Emitido
al recibir el premio Óscar por su actuación en "Joker"
ANTONIO
CASANUEVA
El pasado domingo 9 de febrero al recoger el Óscar
a mejor actor, Joaquín Phoenix se autonombró representante de aquellos que no
tienen voz y ofreció un discurso a favor del animalismo. Y Después de poner al
mismo nivel la lucha contra el racismo, el maltrato a los indígenas que la
explotación animal dijo:
"Pensamos que tenemos derecho a inseminar
artificialmente a una vaca y, después de parir, le arrebatamos a su cría,
aunque sus gritos de angustia sean inconfundibles. Luego tomamos la leche que
está destinada a su ternero y la ponemos en nuestro café y nuestros
cereales".
Dijo también que: "Nos hemos separado mucho
de la naturaleza. Muchos de nosotros tenemos una perspectiva egocéntrica del
mundo, la idea de que somos el centro del universo".
Trataré de analizar los fundamentos y las
contradicciones en el discurso del actor.
Joaquín Phoenix sigue la filosofía de Peter Singer
que podría resumirse con el siguiente postulado: todos los animales son iguales
y hay que desacralizar –es decir, quitarle lo sagrado– al ser humano. El ideal
del animalismo es "liberar" a los animales del gran predador que es
el ser humano.
Esta filosofía es contrataría a la ecología y a la
defensa de la naturaleza. En ecología, se llama nivel trófico a cada uno de los
conjuntos de especies u organismos de un ecosistema que coinciden en el lugar
que ocupan en la cadena alimenticia. De esta forma, los primeros en la cadena
son los autótrofos o los productores primarios como las plantas, las algas y
algunas bacterias. Siguen los consumidores primarios, son herbívoros que
obtienen energía de plantas o algas.
En tercer nivel están los consumidores secundarios
que son zoófagos o carnívoros y se alimentan del nivel anterior en la cadena.
Le siguen los consumidores terciarios que son omnívoros o supercarivoros. Los
seres humanos, por nuestras características anatómicas y fisiológicas, somos
omnívoros, es decir, somos capaces de consumir tanto vegetales (productores
primarios) como proteína animal (consumidores primarios y secundarios).
El fundamentalismo animalista niega la cadena
trófica. El mundo idílico que promueve la "igualdad animal" es
incompatible con la realidad de la naturaleza. Los movimientos ecologistas
buscan preservar la biodiversidad y garantizar el funcionamiento de los
ecosistemas.
Phoenix se aprovecha de la simpatía que generan
algunas razas que conviven con los humanos para manipular y así promover un
estatuto jurídico único para el animal en general. La ecología y los
equilibrios biológicos niegan esta igualdad de derechos a la que aspiran
Phoenix y los animalistas.
El discurso del actor de la película
"Joker" es, también, un ataque a la ética centrada en la persona que
han enseñado filósofos como Aristóteles, Santo Tomas de Aquino o Immanuel Kant.
Para Aristóteles la ética regía el comportamiento
interhumano. La ética de los antiguos griegos no tutelaba la relación con los
dioses –para ello estaba la piedad– ni la relación con los animales. El hombre,
que no era inmortal como los dioses, ni irracional como los animales, estaba en
el centro. Decir "en el centro" no se refería a ser la especie más
elevada, sino al sentido que la naturaleza humana, por imperfecta que fuera,
estaba en medio de dioses y animales.
Kant coincidía en que la ética tutela las
relaciones entre personas. El imperativo categórico –concepto central de la
ética kantiana– establece que no se deben utilizar como medios a otros seres
humanos y que siempre se debe respetar a los semejantes como fines en sí
mismos.
La ética animalista no se basa en deberes –como la
cooperación– o en virtudes –como la solidaridad– que podrían regir los vínculos
entre animales y personas. No está fundamentada ni siquiera en las relaciones
de trabajo que antes unían a los hombres con los animales, como por ejemplo al
campesino con su buey, al cazador con su perro o al cochero con el caballo. La "nueva
ética" que defiende gente como Phoenix es una relación unidireccional
entre el agente (el ser humano) y el paciente (el animal), una relación de
cuidado (care) donde el animal es un ente pasivo. No hay una comunidad moral
definida por la historia o por las prácticas sociales, es una moral basada en
derechos subjetivos.
Phoenix dijo que hablaba de la "lucha contra
la injusticia". Pero la justicia se da únicamente al interior de una
comunidad de iguales y los humanos no formamos una comunidad con los animales.
Ludwig Wittgenstein, filósofo estudioso del
lenguaje, decía que aunque los leones pudieran hablar nuestra lengua, no les
entenderíamos. El mundo de los animales, basado en necesidades e instintos, no
puede construirse con conceptos éticos o jurídicos propios de los seres humanos
que ejercen su libertad, es decir, que su vida está hecha de elecciones y
renuncias voluntarias.
La ética es el reconocimiento de lo propiamente
humano y no la animalidad del hombre.
Phoenix y los animalistas pretenden acabar con el
sufrimiento animal. Pero no toman en cuenta que la mayor parte de las bestias
que jamás han tenido contacto con el hombre "sufren" más que la
mayoría de los toros bravos a los que no les falta comida y son protegidos de
parásitos y otras alimañas que pudieran provocar dolor y sufrimiento. Parecería
que el único "sufrimiento animal" que debe ser abolido es el causado
por el hombre.
Lo que pretende la utopía animalista, presente en
el discurso de Joaquín Phoenix, es liberar a los animales y animalizar al
hombre.
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