jueves, 14 de julio de 2011

DEL DIOS TORO: Las sienes de los toros

Momentos de la tarde de ayer en Pamplona, con detalles caros de Daniel Luque, y milagroso trance de El Cid, en el primero del festejo. Foto: Mauricio Berho
BARQUERITO

Los toros tienen las sienes donde todo el mundo: en la frente. Cuando la gente del toro –más los toreros que los ganaderos- habla de las sienes de los toros, se refiere en realidad a los cuernos. No se sabe si propiamente o no. La cosa es que circula como moneda de uso legal la expresión del toro “ancho de sienes”. Y su contraria: el “estrecho de sienes”.

El gremio taurino de hace cincuenta años no habría entendido el sentido de esa idea. Entre otras cosas, porque la inmensa mayoría de los toros de 1959, por poner una fecha simbólica, eran “estrechos de sienes”. Lo de la anchura va por las dimensiones de los cuernos: muchos cuernos es “anchura”. Y su contrario. Con un matiz imprescindible: la anchura se refiere a la apertura, a la distancia de un pitón a otro, a la envergadura. De modo que quien dio con la idea y la palabra no andaba descaminado.

En la jerga ganadera, a los toros de cuerna abierta o desplegada se les llama, de siempre, playeros. Y, sin embargo, no es lo mismo un toro playero que un toro ancho de sienes. Puede parecer un acertijo, pero no lo es. Con su sonoro acento campero, el vocabulario que precisa o detalla la morfología de los toros ha tenido la fuerza de un gancho verbal. Porque a cualquiera le gusta dar con la palabra exacta. Y más, si se trata de ciencias naturales. Suponiendo que el toro sea una ciencia natural. Tanto como un arte.

El lenguaje taurino no se traduce bien a todos los idiomas. Ni siquiera al francés. ¿Qué hacemos con las sienes, entonces? Había el toro descarado, el cornalón, el playero, el cornipaso, el veleto, el vuelto, el cornialto, el apretado, el brocho…. Y todo eso se entendía sin nota a pie de página.

Y estaba y está el toro de Pamplona, que es, qué casualidad, un toro ancho de sienes. Cuatro de la corrida de Miura del domingo eran toros playeros. Y los seis de ésta de El Pilar de ayer, también. Muy anchos de sienes, sí. Los seis. Por eso les darían tanto y tan atrás en el primer puyazo. Para prevenir. No para curar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario