“El
Payo” logró cortar una oreja en la tercera corrida del serial mayor
CIUDAD DE
MÉXICO, CDMX. Domingo 3 de diciembre (Especial).- Se dio la tercera corrida
de la Temporada Grande Internacional 2017-2018 en la Monumental Plaza México,
que registró casi tres cuartos de entrada en tarde de agradable clima y en la
que el valenciano Enrique Ponce, tras anunciar que donaría sus honorarios a
beneficio de los damnificados por los sismos de septiembre pasado, logró cortar
dos orejas a un ejemplar de regalo de los Herederos de Teófilo Gómez y así
salir en hombros por la Puerta Grande de El Encierro y con lo que festejó su
XXV aniversario de confirmación de alternativa en el gran coso de la avenida de
Los Insurgentes.
Su alternantes, Octavio García “El Payo” cuajó una
importante faena a su segundo astado para cortar un apéndice Joselito Adame se
fue de vacío y dos rayones severos en la zona glútea. El rejoneador Jorge
Hernández Gárate pudo haber “tocado pelo” pero falló con el rejón mortal.
Se lidió entonces un encierro compuesto por un
buen toro para rejones de El Vergel. Y para la lidia a pie, cuatro de los
Herederos de Teófilo Gómez, uno de ellos de regalo, siendo regular el primero,
mansurrón el segundo, de regular a bueno el tercero y mejor el de obsequio que
mereció el arrastre lento. Y tres de Barralva, resultando bueno el primero a
pesar de que se lesionó al saltar al callejón y atorarse en el burladero de los
picadores, y complicados fueron el segundo y el tercero.
El rejoneador potosino JORGE HERNÁNDEZ GÁRATE
abrió el festejo con un buen ejemplar de la ganadería neoleonesa de El Vergel,
al que montando de inicio a “Bucéfalo” se dobló con él para luego dejar un solo
rejón de castigo. Cambió de jaca y encima de “Valladolid” toreó templadamente
al estribo y a la grupa para entonces clavar tres estupendas banderillas, sobre
todo la segunda y la tercera dando el pecho del caballo, además de seguir
atemperando vistosamente la embestida
del vergeleño. Con otra cabalgadura, “Rafaelito”, lidió a la mínima
distancia de costado y así lograr colocar dos espectaculares banderillas al
violín en medio de una sonora ovación. Y sobre “Quinto Pecado” dejó dos palos
cortos en un palmo de terreno y por dentro para después matar, tras brindar la
suerte al diestro ibérico Enrique Ponce, con algún apuro y de rejonazo trasero,
siendo aplaudido.
A pie, el diestro valenciano ENRIQUE PONCE en el
primer astado de su lote, de la divisa queretana de Barralva, de salida saltó
al callejón, quedando atorado en el burladero de los picadores, por lo que de
inmediato se trató sacarlo de ahí con mucha dificultad y al final echarlo al
ruedo enredado en una larga cuerda que poco a poco se deshizo de ella. Ponce
entonces se dio a lancear suave y artísticamente por verónicas y chicuelinas de
mano baja, aunque perdiendo las manos el burel que evidenciaba su calidad y
clase en la embestida. En varas se le castigó brevemente y el de Chiva,
Valencia, quitó de corta manera por lances a pies juntos ya que acusaba
mayormente el daño que se provocó en los remos traseros y delanteros. Con la
muleta comenzó toreándolo por alto, dándole aire al “socio”, para rematar con
un cambio de mano por delante y el de pecho. Continuó ayudándole al toro
haciendo el toreo a media altura, sin obligarlo y siempre esperándolo, en
derechazos tersos y de gran calidad. Una labor sin duda inteligente y de mucho
torerismo. Por ahí siguió oficiando el maestro Ponce logrando pasajes de
incomparable sabiduría taurina pues además, aunque el toro perdía las manos no
ocultaba su clase en la embestida, notándose el trabajo que le costaba ir al
engaño. Sin embargo, el talento de Enrique hizo que pudiera cuajar, dadas las
circunstancias, que realizara un trasteo inesperado. Mató de estocada trasera y
desprendida para ser ovacionado.
En su segundo, de los Herederos de Teófilo Gómez,
Ponce veroniqueó con empeño al mansurrón. Con la franela por trincherazos y
pases de la firma comenzó su faena para seguir con su estilo muy personal para
interpretar el toreo con la mano derecha, con temple y calidad en dos tandas a
pesar de la sosería del astado. Un molinete y un cadencioso cambio de mano por
delante le siguieron para dar paso a estupendos naturales y un lance en redondo
acompañando la embestida insulsa del burel. A media altura y con excepcional
ligazón continuó su quehacer diestro y de manera circular. Más toreo natural y
ralentizado invitando al toro con el puro vuelo de la muleta. Una vitolina dio
pie a su expuesto y estético sentimiento torero por el pitón derecho y en
redondo. Vino entonces su famosa poncina en dos ocasiones para rematar con
desdeñoso lance. Una cátedra taurina sin duda la que realizó el valenciano,
quien se dio el lujo de terminar con una serie de pases del desprecio y adornos
de mucha clase. Culminó entonces su obra de estocada entera, trasera y tendida,
además de dos golpes de descabello para ser ovacionado en una vuelta al ruedo
tras recibir un aviso.
En el toro de regalo, de nombre “Vivaracho”,
también de los Herederos de Teófilo Gómez, a petición del público, Ponce
veroniqueó con solvencia y quitó de manera corta pero con arte a la verónica en
los medios. Con la tela escarlata, don Enrique inició doblándose con suavidad
para después rematar con el cambio de mano por delante. Vino entonces el
inspirado eslabonamiento de grandiosos muletazos en un par de tandas plenas de
arte quintaesenciado. Un trincherazo y el cambio de mano por delante fueron el
comienzo de una pasmosa serie de naturales. Otra más comenzada con el cambio de
sarga por la espalda, tuvo que reponer el terreno y siguió deleitándose y
haciendo disfrutar a la gente con su toreo izquierdista que remató con el
molinete invertido. Una vitolina y bello toreo en redondo de Ponce en medio del
contento del respetable y poner de “cabeza de la plaza” con un portentoso
cambio de mano por delante entre gritos de ¡torero! Con los vuelos de la muleta
por delante provocó la embestida del teofileño para engarzar más toreo natural
e instrumentar la poncina y el remate torerísimo cuando la plaza era un
“manicomio”. Otras tres poncinas cadenciosas, rematando con el terso cambio de
mano por delante y el de pecho bajo el clamor esplendoroso de la gente que
vitoreaba a su torero consentido y de así festejar los 25 años de haber
confirmado su doctorado en la Monumental Plaza México. Más adornos toreros con
pases del desdén y el quiquiriquí para entrar a matar y dejar una estocada
caída, siéndole concedidas las orejas y salir en hombros por la Puerta Grande
de El Encierro. Al buen toro se le dio arrastre lento.
En el primer ejemplar que le tocó en suerte, de la
dehesa queretana de los Herederos de Teófilo Gómez, el espada aquicalidense
JOSELITO ADAME lo recibió de rodillas en la zona del tercio, frente a la puerta
de toriles, con una larga cambiada y de pie ligar chicuelinas rematadas con un
manguerazo de Villalta en medio de algunas protestas por la presencia del
astado, al que le faltaba cara. Con la sarga, Adame inició con pases vaciando
por alto y después torear por derechazos a pesar de la poca fuerza del
teofileño aunque si evidenciando nobleza. Siguió entonces en dos series con la
mano diestra a base de temple y buen trazo. Por naturales fue la misma historia
pues el toro perdía las manos, además de que el torero resultara desarmado y la
impaciencia del público se hacía sentir, por lo que por derechazos mejoró la
condición para Joselito, quien por ahí le dio continuidad a la labor,
incluyendo el estrechar distancias no obstante que un sector de la asistencia
por momentos lo increpaba pero el diestro sin inmutarse y en un palmo de
terreno ligó muletazos de gran valor, convirtiendo las “lanzas por cañas”.
Cuajó finalmente la faena, básicamente con la mano derecha y evidente valor,
aguantando de verdad, añadiendo igualmente su toreo en redondo. Joselillinas
para cerrar la faena y con un sombrero de charro como engaño, entre división de
opiniones, se tiró a matar dejando una estocada honda, tendida y algo trasera,
además de tres golpes de descabello, terminando de la misma manera, con la
división de criterios.
A su segundo, de Barralva, Joselito lo recibió en
la zona de tablas de hinojos con una larga cambiada y de pie lancear con voluntad
a pies juntos para luego quitar por vistosas zapopinas. Cubrió el segundo
tercio clavando un cuarteo bueno, al intentar colocar el segundo par se tropezó
y cayó en la cara del toro para sufrir una paliza, de inmediato fue asistido y
aunque con la taleguilla rota en la zona glútea y delantera del muslo
izquierdo, sufriendo fuertes rayones, se recuperó y dejó otro cuarteo y uno al
sesgo de adentro hacia afuera. Visiblemente maltrecho, con la muleta Joselito
empezó con ayudados por alto hasta en cuatro ocasiones, rematando con el desdén
y el de pecho. Le dio seguimiento a su trasteo por derechazos con pundonor. Por
naturales evidenció su peligro el toro y entonces decidió continuar con la mano
derecha con evidente disposición y firmeza pero el barralveño se refugió en
tablas sin querer dar pelea. Así que al soso ejemplar, Adame no le dejó de
buscar el lucimiento pero ante la poca oportunidad que le dio el problemático
toro se tiró a matar para dejar media estocada trasera y caída, además de dos
golpes de descabello para ser ovacionado.
El matador queretano OCTAVIO GARCÍA “EL PAYO” al
primer burel que le tocó lidiar, de Barralva y que igualmente de salida saltó
al callejón, de regreso al ruedo lo bregó con atingencia. Su quehacer muleteril
lo prologó con pases vaciando por alto suaves y de estudio por parte de “El
Payo”. Le dio un respiro a su antagonista para ir metiéndolo en el engaño y
bajando la mano instrumentar meritorios derechazos. Aunque al toro no le
sobraba la clase, Octavio le plantó cara para por naturales lograr lances voluntariosos
pero sin llegarle a los tendidos. De nueva cuenta con la mano diestra el
trasteo se mantuvo en el mismo nivel, es decir, el torero por encima de las
condiciones del astado. Al final por el izquierdo logró destacados muletazos y
más toreo derechista valioso ante la poca tolerancia del público. Finalizó
de pinchazo y media estocada para
recibir dos avisos.
En su segundo, del hierro de los Herederos de
Teófilo Gómez, “El Payo”, llamado “Murmullo”, se gustó lanceando suavemente a
la verónica y mejor remató con una media, incluyendo un templado quite por
verónicas. Con la muleta, después de comenzar en el centro del ruedo con el
cambiado por la espalda, una arrucina y el de pecho, se dio a torear lenta,
suave y con gran calidad por el lado derecho en dos tandas brillantísimas.
Logró una tercera inconmensurable que adornó con un natural, el de pecho y otro
de trinchera con la mano izquierda. Por naturales de igual manera se recreó
Octavio, le corrió la mano al noble pero soso y distraído astado, aprovechando
toda la imaginación que le surgía al torero. Toreo en redondo con la mano
diestra sin mucha ligazón por lo que rectificó “El Payo” y volvió a la senda
natural con enorme clase y estética, de mucha personalidad y empaque torero.
Muletazos de adorno para abrochar su trasteo y rubricar de pinchazo y estocada
aguantando para serle concedida una oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Un toro para rejones de El Vergel, de buen juego. Y para la lidia a pie, cuatro de los Herederos de Teófilo Gómez, uno de
ellos de regalo, siendo regular el primero, mansurrón el segundo, de regular a
bueno el tercero y mejor el de obsequio que mereció el arrastre lento. Y tres
de Barralva, resultando bueno el
primero a pesar de que se lesionó al saltar al callejón y atorarse en el
burladero de los picadores, y complicados fueron el segundo y el tercero.
El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Palmas.
Enrique
Ponce: Ovación, vuelta al ruedo
tras un aviso y dos orejas en el de regalo.
Joselito
Adame: División de opiniones y
ovación.
Octavio
García “El Payo”: Dos avisos y
una oreja.
Tercera corrida de la Temporada Grande
Internacional 2017-2018. Monumental Plaza México.
Casi tres cuartos en tarde de agradable
clima.
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