@rubenvillafraz
MÉRIDA,
Enviado Especial.-
La primera corrida ya la habíamos comentado en el análisis
de la previa general de la Feria del Sol, es de una acentuada ración de valor,
entrega y raza por parte de los señalados diestros a actuar en él, me refiero
al veterano coleta sevillano Manuel Escribano y el taribense Jesús Enrique
Colombo. Son el presente y el futuro de este tipo de torero, que tiene su público,
ese que busca la explosividad y emoción, tanto en el capote como en las
banderillas, y en especial un repertorio muletero que no deja insatisfecho a
nadie.
El caso de Manuel Escribano es digno de tomar en consideración,
como muchos. Con alternativa en la temporada del 2004, no fue sino hasta 8 años
después que comienza a despuntar en el firmamento mundial, tras un largo
periplo por plazas donde mantuvo la afición y las ganas de llegar a ser un
nombre importante en esto en especial por arenas venezolanas, hasta que la
fortuna le pone por sustitución de El Juli -tras cornalón sufrido en la Feria
de Sevilla del 2012- en el cartel de los Miuras, cierre de feria, donde cortaría
par de orejas incontestables al famoso toro «Datilero», para de esta manera
convertirse ese año en la revelación de la temporada. Puerta Grande y con ello
el campanazo de atención que necesitaba para abrir las puertas de las demás plazas
que se le habían cerrado años atrás. Para ello, el estar presto y dispuesto
cuando la suerte le llamara. Y allí estaba él.
El resto es ya conocido por los aficionados más
enterados, como es el caso de los innumerables éxitos que ha sumado Escribano
en gran parte de plazas de España y Francia, siempre sin rehuir a las ganaderías
que le han hecho un hueco en el escalafón, como las de Miura, Adolfos, Cuadris,
Cebadas, Victorinos –todo un hito el indulto de «Cobradiezmos» en el 2015 en
Sevilla-, Fuente Ymbro, y en fin todo lo que le permita lucirse a plenitud. Como
también ha cobrado muy duro, con percances fortísimos, de extrema gravedad como
el de Alicante en 2015 donde la safena y la femoral de la pierna derecha fueron
arrancadas de cuajo, o antes en la Adrada en el 2013, donde la vena cava abdominal
fue casi estallada tras el fuerte impacto cuando colocaba un par de banderillas
por los adentros; en fin un torero que sabe las mieles y sales del triunfo, y
que sabe también la necesidad de la afición venezolana por verle, más en estos
momentos donde muchos toreros deberían ser agradecidos con lo que fue Venezuela
en lo taurino, escaparate de éxitos para sus respectivas carreras.
Lo de Colombo viene dado por la ambición y deseos
de triunfo de quien está “abriendo los
ojos” en el panorama taurino y más específicamente en el cerrado negocio
del toro en suelo ibérico. Su meteórica carrera desde becerrista hasta matador
de toros le avala un rodaje que pocos toreros venezolanos hayan desarrollado en
los últimos tiempos, y que solo él y solo él, sabe del alcance de sus
ambiciones.
En el 2018, la última edición ferial, se hizo el
triunfador de la edición de ese año, dejando presente un avasallante, estado de
forma. Han pasado dos años de carrera, y el presente se antoja muy interesante,
pues a la vera de la oreja cortada el pasado mes de octubre en Madrid, se le abre
la oportunidad de volver a Las Ventas, este venidero Domingo de Resurrección,
con la misma firmeza de Escribano en su momento, dar el golpe fuerte en la mesa
de atención a los empresarios ibéricos de darle el sitio que merece, el que
corresponde a un torero venezolano desde hace algún buen tiempo.
Y con respecto a la ganadería a lidiarse como es
el caso de Laguna Blanca, hay que acotar que para su presencia en Mérida, tal y
como se ha visto en las RRSS viene a la ciudad emeritense casi en su totalidad en
su línea Parladé, con el trapío que solo confirmaremos en el ruedo.
Variopintos en cuanto a pelaje, esta divisa, fundada
en 1985 en suelo yaracuyano, con la vacada pastando en las montañas próximas a la
localidad de San Antonio en Trujillo, tiene en su haber sangres de Guayabita,
Los Aranguez y Tierra Blanca cuando le fundaron, y luego refrescó con Los Aránguez
y Rancho Grande, que viene siendo lo último a lo que ha definido su ganadería su
propietario, Don Euclides Sánchez.
El precedente más reciente lo tuvo en la pasada Feria
de San Sebastián, donde lidiaría un encierro que le faltó casta, entrega y
recorrido, por lo cual esperemos cambien ese talante por el bien y suerte, así
como por las ganas de ver emoción en el ruedo.
POSTADATA
PARA LOS ÍNTIMOS.- El recorrido y viaje por el páramo merideño sin duda
alguna nos deja ver el estado de indolencia que tienen nuestras carreteras los políticos
de turno, sea el bando que sea. Desde Barinitas hasta Santo Domingo es
conseguirse con baches y huecos más propios de una carretera agrícola que una
donde pasa y transita la mayoría de comunicaciones del estado Mérida con los
llanos y el resto del país hacia el centro. De Mucuchies hasta la propia
entrada de la ciudad es un calvario el innumerable mar de huecos y tramos en
muy mal estado, en la que apenas ayer una pequeña cuadrilla de obreros echándole
un poquito de asfalto, para maquillar por estos días el abandono se hacía
presente.
Poco tránsito vehicular nos encontramos este
viernes, para ser un día que otrora marcaba la realización de la primera
corrida de feria, y que este año como ya se ha comentado se reducen dos
corridas a las habituales cinco que venían celebrándose.
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