KIKE
ROSALES
@kikefutbol
La actualidad de los toros en el país es quizá la
más difícil que ha sucedido a lo largo de la historia de la tauromaquia,
organizar festejos se ha convertido en una penuria en vez de un jolgorio, la
indetenible subida del dólar pone en ascuas las corridas.
En un lugar donde se hace difícil conseguir
alimentos, medicinas o echar gasolina hablar en estos momentos de ferias y
corridas pareciera estar fuera de contexto, el común, (el de “a pie”) está más
preocupado en poder conseguir remedios para la tensión, cauchos para el carro,
harina, carne, pollo (que no se encuentran) y no enfermarse, porque ir a un
hospital público es un drama casi tan igual que asistir a uno privado, porque
pocos insumos y medicamentos tienen.
Se acerca la primera feria de la temporada
taurina, la de San Sebastián y en una región castigada (el Táchira) más que
muchas otras con las penurias sociales viendo un deterioro de calidad de vida
se piensa que organizar las corridas o la misma feria es algo más que difícil
en estos tiempos.
Las dificultades están para enfrentarlas y eso es
lo que vemos ante una hiperinflación tan brutal que rompe el bolsillo de
cualquiera, a pesar de todo ello se espera que se organice la feria.
Eso más allá de un acto de soberbia se vuelve un
compromiso porque no efectuarla en estos casos significaría el cierre de la
misma y con ello de la plaza de toros, de lo que vive la misma (la plaza) es
del alquiler para espectáculos, no tiene dinero ha sido víctima de un robo
absoluto se llevaron desde las computadoras hasta “el pinolín” y tienen el deber de organizar las corridas.
Se han anunciado varios nombres para hacer el
paseíllo en la arena de Pueblo Nuevo, hasta la fecha de estas líneas todavía no
se anuncian carteles suponemos que es por lo de la subida del dólar, es simple;
cuando arreglaron con los coletas estaba
a un precio y hoy está en uno impagable, es fácil la operación para caer en la
cuenta de ello multiplique diez por cien
mil y así hablamos “en plata blanca”.
Está entonces el deber de luchar para no bajar la
Santa María de una plaza que es icono en lo taurino, podría ser como un efecto
dominó en una actividad que está sufriendo en la actualidad “una cornada de
caballo” y tiene referencias muy claras, Caracas; Valencia y Maracay se
cerraron y no se ve que se puedan volver abrir.
Lógicamente dar las corridas en San Cristóbal no
sería el remedio para la dura situación que vivimos, no descenderían las colas
de hasta siete horas que se han tenido que hacer que echar gasolina, tampoco
bajarían los precios de la comida ni nos llevaría a conseguir medicinas, lo que
pasa es que todos esperamos que esto no dure mucho tiempo, que aparezca la
posibilidad de solucionarlos.
Los expertos dicen que una hiperinflación obliga
a tomar medidas económicas para salvar un
país (aunque no se ven), esa es la esperanza que tenemos que podamos
salir de este marasmo tan terrible en que nos han metido, es decir que existe una esperanza, pero si se cierra Pueblo Nuevo
no habrá esperanzas de salvar las corridas por eso es que ante tantas cosas
cabe la pregunta, hacerlo, ¿será un acto de heroísmo…?
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