Destacaron
en la última corrida de la Temporada Grande
MARTÍN BANDA
www.altoromexico.com
Fotos: Martín Guzmán - EFE
Fotos: Martín Guzmán - EFE
Con una corrida emocionante de principio a fin que
mantuvo al público expectante en los tendidos, se dio el cerrojazo a la
Temporada Grande 2019-2020 en la Plaza México que registró una buena entrada en
los tendidos numerados y con el triunfo de Arturo Saldívar y Guillermo Hermoso
de Mendoza que cortaron una oreja cada uno.
Completaron el cartel Pablo Hermoso de Mendoza y
José María Hermosillo, quienes por su parte malograron con los aceros
interesantes faenas.
En el festejo donde se lidiaron toros de diversas
ganaderías y que duró casi cuatro horas, destacaron los corridos en tercero y
cuarto sitio de Santa Fe del Campo y el séptimo de Los Encinos, para el joven
jinete peninsular.
Guillermo confirmó su doctorado sevillano con el
toro que abrió plaza, de Los Encinos, que tuvo buen "son" y recorrido
en el primer tercio pero que se fue apagando hacia el final de la lidia. El
joven veinteañero quien vistió la misma casaca blanca con hombreras y solapa al
frente, con la que tomó la alternativa en la Maestranza de Sevilla el año
pasado, se mostró tranquilo y seguro en los tres tercios y por mucho la faena a
su segundo fue la más emotiva de su tarde.
Al de la confirmación llamado
"Confirmado", herrado en los costillares con el número 32 y que pesó
517 kilos, para quienes gustan de las estadísticas, lo pasó con un solo rejón
de castigo montando a "Alquimista", con el que enseñó al toro a
embestir ya fuera con la bandera o el sombrero rondeño a una mano.
Memo tuvo sus mejores momentos en el segundo
tercio sobre los lomos de "Índigo", con el que colocó tres
banderillas a una mano, pero superior estuvo con "Donatelli" sobre el
que clavó dos estupendos garapullos, el primero saliendo airoso de la suerte
con giros delante de la cara del toro y el segundo, de poder a poder de tercio
a tercio, que le fue muy aplaudido.
Con el tordillo rodado "Pirata" se
adornó en las banderillas cortas y colocó un par a dos manos cuando el toro ya
no tenía gas para embestir. Mató al segundo viaje con el rejón de muerte, pero
requirió de 10 golpes de descabello para pasaportarlo. Escuchó un aviso y cruzó
el ruedo de la plaza entre una cerrada división de opiniones.
La faena a su segundo, séptimo de la lidia, de la
misma ganadería y que fue muy emotivo para embestir, estuvo plagada de aciertos
del joven centauro, quien se dio gusto
rodando por la arena montando a auténticos "ferraris" como lo fueron
"Disparate" y "Pirata" caballos ya consumados en la cuadra
de su padre y que él también utiliza, a los que puso a centímetros de los
pitones del astado, toreando a dos pistas, luciendo en la
"hermosina" y realizando giros
espectaculares ante el beneplácito de la afición. Mató al primer viaje y el
juez Enrique Braun le concedió la merecida oreja.
Cabe destacar que, al momento de la ceremonia,
después el paseíllo y previo a la salida del primer toro, montado cada uno en
su caballo, Pablo cedió simbólicamente el rejón de castigo a Guillermo,
pasándolo por el frente y no por la espalda como se acostumbra en estos casos.
La ceremonia la selló con un beso en la mejilla de su hijo, a quien dedicó
breves pero emotivas palabras.
El segundo toro de la tarde le correspondió al
rejoneador navarro, en su actuación número 24 y donde ha conseguido 11 puertas
grandes en años pasados. La de hoy era especial ya que además de presentarse
por única ocasión en la temporada sirvió para confirmarle la alternativa a su
hijo y en presencia de su madre quien estuvo presente en una barrera de primera
fila.
Pablo enfrentó a un bravo ejemplar de Bernaldo de
Quirós que resultó bueno. A este lo pasó con un rejón de castigo y
posteriormente estructuró una faena templada y suave en el tercio de
banderillas, donde lució enormidades citando al quiebro. Mató de pinchazo y
entera trasera para escuchar aplausos.
El segundo de su lote, "Charro", de Los
Encinos, duró poco. De entrada, un solo rejón bastó para dejarlo a punto. Luego
montó a "Índigo" y "Deseado", sobre los que se hizo
aplaudir tras colocar banderillas a una mano, dejando ver las cualidades de los
caballos. Templó de costado, llevando bien cosido por la grupa al astado, que
poco a poco quedándose parado. El trofeo se le escapó al pasaportar al segundo
viaje y se retiró entre aplausos.
Para los hidrocálidos Saldívar y Hermosillo,
quienes entraron a la última corrida de la temporada, fue también una tarde
importante.
Sobre todo, para Arturo, quien en la temporada
había bordado a dos toros de La Estancia el 17 de noviembre del año pasado de
los que perdió las orejas con la toledana, ya que volvió a dar la nota al
cuajar faenas de mucho empaque, clase y torería, como la de su primero del que
aprovechó las buenas condiciones y prestancias que le dio "Burlador",
de Santa Fe del Campo.
La faena que inició por alto en medio de los círculos
concéntricos tuvo el calado para que la afición se prendara de lo bien que
comenzó a hacer su oficio. Desde que citó al astado para darle los primeros
muletazos de tanteo por derechos y luego por naturales, en tandas cortas, la
faena presagiaba un triunfo importante.
Y así vinieron más por ambos lados, con el público
exultante en cada muletazo, sin enmendar en un palmo de terreno Arturo engarzó
los muletazos hasta el final en que se adornó con las trincherillas y las
dosantinas. El toro tuvo clase y recorrido y el de Aguascalientes lo supo
aprovechar para cortarle, ahora sí, una merecida oreja que paseó en la vuelta
al ruedo. El juez Braun ordenó el arrastre lento para el bravo ejemplar de la
divisa zacatecana.
El sexto de la función fue un toro muy alto, que
arrollaba más que embestir. Pasó inédito de capa, pero con los montados estuvo
fiero, primero al ocasionar un tumbo a Héctor "El Ruso" Delgado y
enseguida a Carlos Domínguez, que cayó peligrosamente debajo del caballo.
Cuando aquello era un herradero, los banderilleros
Fernando García y Jorge Luna pasaron apuros, pero al final lograron cubrir con
atingencia el tercio de banderillas y saludaron en el tercio.
Arturo se hizo luego dueño de la situación y
comenzó la lidia del contrastante astado, pues de pegar arreones al principio
terminó por acudir a la muleta de su lidiador, en una faena que se desarrolló
cercana a tablas.
De pronto ocurrió lo inexplicable. Mucha gente en
el tendido comenzó a pedir el indulto del toro, que a todas luces era
injustificado. Todavía Arturo volteó hacia el juez, desconcertado, pero al
final hizo lo justo, se fue tras la espada y liquidó al ejemplar luego de
escuchar un aviso.
Finalmente correspondió a Hermosillo clausurar la
temporada que él mismo había abierto la tarde de su confirmación el pasado 3 de
noviembre, cuando cortó su primera oreja como matador en el ciclo invernal de
Insurgentes.
José María enfrentó en primer turno a
"Parrandero B" que como todos sus hermanos de divisa llevaron nombres
alusivos a aquel ranchero enamorado que se llamaba Juan y lo apodaban
Charrasqueado.
El joven diestro hidrocálido vino por todas y
desde que se abrió de capa mostró su calidad interpretativa y buen gusto, al
ligar dos largas cambiadas en el tercio.
El puyazo de Ángel Juárez pareció no haber hecho
mella en el toro ya que fue muy complicado y puso en serios peligros a Diego
Bricio y Víctor Gorostieta en las banderillas.
Pero Chema, con la cabeza fría y el valor sereno
se fue haciendo del toro, al que domeñó a las primeras de cambio con artísticos
doblones.
La faena fue creciendo, lo mismo en intensidad que
en los muletazos, con soberbios derechazos con mucho aguante, valor y esos
cambios de mano que con el de pecho hicieron estallar los tendidos. El bisoño
torero le pisó los terrenos a la res y cuajó una faena de gran envergadura que
debe concretarse en buenos contratos.
Para su mala fortuna su talón de Aquiles fue la
espada. Luego de tres pinchazos y dos avisos que le sonó el juez Braun reloj en
mano, decepcionó a la concurrencia al realizar hasta 12 descabellos para
liquidar al toro y escuchar sonora rechifla.
El último de la noche fría capitalina fue
precisamente "Charrasqueado" que saltó a la arena con 517 kilos en
los lomos. Un lucido quite por caleserinas fue lo más vistoso con el percal que
ejecutó Hermosillo.
El ágil y atinado banderillero Christian Sánchez
fue alcanzado cuando salía de colocar el segundo par, el toro hizo por él, lo
arrolló y le rompió en girones la taleguilla salvándose de una cornada. Por su
propio pie se retiró en medio de aplausos a la enfermería.
Otra vez Hermosillo estuvo entregado, valiente,
variado, pero la faena no alcanzó el vuelo suficiente. Mató de media ración de
acero, trasero y desprendido, para su buena suerte.
Así concluyó la temporada grande que seguramente
dará mucho de qué hablar en las semanas siguientes...
FICHA DEL FESTEJO
Decimoctava y última corrida de la Temporada
Grande. Poco más de media entrada (Unas 22 mil personas).
Toros de Los Encinos, Santa Fe del Campo y Bernaldo de Quirós, bien presentados y de juego variado, entre los
que destacó el 3º que recibió arrastre lento.
Pablo
Hermoso de Mendoza: Ovación en su
lote.
Guillermo
Hermoso de Mendoza: División tras
aviso y oreja.
Arturo
Saldívar: Oreja y ovación tras
aviso.
José
María Hermosillo: Silencio tras
dos avisos y ovación.
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