Victorino Martín Andrés nació el 6 de marzo de
1929 en la población madrileña de Galapagar. Hijo de Adolfo Martín Miguel y
Candelas Andrés Calvo, tuvo dos hermanos -Adolfo y Venancio- y dos hermanas que
murieron antes de que él naciera. Su padre falleció cuando él apenas era un
niño, fusilado en Paracuellos del Jarama el 8 de noviembre de 1936, en los
primeros meses de la Guerra Civil española.
Victorino estudió primero en el colegio de los
Hermanos Maristas de la calle Fuencarral de Madrid, después ingresó interno en
el colegio Alfonso XIII de los Agustinos en El Escorial y, más tarde, hubo de
abandonar las clases para ayudar en los negocios familiares. Así, con 16 años,
se hizo cargo de la carnicería de su tío Mateo en Torrelodones y poco después
abrió junto a sus hermanos dos carnicerías más en el mismo pueblo. Gracias a
aquello comenzó a forjarse como tratante de ganado e, incluso, empezó a
organizar espectáculos taurinos en los pueblos de la provincia de Madrid y las
dos Castillas con parte del ganado morucho que compraba.
En 1953 inscribió junto a sus hermanos en la
Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia el hierro de la V con el que la
familia había herrado todas las reses moruchas desde los tiempos del abuelo
Venancio. La inscripción se hizo a nombre de Adolfo Martín Andrés.
Los hermanos adquirieron el 18 de agosto de 1960
un primer lote de ganado de los hermanos Escudero Calvo, vacada que perteneció
en su día a José Bueno, y, anteriormente, al marqués de Albaserrada. Compraron
por 1.060.000 pesetas más de 150 cabezas y el derecho a usar en los carteles el
nombre de Escudero Calvo, con el que lidiaron su primer festejo. Fue una
novillada, en Zaragoza, el domingo 30 de abril de 1961, con Palmeño, Manolín
Herrero y Emilio Oliva en el cartel. La primera corrida de toros llegó en la
inauguración de la plaza de San Sebastián de los Reyes en 1961 con Antonio
Bienvenida, Antoñete y Curro Montes formando la terna. En abril de 1962 los
hermanos Martín Andrés adquirieron el segundo lote de la ganadería de Escudero
Calvo, el correspondiente a Josefa Escudero. Se componía de 150 hembras y un
semental de nombre Barquillero. Pagaron por las reses 2.500.000 pesetas. Aún
hubo una tercera compra, efectuada el 23 de diciembre de 1965 a Antonio
Escudero, junto a la finca Monteviejo, en Cáceres.
Tras lograr varios éxitos -como el de 1964 en
Aranjuez, cuando Victorino salió por primera vez a hombros de una plaza de
toros-, la ganadería debutó en la plaza de Las Ventas el 19 de junio de 1965.
Lo hizo con una novillada, en la que triunfó El Inclusero y torearon también
José María Sussoni y El Pepe. La primera corrida que Victorino lidió a su
nombre fue el 29 de junio de 1967 en la plaza cántabra de Castro Urdiales.
UN PERCANCE QUE PUDO SER FATAL
Poco después de aquel festejo en Castro Urdiales,
sufrió un gravísimo percance en el campo el 2 de junio de 1968. El semental
Hospiciano, de nueve años, le dio otras tantas cornadas, zafándose del animal
metiéndose en el río Árrago que cruza la finca. Al año siguiente, el 18 de
agosto de 1969, lidió por vez primera a su nombre en Las Ventas, donde el año
anterior había debutado la vacada con corrida completa. Despacharon aquel
encierro del 69 Pepe Osuna, Adolfo Rojas y El Paquiro, que fue cogido por su primero.
Al año siguiente, el 10 de agosto de 1969, llegó
el primero de los innumerables éxitos que estaban por venir. Andrés Vázquez le
cortó las dos orejas al bravísimo Baratero, primero de los diecisiete
ejemplares premiados con la vuelta al ruedo en la plaza de Las Ventas.
Desde entonces, la Monumental madrileña fue su
lanzadera. Granadino -ejemplar de nueve años, jugado el mismo día que
Baratero-, Jaquetón, Conducido, Pocapena… fueron poco a poco engrandeciendo el
historial de la ganadería, que se consagró definitivamente el 1 de junio de
1982 con la famosa Corrida del Siglo, en la que Ruiz Miguel, Luis Francisco
Esplá y José Luis Palomar salieron a hombros tras cortar dos orejas cada uno.
En aquel festejo -televisado para toda España por TVE- fue premiado en el
arrastre Director y Pobretón se llevó el galardón al animal más completo de la
isidrada. Junto a la terna, Victorino salió a hombros de Las Ventas, proeza que
ya había conseguido cuatro años antes, en 1978. Apenas unos días después del
legendario festejo del 82, el 19 de julio concretamente, Victorino terminaría
de entrar en la leyenda con el indulto de Velador, cárdeno, número 121, a manos
de Ortega Cano en la corrida concurso de ganaderías organizada por la
Asociación de la Prensa. Hasta hoy, el de Velador es el único caso de indulto
en Madrid.
En 1988 Adolfo Martín abandonó la ganadería para
crear la suya propia con el antiguo hierro de la V y todas sus reses asociadas;
y en 1990 Victorino decidió no lidiar ningún festejo en España, jugando toda su
camada en Francia en señal de protesta por la que él mismo denominó
"campaña de persecución" de los veterinarios españoles a su
ganadería.
Desde entonces, su historial siguió agrandándose y
su figura, también, llegando incluso a obtener el premio del indulto para otra
de sus reses en la otra gran plaza de España, la de Sevilla. Sucedió en 2016
con Cobradiezmos y Manuel Escribano como coprotagonista del acontecimiento.
Además, Muroalto, indultado por Juan José Padilla en el coso de Illumbe de San
Sebastián en 2005, le hacen ostentar el título del criador de reses bravas con
más indultos -3- en plazas españolas de primera categoría.
UNA ÚNICA VENTA, APODERAMIENTOS Y
MATRIMONIOS
Victorino sólo vendió una vez productos suyos. Fue
en 1978 a Leopoldo Picazo. Las veinte vacas y el semental que entraron en el
trato acabarían tiempo después en manos del ganadero José Escolar. Asimismo, a
finales de 1992 regaló a su amigo José Chafick, ganadero mejicano, veinte
pajuelas de dos sementales, llegando así la sangre de la ganadería hasta
tierras americanas.
El Paleto de Galapagar, como se le conoció
popularmente, también llegó a apoderar a toreros -caso de Miguel Abellán o Luis
Bolívar- e intentó reflotar otros encastes como el de Vega-Villar o el de
Urcola.
Victorino se casó por primera vez con María
García. Fruto de aquel matrimonio, que duró treinta años, nacieron sus dos
hijos, Ana Isabel y Victorino Martín García. Tras separarse en 1988, contrajo
matrimonio con María Teresa Cachero, con quien conviviría durante dos años. / Angel Berlanga / Redacción APLAUSOS
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