Destacada
actuación del coleta gaditano, ofreciendo los momentos de mayor calado artístico;
Colombo echó mano de su raza para no quedar a la zaga; El Fandi sin opciones ante
toros endebles.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- Una tarde la de ayer que hizo reverdecer momentos de
gran emoción, cuando veías en taquilla ese entusiasmo por ver en escena un
cartel con tirón. A tal punto estaba el ambiente que casi se rozaría los tres
cuartos de aforo. Se estaba lidiando el tercer toro y aun entraba gente a los tendidos
y numerados. Mientras en el ruedo se despachaba una corrida muy al límite de
todo de lo que hasta el momento se había visto en la feria, empezando por la
presencia de los pupilos de Don Hugo Domingo Molina. Con decir que los novillos
del jueves tenían mayor presencia que varios de los toritos despachados ayer. No
es exageración.
El Fandi no tuvo género
propicio para su toreo, y si bien cortaría una muy generosa oreja al que abrió
plaza, en la retina quedarían los tercios de rehiletes que se prodigó. Poco
más, pues la cuerda de sus astados no le duraron para los respetivos trasteos
muleteriles prodigos en muletazos/azos por doquier. Por su parte Colombo tuvo
que emplearse a tope con el que cerró plaza para al final salir en volandas, pues
ante el que abrió su lote, poco más que empeño fue lo que dejó en evidencia,
dejando así mismo como El Fandi en banderillas sus mejores momentos de lucidez.
Además de lo seguro y contundente de la espada. Pero lo torero, lo artístico,
los chispazos de torería vinieron en la muleta del joven David Galván, quien ha
dejado estela de buen toreo, el de siempre, el que coloca unánimemente a todos
los taurinos de acuerdo. Y para ello también el elemento del temple en su
muleta para ayudar a no venirse abajo el género bovino que pecharía en el
sorteo por la mañana.
Nuevamente un tremendo clima
para una corrida de toros. Los tendidos a rebosar y ante ellos un torero de
enorme conexión como lo es El Fandi. La larga cambiada de rodillas en el tercio
fueron prólogo para luego por verónicas y chicuelinas hacerse a primeras con el
justo burel. El puyacito de trámite (como para una muestra hematológica) además
de un ajustado quite por navarras dio pie a un espectacular tercio de
banderillas por parte del mencionado coleta, desde todos los terrenos del
ruedo, con suma facilidad. Pero el trasteo bajaría enteros, pues a lo escaso de
las fuerzas del astado delante de la muleta, se uniría el repertorio pueblerín y
superficial que se jactó en recetar el espada granadino, donde hasta el palco
presidencial se uniría a la fiesta, musicalizándola incomprensiblemente. La estocada
entera y trasera fue suficiente para enviar a las mulillas al animal y la concesión
de una muy discutida oreja. De las más baratas que haya visto en esta plaza.
Su segundo del lote no le duraría
mucha cuerda. Varios fueron los avisos por el pitón derecho del jabonero morlaco
(venciéndosele en el capote y muleta) unido a su escasa fortaleza en los
engaños, lo que hizo de esta una labor de escasa trascendencia. Lo mejor el
compartido tercio de rehiletes junto a Colombo y la brevedad con el acero, necesitando
un descabello.
Galván solo había dejado
detalles de torería en una trasteo breve, frente al segundo de la tarde, animal
que al igual que la mayoría de sus hermanos dejó en el debe su trapío y
fuerzas. Chispazos aislado por la diestra, y una tanda de gran mensaje por la
zurda encandiló a quienes valorarían la clase de toreo que dejaría impreso. Le pasaportó
de estocada trasera y descabello a la espera de mejor suerte.
Y se cumplió ante «Camarón» un nobilísimo torito, al que Galván
desde el mismo saludo de capa le supo administrar distancias y alturas. Los doblones
rezumaron la ortodoxia que necesitaba la tarde, y con ello por la diestra y
zocata momentos de gran calado en el numerado y tendido, de toreo bueno, el de
siempre, el que une criterio, que bien difícil es en esto del toro. El culmen de
la faena vino en dos tandas por naturales que marcaron diferencia. El espadazo
ligeramente traserito, de inmediatos efectos toricidas fue elemento inapelable para
la concesión de las dos orejas.
A Jesús Enrique Colombo el tercero
de la función le dejaría estar a gusto en su muleta poderosa y sobrada a las
embestidas del ejemplar. Antes le había adornado en tercio compartido con Fandi,
tres pares en lo alto con una exultante facilidad. De rodillas en los medios
arrancó una faena con altibajos exclusivamente por la derecha, pues ni siquiera
se tomó la molestia de intentarlo por el lado contrario. El espadazo
desprendido y atravesado, además de un descabello dejaron la cosa en tímidas palmas.
Pero en el que cerró función,
con la “mosca en la oreja” tras la actuación
de Galván en el toro anterior, se empleó a fondo en banderillas, tercio
atropellado tras perder pies luego de salir de clavar el segundo par. El momento
fue de zozobra al quedar en tablas a merced del toro en los bajos del palco
presidencial, manifestando luego las secuelas del golpazo. Los doblones de
inicio muleteril propiciaron una labor con la pañosa nuevamente derechista
exclusivamente, en tandas largas de hasta 6 y 7 muletazos, un poco acelerados,
pero con la entrega y emoción que imponía toda una plaza a favor del torero de
Táriba. El espadazo delanterito con hematemesis sin puntilla, generó la
pañolada y con ello la concesión del par de orejas que hacían de salvoconducto
para que compartiera la salida en hombros con David Galván.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros
Monumental de Pueblo Nuevo.
Sábado 1º de febrero
de 2020. II corrida de abono.
Con poco más de
dos tercios de plaza (aproximadamente 11500 personas) en tarde soleada y con ligeras
ráfagas de viento, se lidiaron reses de RANCHO
GRANDE y EL PRADO [Hermanos
Molina Colmenares], en su conjunto muy justicos y terciados de presencia, anovillados,
y muy justos de fuerzas, casi al límite, con el aditamento de la nobleza en
distinto grados.
Pesos: 460,
440, 450, 440, 440 y 440 kilos.
“EL FANDI” (Añil y oro con cabos negros): Oreja y silencio.
DAVID GALVÁN (Sangre de toro y oro con cabos blancos): Palmas y dos orejas.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Purísima y oro): Palmas y dos orejas.
INCIDENCIAS: Destacaron en la brega Gerson Guerrero y en banderillas Ramón
Contreras, y en la puntilla a lo largo de la tarde, Eliecer Paredes, sin dejar
pasar por alto el buen puyazo de Alfredo Guimerá, ante el sexto. *** Dos horas
y 36 minutos duración de festejo. *** Salieron en hombros Galván y Colombo. ***
La corrida la puedes escuchar a partir de las 15:00 pm (19:00 GMT), a través de
la web www.imaginacion961.com.ve/sitio/
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