Toreros venezolanos antes de comenzar la campaña nacional
Otto Rodríguez, torero de interesante concepto, para aficionados que sepan catar el buen torear. |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
Sin duda alguna que hay toreros a los que les va bien cierto toro, cierta plaza, cierto traje de luces, ciertas maneras y formas… en fin, que a cada quien le sienta lo que le mejor le queda. Y en esto de los toros no se queda atrás la cosa.
Dos de los toreos venezolanos que mejor corte y trazo han demostrado con su muleta en los últimos años son el valenciano Otto Rodríguez y el tovareño Rafael Orellana. Si en su momento señalamos que el maracayero Erick Cortés venía ser la mejor muleta que ha “parido” Venezuela –con sus aciertos y desaciertos, regularidad e irregularidad-, en los últimos 15 años no se quedan atrás en esta calificativo tanto Otto como Orellana respectivamente.
Los hechos lo demuestran por si solo. Luego de un retiro temporal, que bien le viene a muchos en este complicado lio del toro en nuestro país, donde las condiciones de desgaste “psicológico” son más, a las que atañe estrictamente a la actividad taurina, Otto Rodríguez anunciaría su reaparición el año pasado en la Feria de Tovar, donde a más de uno dejó satisfecho por la forma y condición con la que volvía al toro. Si bien no se saldó con un triunfo de orejas aquella tarde, fue verdad que vimos otro torero, conservando la esencia de ese trazo largo y pulcro que le hizo ser en su momento un llamado a tomar vital protagonismo en el lio del toro venezolano.
Y es que la mano de su nuevo mentor algo debió tener en cuenta. Arturo Magaña, quien en sus momentos sirvió de paladín de lucha del caraqueño Leonardo Benítez, ahora tiene en Otto un nuevo motivo para seguir en esta lucha que es dar a Venezuela un torero distinto, ese que llene el sentido de torería que muchos creen tenerlo, y no lo es así.
Otto esta tomando en serio su regreso, su segundo “aire” como muchos le llaman. El campo bravo, y su nuevas ilusiones, le han llevado de nuevo tomar muy seriamente ese momento que no debe dejarse pasar. Y para ello están trabajando, tanto torero como apoderado, en esta ocasión fronteras allende, como es el caso que este anunciado este 6 de agosto en la tlaxcalteca población de Huamantla, famosa por encierros por sus calles, al estilo «sanfermines», en cartel que le llevará compartir escenario junto al conocido por estas tierras Federico Pizarro y el rejoneador Horacio Casas, frente a toros de El Vergel.
Se convierte este regreso de Otto a México en un grato reencuentro con un tipo de toro agradecido a sus formas, lo que le ha permitido cosechar éxitos tanto en su época de novillero, como también de matador de toros el año pasado.
Otro espada al que se le tiene aún muchas esperanzas que termine de “echar el paso pa´lante” es el espigado tovareño Rafael Orellana, sin discusión, uno de los toreros de más sobrado valor, entrega y raza, que hemos podido ser testigo de su irrupción en el ultimo lustro.
Si completa fue su formación en España, donde se cuajó a la vera de los maestros de la Escuela “Marcial Lalanda” de Madrid, no es menos cierto que su paso por países como Perú o Colombia no era más que mero tramite para mantenerse activo. Pero lo que es su solapado debut por México, viene ser la mejor decisión que su larga lista de incondicionales le pueden sugerir.
Orellana, hombre de pocas palabras con los medios, arrancó a tierras aztecas este miércoles 20, para torear este domingo 24 en la localidad de Ecatepec, al lado del veteranísimo torero de Tacuba, Manolo Mejía, junto al espectacular rejoneador Rodrigo Santos ante toros del hierro de Monteverde, en la que podría ser la puerta de entrada a un nuevo horizonte en la carrera del gran torero tovareño, el cual le vendría como “anillo al dedo” las cualidades, tranco y embestida del toro mexicano, ese mismo que uno de ellos, «Rumboso» en el Nuevo Circo de Caracas, encumbró a su padre.
Suerte para ambos en estas interesantes apuestas…
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