A la
espera de las grandes sorpresas, si se dan
Mientras
se mira hacia los propósito de José Tomás, aún por descubrir sus cartas, y
hacia los propósitos de la nueva etapa de Morante, nos metemos en un cambio de
año y temporada con el desencanto de la devaluación de la campaña americana,
muy lejos de lo que fue, y con el hormigueo de tratar de adivinar que nos
esperará en los ruedos españoles. Pasa siempre cuando el invierno entra en su
fase final, buscando la primavera, una vez que los recuerdos del año anterior
ya han sido suficientemente discutidos por los aficionados. En el horizonte
andan los propósitos de Morante y el deseo de que los nuevos se consoliden en
los ruedos y en las taquillas. Pero al final, en el fondo de un aficionado
siempre se mantiene la esperanza, que hasta que llegue Zaragoza no sabrá si se
ha cumplido,
Llega el fin de año, para dar paso a la temporada
de 2018, con todas las incógnitas que trae en su seno. Sin duda estamos en una
etapa de tránsito, de cuyo buen fin dependen no pocas cosas. El tradicional comienzo de año siempre nació
en las Américas. Hoy, aquella realidad, está cuestionada en su importancia e
interés. No hay más que comprobar la diferencia de trato que le dan los medios
en comparación con lo que ocurría en los años 50 y 60.