Después del paseíllo, se pudo contar en torno al burladero de capotes hasta once matadores de alternativa. Primero, los tres de terna: Salvador Cortés, que mataba por primera vez en sanfermines la corrida de Dolores Aguirre; Alberto Aguilar, nuevo en la plaza y en la feria, y José Miguel Pérez Prudencio “Joselillo”, que mataba por cuarta vez la corrida de Dolores y volvió a llevársela como trofeo.
Uno de los tres banderilleros de Aguilar, Rafael González, es también matador de alternativa. La tomó hace quince años en una de las ferias toristas de Francia, la de Céret, cuyos fastos taurinos caen el segundo fin de semana de julio. Hoy mismo está anunciado en Céret Alberto Aguilar con una corrida de Escolar. Y a su lado estará, como un seguro de vida, Rafael González, toledano de Pelahustán, pueblo lindante con uno de los templos toristas de España: Cenicientos.
De Cenicientos a Céret no hay más que un paso. De Céret a Pamplona, algo más. Hay toreros que un sábado torean en Pamplona y el domingo siguiente cruzan los Pirineos para torear en Céret: por ejemplo, Alberto Aguilar y Rafael González. Y los hay que hacen la ruta al revés: que ayer torearon en Céret, como es el caso de Serafín Marín, que hoy mata en Pamplona por primera vez una corrida de Miura. Siempre hay una primera vez.
De paisano estaban entre barreras o parapetados en burladeros de callejón, otros siete matadores. José Luis Teruel, a quien se conoce en familia y amistad por Pepe Teruel, y que en sus días de matador de personalidad se anunció como El Pepe. Además de Pepe Teruel, Tomás Campuzano, el de más larga y clara hoja de servicios en Pamplona de todos ellos; Denis Loré, francés de Nimes, y co-apoderado de Aguilar; Lalo Moreno, que desoyó cantos de sirena y se cortó la coleta la misma tarde de la alternativa; Rafael de la Viña, que apodera a Joselillo; Luis Mariscal, hermano de Salvador Cortés; y Sergio Marín, madrileño de Coslada, íntimo amigo de Alberto Aguilar. Toda esa gente había.
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