Víctima de un infarto en su domicilio el
pasado lunes
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvilllafraz
El alba de este lunes nos deja el infausto momento
de la desaparición física del profesor en Derecho y aficionado taurino
emeritense, Zelín Peña Avendaño. Fue un taurino de hidalga prosapia y en
especial, un señor dentro y fuera del medio taurino. Reconocemos que le
adversamos en más de una vez su triunfalismo en el palco, como Presidente de la
misma, o el hecho de como a partir de su paso por el palco presidencial
merideño había transmutado el carácter y categoría de la plaza, pero lo que
nunca le perdimos fue nuestra estima.
Lamentablemente la parca se lo ha llevado, a pocos
días de iniciar la edición de la Feria del Sol, la misma que durante casi
cuatro décadas defendería desde distintas trincheras en el quehacer de la Comisión
Taurina del Municipio Libertador de Mérida, cuando muy joven, por allá en 1974 iniciaría
su andadura. Hasta que una oscura jugada entre sus “colegas” de palco le arrinconaron al retiro, algo que no del todo
asimiló Don Zelín, pues antes que todo, se trataba de caballerosidad entre sus
pares el trato, algo que no se cumplió en esta ocasión. La decoraron con el título
de Presidente Emérito, algo que parece inventado por quienes osan en ensalzar
sus artimañas.
Alejado los últimos años del ambiente taurino, muy
poco se le veía por la plaza que fue su referencia. La Plaza Monumental de Mérida
ya había cambiado de talante, ese manejado por quienes se creen que tienen la
verdad y la razón, cuando resulta que no es así. Los resultados están a la
vista en los últimos años… año tras año.
«¡¡¡Que tal
marcialito!!!» me espetaba cuando coincidíamos por teléfono o por el centro
de la ciudad cuando coincidíamos en la calle, actualizándonos de lo que acontecía
del mundo del toro, ese mismo que seguía por internet o en distintas
plataformas actuales. Sin olvidar nunca el presente y futuro de nuestra fiesta
brava.
Descansa en Paz don Zelín Peña, desde lo alto de nuestra
Sierra Andina sabremos que estarás disfrutando con quienes te han precedido en
este paseíllo celestial lo que siempre fue tu pasión, la fiesta de toros, la
misma que hiciste parte de tu vida por más de cinco décadas.
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