CARLOS RUIZ
VILLASUSO
La forma de anunciar carteles no es la más idónea
para los tiempos que corren. Ni en el contenido ni en los tiempos. Veo
anunciada ya la corrida de Vistalegre en homenaje a Victorino y creo que es un
acierto hacerlo de esta horma y con tanto tiempo para poder trabajar en la
venta de entradas, crear ambiente, dar a conocer al público. Es corrida única,
cartel cerrado, una historia dentro del propio cartel. Se me hace que muchas
ferias y algunos carteles de corridas sueltas, se dan a conocer con un periodo
de tiempo escaso para poder trabajar en cada lugar.
El trabajo en cada ciudad es necesario. Trabajarse
a la gente muchos días antes para intentar que la corrida o la programación
llegue hasta el último de los ciudadanos me perece esencial. Meter la corrida
dentro del ideario del pueblo o ciudad es ponerla en valor y hacerla de la
gente, hacerla suya. Incluso en Madrid y en Sevilla, llevar la feria o las
programaciones barrio a barrio, casi casa por casa en una estrategia
comunicativa de gran tarea social.
Está bien la rueda de prensa, la “gala” de
presentación al uso, pero el toreo se ha de llevar a cada barrio y los toreros
deberían patearse literalmente barrios y colonias en busca del voto preciado,
que no es otra cosa que darse a conocer. Hola, soy yo, soy torero, toreo en tu
ciudad, en tu pueblo. Miles de barrios de muchas ciudades de todos los países
jamás han visto a un torero caminar por sus calles a pie, dando la mano,
saludando, tomando una caña, entrando en un mercado de abastos, en un súper, en
un centro de trabajo… Incluso los toreros nacidos en el barrio son engullidos
por ese aislacionismo que prevalece en esta profesión que, siendo del pueblo,
ha convertido a sus personajes en los más ocultos, en los menos vistos en el
día a día. Imagino a 50 toreros un mes o mes y medio por los barrios de Madrid
de cara a San Isidro. Una gozada.
Los toreros se recluyen en un lugar, no se
implican con la ciudadanía. Sí, ya sé que muchos hacen clases prácticas, toreo
de salón y esas cosas que van dirigidas a los que ya son partidarios. Ya son
partidarios. Uno no va a pescar pescado en las pescaderías. Ahí lo compra. Se
va a pescar donde todavía no tenemos el pez. Somos, lo queramos o no, una
oferta de ocio de escasa movida en los grandes medios, en los grandes
programas. Y somos, sobre todo, un ocio popular. Así lo ha sido el toreo en la
historia y eso es lo que debemos recuperar.
Eso en cuanto al torero, porque el toro, el
animal, ha de tener su propio día a día en cada barrio. Desde luego no
pasearemos un toro por una calle, pero no es necesario. Hay centros de juventud
en cada barrio, centros de ciudadanos en cada barrio, movidas culturales en
cada barrio y la cultura ecológica ciudadana es tan necesaria como vital para
esta soledad y para la Tauromaquia. La mayoría de la población de España se
encuentra en las ciudades y ahí el toro es un gran desconocido.
Sólo lo conocen desde el mensaje de la falta de
protección de su vida. Y resulta que los auténticos y verdaderos protectores de
la vida del toro y del medio ambiente, estaño expulsados o auto excluidos de
los barrios de las ciudades. Hay vida en los barrios, hay colectividad, hay
organizaciones, hay colegios, centros, escuelas, adonde acudir de forma
natural, diaria, formar parte de esas vidas de los ciudadanos. Se trata de
bajar a la calle. Ir a comprar el pan, el diario, dar la mano, mostrarnos como
somos. Que somos gente sana. Que somos de carne y hueso. / Redacción APLAUSOS
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