lunes, 24 de febrero de 2020

EL APARTADO – TERCERA CORRIDA FERIA DEL SOL 2020: Un cierre ferial donde se espera el triunfo, sí o sí


RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

MÉRIDA (Enviado Especial).- La traca final de la edición de este año ferial lo coloca la presencia de los toros de Los Ramírez, el plato fuerte para muchos de la cartelería presentada, a tenor de los antecedes de esta ganadería, que gusta de un toro de muy bajas dimensiones pero de grandes embestidas de principio a fin. Y con ellos un cartel de matadores a tomar apunte, como es el caso del salmantino Domingo López Chaves, quien hace su tercera aparición en el marco ferial, el debut del joven extremeño José Garrido y el cierre ferial de Jesús Enrique Colombo.

En el caso de los toros de Los Ramírez ya le habíamos señalado en la previa general, que estos toros vienen desde el 2003 con el viraje total que en su momento el recordado Don Cheo Ramírez hizo de su hierro, tras eliminar todo lo Santa Coloma que pocas satisfacciones le había dado en los casi veinte años que lo tuvo, para irse por la rama Domecq, vía Juan Pedro, tras lograr la compra de un lotecito de vacas de Somosagua que tenía en su poder el ganadero Aurelio Zambrano; esto unido a la amistad con Jerónimo Pimentel para el ofrecimiento de semen de sementales destacadísimos como el famoso «Lanudo», y una punta de vacas más, dieron pie a que se comenzará de cero de nuevo, labor que lamentablemente Don Cheo no vería al morír en mayo del 2004 luego de llegar de la Feria de Sevilla recargado de ilusiones tras vicisitudes familiares muy duras meses atrás.

Quedaría el hierro, fincas y otras responsabilidades al joven Ricardo Ramírez, quien le ha dado con el paso de los años la personalidad propia que ha demostrado. Un toro muy limitado de trapío, pero con un caudal de nobleza y bravura que es la tentación de muchos espadas que pasan por nuestras arenas en temporada en los últimos años.

A ver que nos muestran esta tarde de nuevo los pupilos de Ricardo que se salvaron de aquel gravísimo incidente a mediados del 2017, donde el propio ganadero automedicó una dosis excesiva de un complemento nutricional o desparasitante de rutina, y liquidó en los potreros de la Finca Monterrey buena parte de la camada que es la que debería salir este año.

Hablar de López Chaves viene ser la de un torero de un gran sentido de la lidia, esa que ofrece las posibilidades al toro de lucirse, sin limitaciones algunas. En el capote, varas y la muleta, el innato proceder del veterano espada salmantino es digno de apreciar en esos detalles que toreros hechos en el campo transmiten en la plaza.

El debut en suelo nacional de José Garrido le ocupa en un gran momento artístico. El aventajado espada fue de novillero en la campaña del 2013 un verdadero revulsivo como lo fue su encerrona en la Semana Grande de Bilbao, que le aupó a una alternativa de lujo ese año. Han pasado todos estos con distintos éxitos en otras plazas ibéricas estos años para finalmente este año tener el aliciente de verle por arenas venezolanas. De embestirle un toro pudiera convertirse en una gran sorpresa, como lo fue en la pasada Feria de San Sebastián el coleta gaditano David Galván.

Y Colombo hace su cierre en la feria que ha sido la suya de principio a fin. En su haber cinco orejas hasta los momentos, ya se perfila como el gran protagonista por todo y todos, tal y como lo demostró de nuevo ayer domingo, cuajando un gran toro de Los Aránguez, logrando el perdón de su vida.

POSTDATA PARA LOS ÍNTIMOS.- Me entero este domingo la desaparición física estos días del Ingeniero merideño Oliverio Picón Uzcátegui, uno de tantos emeritenses que dieron el pecho y su motivación para el levantamiento de lo que es la plaza de toros monumental. El querido “nené” se nos fue tras varios años, casi los treinta años de estar muy de cerca en el ámbito del palco presidencial, siempre colocando su personalidad y sentido propio de amistad a todos quienes le conocieron. Que descanse en paz. Por cierto no escuche por lo menos se le haya guardado un minuto de silencio estos días de toros en la ciudad, algo de la sensibilidad que se ha perdido. Mal asunto.

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