El
mítico ganadero se encuentra sedado y rodeado de su familia en su finca de
Monteviejo.
ZABALA DE
LA SERNA
@zabaladelaserna
Victorino Martín libra, a sus 88 años, su última
batalla. Su estado de salud pende de un hilo tras sufrir un accidente
cerebrovascular. Muy grave, diría el pronóstico de un parte facultativo. Aunque
se encuentra estable y sedado en su finca de Monteviejo, su hijo Victorino
manifestaba a ELMUNDO su resignada preocupación: "Es ley de vida. Nunca
quieres que llegue este momento, pero hay que aceptarlo. No cambiaría nada
ingresarlo en un hospital, nos han dicho los médicos. Así que hemos decidido
que se quede aquí bajo vigilancia".
El legendario ganadero aparecía por última vez en
público el pasado 13 de septiembre en la Catedral de Cuenca para recibir de
manos del Rey Felipe VI el Premio Nacional de Tauromaquia, que concede el
Ministerio de Cultura, en reconocimiento a su incomparable trayectoria.
"Su nombre ha quedado asociado a valores como la emoción, la bravura o la
protección del valiosísimo patrimonio ecológico que encierra la
Tauromaquia", declaraba el jurado.
Victorino es el único criador de toros bravos, y
el único representante del mundo taurino, que también ha ganado la Medalla de
Oro de las Bellas Artes (2014).
Es la palabra "único" la que mejor
define a Victorino. El único ganadero a cuyo reclamo se llenaban las plazas en
los gloriosos 80 y 90 para su divisa; el único que cuenta con un toro indultado
en la Maestranza -Cobradiezmos (2016)- y otro en la Monumental de las Ventas
-Velador (1982)-; el único que cuenta con un azulejo en la Puerta Grande de la
plaza de toros de Madrid; el primero que atravesó a hombros el arco de la
gloria del coso más importante del universo táurico allá por 1976... Cuenta con
17 toros premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre sobre la arena venteña
y un palmarés, como rezan todos sus galardones, «inigualable». Un luchador como
ninguno por la integridad de la Fiesta y la dignidad del ganadero.
Desde que compró los albaserradas de Escudero
Calvo hace más de medio siglo hasta convertirlos en toros de leyenda. Tan
grande como la suya propia.
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