Importante
actuación del espada debutante extremeño, quien solo cortaría un apéndice,
luego de ofrecer las lecciones del mejor toreo del serial. *** Colombo
nuevamente se iría de la plaza en volandas tras el corte de tres orejas,
mientras que López Chaves, una oreja paseó luego de una lidia trabajada, frente
a un complicado astado.
Jesús Enrique Colombo |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
MÉRIDA (Enviado Especial).- El ultimo capitulo en cuanto a corridas de la edición de la Feria del Sol
no escapa sin duda alguna de la polémica que muchos dirán que es estéril y no
es ajena a un espectáculo como es la fiesta brava. Y no lo es así. Se corrieron
toros de la ganadería de Los Ramírez, el cual para el ojo cubero de gente que
conoce de esto, nada en tipo estaban a como está acostumbrado el joven y alopécico
ganadero tovareño Ricardo Ramírez. Cornalones, musculados, desarrollando genio,
en cada una de sus embestidas, dejaban en evidencias las mentiras de sus
responsables para de esta manera cumplir con el compromiso ferial de este año.
Delicado asunto, ante la complicidad así mismo de un palco presidencial
totalmente supeditado a tal circunstancia que constituye un grave delito, que
la totalidad de quienes se desgañitan por cuidar el “pasecito a callejón” no se atreven ni a mencionar siquiera en
broma. No vaya ser que no se lo renueven para futuros años. Así estamos, se
tapan mentiras tan evidentes que dejan en evidencia el nivel de pudor que se
tiene en nuestra fiesta brava para con el taurino y el aficionado que hace el
esfuerzo de ir a la plaza por temporada ferial.
Los susodichos pupilos que
intuimos jamás conocieron los potreros de la finca Monterrey en el páramo de
Las Porqueras, dieron variedad de juego, siempre con el condicionante de
venirse abajo en la muleta. Con ello dejaron detalles de torería el veterano
salmantino López Chaves en el que abrió plaza, se rebozo de torería un
debutante José Garrido, el cual ha dejado estela para de nuevo con gusto verle
de nuevo con garantías en cualquier plaza venezolana, a razón de lo bien que
estuvo, y por supuesto, sumaria su tercera puerta grande de la feria Jesús
Enrique Colombo, haciendo lo que sabe hacer delante del toro, como es meter en
vereda al público desde el capote, banderillas y muleta y rematar con la
contundencia del que más, con la espada ambos trasteos. Se iría de nuevo en
volandas y con ello el saldo artístico de ochos orejas en las tres tardes que
se vistió de luces.
Abrió plaza un geniudo y
falto de fuerzas astado, al que Domingo López Chaves ya vería como sería luego
desde su mismo saludo por delantales, cerrado en tablas. Los tres viajes que le
permitieron en el caballo le dejarían muy al límite de las fuerzas del burel,
al que luego por alto iniciaría labor, primero por la derecha donde el astado permitía
expresar muletazos de gran mérito, largos y templados, siempre cuidándole en su
recorrido, a media alturita. Superior por la zurda, en labor que luego se trucaría
tras la espectacular voltereta que el toro le propinó al torero, señalándole el
puntazo en la región glútea izquierda. Allí cambiaría el toro, tornándose gazapón
y andarín, siempre al acecho de un descuido del torero para de nuevo ir por él.
El pinchazo previo a la estocada entera y caída dio pie a que por petición del público
se le concediera una oreja.
López Chaves |
Poco pudo hacer ante su
segundo DLC, el cuarto de la tarde, animal que tendría muy limitado el “gas” del recorrido. Sentado en el
estribo comenzó faena muleteril, en la que intentó, se justificaría, pero poco
calado tuvo ante el antagónico genero bovino que pechó. Los dos viajes con el
acero le dejaron en silencio su labor.
Lo torero de la corrida y
cuidado de la feria, vino en las manos del debutante extremeño José Garrido.
Que expresividad y facilidad tiene con capote y muleta este joven coleta que
vino a decirnos como se torea, el toreo que cala hondo en el taurino sabedor. Así
lo dejó en evidencia en el saludo con el percal del segundo, un toro propio
para un festival a razón de sus cerrada cornamenta, cubeto para que tengan
idea, donde se desgranó verónicas preñadas de gracia, rematadas con media de
rodillas en los medios. Tras pasarlo con medida sangría en el caballo, las
caleserinas y la media chicuelina dejaron preparado el terreno para la sinfonía
de toreo caro que nos ofreció JG en la muleta, a primeras por la derecha,
llevando empapado de tela los noblotes viajes del morlaco, agradecido con el
delicado trato, en comienzos y salidas, entre tanda y tanda. Era un espejismo a
todo lo visto en la feria. Por la zurda cincelaría una tanda de esas que sirven
para enmarcar en el recuerdo y valga el termino, paladares exquisitos de buen
toreo. La pena que la estocada trasera y desprendida y el golpe con el verduguillo
dejaran en una oreja lo que había sido la obra cumbre de la presente edición.
José Garrido |
Frente al quinto se repetiría
lo antes señalados, en esta oportunidad, con un toro que más limitado recorrido
tuvo, pero aun así dejó estar tan a gusto el torero que fruto de ello puede
decirse que se vio desencajado en sus papeles, en las postrimerías de la misma,
luego de incluso, la ración de toreo bueno ofrecido, hasta el lujo de
permitirse un desplante acostado enfrente del toro. Inmediatamente otro desplante
a destiempo frente al toro lo encunaría, a punto de cornearle en el abdomen, lo
que hizo que necesitara de dos viajes con el acero, y un descabello para ver
como la posible oreja de justo calibre la cambiara por una vuelta al ruedo que
supo a triunfo grande. Al final los taurinos comentaban las buenas maneras de
un torero a quien de nuevo hay que ver.
Nuevamente la fortuna por la
mañana dejaba en manos de Jesús Enrique Colombo uno de los toros más potables
pero no el mejor del envío. Fue el tercero, animal noble y agradecido con la
apabullante lidia que de capote, banderillas y muleta le ofreció JEC, toreándole
sobre la mano diestra hasta el punto de exprimirle la última gota de bravura en
su ser. Banderillas en todos los tercios, muletazos de todas las variedades,
formas y maneras, hicieron del trasteo un resumen de lo que ha sido la feria
para el coleta taribense, quien no se ha guardado nada de sí para agraciar al público
ortodoxo y heterodoxo en esto que llamamos toreo. El rifle que tiene como
espada, no vaciló en dejar en todo lo alto un volapié de catedra para cortar
las dos orejas, y la presidencia al ver crecida la petición de más trofeos se inventaría
la vuelta al ruedo al toro.
En el que cerró plaza,
nuevamente una plaza entregada a JEC le izaría a dar nuevamente pie a su
pirotecnia con capote, farpas y la pañosa, en especial por la mano diestra, el
punto de apoyo de su repertorio, para colocar la plaza rendida a sus pies de
nuevo, a pesar del escaso recorrido del toro y el poco contenido de la faena, a
un toro también al que se le había zurrado en varas lo que ninguno en toda la
tarde. Nuevamente el espadazo en lo alto desataría la pañolada, y con ello el
palco concedería la oreja que colocaba punto y final a una tarde, donde lo cuantitativo
lleva el nombre de Colombo, pero lo cualitativo tiene nombre completo: José
Garrido.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros
Monumental “Román Eduardo Sandia” de Mérida.
Lunes 24 de
febrero de 2020. III corrida de la Feria del Sol.
Con poco menos
de un tercio de plaza (aproximadamente 4200 personas) en tarde soleada y fría
al final de la misma, se lidiaron toros supuestamente del hierro de LOS RAMÍREZ
(Ricardo Ramírez), en su conjuntos correctos de presentación aun cuando en l
talilla se abultaron los pesos con las que fueron presentados, el cual ninguno
se les evidenciaba con claridad el hierro de la divisa de procedencia, además
de lucir números de camada no acordes, muy distantes del tipo de toro que ha
venido presentado esta vacada en años anteriores; 1º, áspero, escaso de
fuerzas, desarrollando genio; 2º, 3º y 5º, nobles con recorrido y a menos en la
muleta; 4º y 6º, sosos y parados. El corrido en 3º lugar de nombre «Nene» N°
720 de 475 kilos fue premiado con la exagerada vuelta al ruedo a sus despojos.
Pesos: 471,
453, 475, 439, 462 y 486 kilos.
DOMINGO LÓPEZ CHAVES (Sangre de toro y oro con cabos blancos): Oreja y
silencio.
JOSÉ GARRIDO (Luto y oro, con cabos blancos): Oreja y vuelta al ruedo tras petición.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Purísima y oro con cabos blancos) Dos orejas y oreja.
Salió en hombros.
INCIDENCIAS: Destacaron en la brega Eduardo Graterol y Gerson Guerrero. Buenos
pares de Ramón Contreras y Francisco “Chico” Paredes. Certero en la puntilla
Eliecer Paredes. *** Dos horas y 35 minutos duración de festejo, con retraso
injustificado de 25 minutos para el comienzo del mismo. *** Presidió festejo Omar
José Quintero. *** En el callejón se encontraba el Cardenal Baltazar Enrique
Cardozo, quien recibiría los brindis del 1º y 2º toro del festejo.
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