la tauromaquia) y la de que se ha judicializado a la política
(contexto del país) forman parte de lo que, en comunicación política se
denomina “posverdad”: una
mentira emotiva. Una distorsión
deliberada de la realidad para modelar a la opinión pública, para dominar sus
emociones. Es una falsificación de la verdad. Una estafa amparada por
el eufemismo de lo políticamente correcto a través de la propaganda y la
comunicación estratégica. Pura
manipulación.
No alcanzo a entender cómo en algunos sectores y
organismos del toreo aún se piensa que nos “hemos metido” en la política y que
eso es malo y perjudicial, cuando jamás ha sido así. En esa manga nos han
metido y debemos actuar en consecuencia. Porque, de la misma forma que se
estafa a la gente haciendo de mentira verdad, se estafa poniendo a la
tauromaquia en la vía de la prohibición usando una posverdad: que la
tauromaquia es inocua y prescindible dentro de la nueva corriente
ecológico/climática.
Causa tristeza comprobar cómo una actividad que
sostiene al bosque mayoritario europeo que sostiene alrededor del 70 % de la
fauna y flora de nuestro país, la dehesa, no sólo no tenga voz ni opinión en
las decisiones político-ecológicas, sino que, además, esas decisiones nos van a
prohibir. O sea, que siendo garantes y líderes en trabajo ecológico, nos tachan
de no serlo y nos prohíben. Una farsa, una posverdad. Y, de nuevo, nos meten en
política metiéndonos por detrás lo que quieren.
Tampoco entiendo cómo no se aprovecha esa
sensiblería o sensibilidad de las gentes hacia el peligro del cambio climático
para hacernos oír. Decir qué somos y qué aportamos desde siempre. ¿Cómo es
posible que la lucha ecológica la planteen quienes van a prohibir el toreo? La víctima de lo prohibido no es el
toreo, es la dehesa. El “genocidio” natural más grande de la historia
moderna. Quizá resulta que aún no se ha entendido que, o comunicamos todos los
días a todas las horas esta realidad y valor, o nos vamos al carajo en esta misma
legislatura.
Recuerden que en los pactos de gobierno PSOE/UP
hay una reforma de la Ley de Bienestar Animal y sus derechos que, manda huevos,
la gestionará el Ministerio de Transición Ecológica.
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