“Se
trata de una iniciativa legislativa que presentaremos en el Congreso: modifica
la lidia para que no se prolongue su agonía. Si no lo hacemos nosotros lo harán
los antitaurinos” / “Los aficionados tendrían que hacer algo más que comprar la
boleta”.
JUAN DIEGO
MADUEÑO
@juandimc
Felipe Negret es abogado y la afición a los toros
le viene de niño. “Mi padre me llevó a la plaza cuando era alcalde de Popayán
con cinco años. Me lo inculcó”. Fue empresario de la plaza de toros la
Santamaría de Bogotá desde 1999 hasta 2016. El alcalde de la ciudad, Gustavo
Petro, la cerró prohibiendo las corridas el 12 de julio de 2012. En ese momento
comenzó un pulso entre ambos. Algunos novilleros llegaron a ponerse en huelga
de hambre en la puerta de la Santamaría. Los antitaurinos iban a comer delante
de ellos. Negret se enfrentó prácticamente en solitario a esta
"arbitrariedad". “Jamás he litigado en causa propia. La plaza estuvo
cerrada 1779 días. Cuando sentí que me tocaban los costados y se me cerraban
las puertas, luché. Lo he compaginado bien con el apoyo de mis hijos y mi
mujer, a pesar de las amenazas que sufrí y sufro todavía. No me amilano”. La
Corte Constitucional revocó esa decisión. “Petro decidió entonces hacer
reformas en la plaza, clausurándola dos años, durante 2015 y 2016”. Los
antitaurinos provocaron una batalla campal en los aledaños durante la
reapertura. “Estamos defendiendo conceptos de libertad que en una sociedad
pluralista habían ya sido superados. Vivimos un retroceso. Hay que aprender de
los franceses”. Ahora ha dado un paso atrás, la Santamaría busca nuevos
empresarios, y mantiene la defensa en el Congreso, donde ha participado en la
elaboración de una iniciativa legislativa que modifica la tauromaquia “para que
el toro no sufra tanto”.
- Casi un
año después de la reapertura de la plaza de toros de Santa María, ¿cómo está la
situación?
Bueno, yo creo que siempre lo advertí. La
reapertura de la Santa María no solamente fue un desafío de los taurinos sino
que sirvió también para recuperar la libertad que nos habían arrebatado de
forma arbitraria. Lo advertí siempre, que los antis no se iban a quedar con los
brazos cruzados. Por eso arremetieron con un acto terrorista el día de la
reapertura contra gente indefensa, a un colectivo, con la complacencia de las
autoridades.
- ¿Pero
cómo está la situación ahora?
Pienso que hemos ganado una batalla, no la guerra,
hay que seguir luchando. Esta lucha va más allá de lo taurino. Toca las
libertades de cada uno, del trabajo, de ir o de no ir a una representación
cultural, eso no puede estar limitado por prohibiciones. El camino es seguir
luchando. No se les puede ceder nada porque van a ir a más. Ya mismo te van a
impedir caminar por las calles, ir a los parques.
- Hasta qué
punto Gustavo Petro, el antiguo alcalde, hizo lo posible para que no hubiera
toros en Bogotá.
Pues cuando se confirmó la reapertura acudió a una
arbitrariedad: mandó hacer obras en la plaza. Sus arbitrariedades fueron
derrotadas en la Corte Constitucional, que es el Tribunal Constitucional de
aquí. Esas son sus armas. Es un cobarde. Las peleas no las da de frente. La
plaza ya está remozada y lista para dar toros en 2018.
- ¿Hay
contratado ya algún torero o ganadería?
Puedo decir que habrá carteles en 2018. Ahora
mismo existe un proceso para elegir al nuevo administrador de la plaza de toros
de Bogotá. He hecho varias invitaciones para que empresas españolas,
colombianas o mexicanas participen en la presentación de plicas. Las
licitaciones cierran el jueves.
- ¿Se sabe
qué empresas se han presentado?
No, hasta el jueves no se sabrá nada.
- El salto
de Petro a la política nacional, ¿hipoteca el futuro?
No, hay más vida y más libertad más allá de
Gustavo Petro. Lo vamos a volver a derrotar.
- ¿Cree que
puede llegar la prohibición total?
Hay algunas iniciativas en el Congreso de grupos
antitaurinos ahuspiciados por algunos políticos que se quedaron sin discurso y
creen que abrigar esta causa les va a dar votos. Las vamos a derrotar. No hay
animal en el mundo más desagradecido que un antitaurino. Ahora estamos estamos
a la espera de que la Corte Constitucional resuelva dos nulidades. Una de ellas
es respecto a una consulta popular y otra hace frente al exhorto de la Corte, que en febrero de 2017 recuerdó
al Congreso que era necesario regular el tema del maltrato animal. Fue clara al
respecto; si no se se regula el tema del maltrato animal quedarán suspendidas
las actividades en las que hay animales implicados, los toros, los gallos, las
corralejas o el coleo, por ejemplo.
- ¿Existe
algún plan para evitarlo?
Sí, hay una iniciativa legislativa. Es un proyecto
muy corto y muy condensado para regular los espectáculos taurinos. Las nuevas
conductas van a contribuir a la aminoración del dolor en el toro y para que no
se hable más de maltrato.
- Pero eso
supone confirmar todo el argumentario antitaurino.
Se trata de adecuar la fiesta a ese requerimiento
y a los nuevos tiempos. No habrá regulación que sirva frente a los
intolerantes, pero sí lo intentaremos con la Corte. El Congreso tiene una asignatura
pendiente. Y no creo que sea ceder. Hay que adaptar la fiesta pero sin cambiar
su esencia.
- ¿A qué se
refiere cuando habla de “nuevas conductas”?
Nuestro proyecto hace referencia a la reducción
del arpón en las banderillas, la reducción de la puya y la reducción también de
los tiempos de la faena. Vamos a incorporar los avisos a la hora de entrar a
matar para no prolongar la agonía. Hemos observado detenidamente la regulación
española en este aspecto, que da un tiempo máximo de 15 minutos [Artículo 81
del Reglamento]. Hasta ahora en Colombia no había límite.
Lo que sí me ha quedado claro al ver el momento
actual de Cataluña versus España es que esto era una crónica de una muerte
anunciada. El primer paso fue la prohibición de los toros y miramos todos para
otro lado. La plaza de toros de Barcelona tuvo un fallo a favor de la fiesta y
nadie, ni el propietario de la plaza ni su empresario, hizo nada por reabrirla.
Mataron el tigre y se asustaron del cuero. Les falto valor civil y cambiaron el
mercantilismo por la libertad. Y mire cómo está Cataluña hoy. Todos esos
fenómenos no son exclusivos de la fiesta. Es el populismo que se está tomando
la sociedad.
- ¿En que
fase está esa iniciativa legislativa?
Está redactada y va a ser presentada por unos
parlamentarios afectos, no a la fiesta, sino a la libertad y a todas estas
manifestaciones culturales. Hay unos términos y unos tiempos dados por la CC al
colectivo taurino que tienen fecha de caducidad. Tenemos hasta el 6 de febrero
de 2019. Hay que impedir que otros hagan la reforma de la fiesta. Tenemos que
hacerla nosotros y no nuestros enemigos.
- Me
preocupa que esto sea una puerta para acabar con la liturgia taurina.
La esencia se mantiene, no hay que cercenar el
conjunto.
- ¿Entonces,
después de todo, admite que el toro sufre?
Es que nunca hemos negado que el toro no sufra.
Eso sería tapar el ojo. Claro que el toro sufre. Pero no lo mide nadie. ¿Quién
lo mide? El antitaurino dice que sufre, que es maltrato y barbarie, y nosotros
decimos que sufre pero es una lucha. Hay que regular los actos que aminoren el
sufrimiento. Las sociedades evolucionan y no podemos ser ajenos a esa realidad
y a esas circunstancias.
- ¿Qué
políticos van a ser los encargados de presentar esta iniciativa?
Es un grupo de congresistas entre los que hay
conservadores, liberales y de centro democráctico... Repito que no podemos
concebir lo que le ocurre a la fiesta como un episodio aislado, hay que mirar
lo de Cataluña, lo de Venezuela. Todas esas formaciones políticas no tienen
arraigo ni pensamiento. Su única bandera es la destrucción. Ya lo dijo Bertolt
Brecht. “Vinieron a por los obreros pero a mí no me importó y así sucesivamente
hasta que vinieron por nosotros”. [Aunque popularmente se atribuye a Brecht,
este poema es de Martin Niemoyer].
- ¿Quién ha
sido el encargado de redactar este proyecto?
Los hemos construido desde la Academia de
Juristas, con la participación de las empresas, ganaderos y toreros.
- La lucha
previa la ha librado en solitario.
Sí, eso lo hice no como empresario, sino como
aficionado. Han llegado apoyos de las demás empresas del país y yo pienso que
es el momento de sumar. Quienes vivieron de cerca esos momentos duros, llenos
de esperanza y realismo mágico saben lo que supuso. Se vio expresado en los
rostros de mis hijos el 22 de enero de 2017. La ley que devolvió los toros ha
sido atacada desde que fue promulgada. Ha aguantado seis exámenes de
constitucionalidad. La vigencia que tiene la fiesta brava en la Constitución
colombiana no la tiene ninguna otra expresión.
- Todo lo
que ha tenido que hacer, la inversión de su tiempo y sus conocimientos, esa
defensa, ¿en cuánto estaría valorada?
La libertad no tiene precio. A mí me entregaron
una plaza abierta en 1999 y me propuse regresarla abierta a sus gentes. Lo que
pasa es que tiene que surgir nueva gente que defienda esto. Hay una indolencia
total de la afición. Sobre todo en Bogotá. Las peñas taurinas están
desaparecidas. De ser unos entusiastas y unos protestantes dentro de la plaza
han pasado a desaparecer, se les extraña, no se sabe a dónde se fueron. No han
estado en el Congreso de la República para dar el debate. No se trata sólo de venir
a Bogotá a los actos o estar en la lectura de unos manifiestos. Hay que
replantear la defensa. Especialmente la de los toreros, en concreto las
figuras, que esto no se defiende a punta de caché.
- ¿No cree
que a la afición se le exige ya lo suficiente, que hacen bastante con pagar su
entrada?
Extraño a la afición. Debería estar más presente.
No se trata sólo de comprar la boleta, también hay que acudir al Congreso. Los
que tienen más afectada su libertad son ellos. A veces siente uno que al aficionado
es vergonzante y que ha preferido vender el sofá.
- ¿Hay
algún organismo que agrupe la reacción a los ataques?
Como colectivo u organización, no.
- ¿Echó de
menos en los momentos duros a alguna figura del toreo?
A Bogotá vinieron los que tuvieron que venir. Los
que entendían el momento y dieron el paso adelante. Pero Bogotá, como toda
Colombia, taurinamente está en cuarentena por el asunto de la Corte y los
antitaurinos.
- Y los
profesionales, ¿cómo se organizan?
Básicamente está la unión de toreros, hay varias
uniones de ganaderos y lo que le digo es que nos hemos unido las principales
empresas del país.
- ¿Ha
tenido algún contacto a nivel internacional?
Hemos tenido manifestaciones desde España y México
y también de la afición francesa.
- ¿Con
quién ha hablado en España?
Con Carlos Núñez, el presidente de la Unión de
Criadores.
- ¿Qué
opinión tiene de la de Fundación Toro de Lidia?
No, bueno, yo creo que todo lo que se haga por
defender la fiesta es positivo. Pero hay que ver las orejas del lobo. El tema
de Petro ustedes lo tienen con Iglesias. Es una amenaza total, sobre todo con
la actitud meliflua del PSOE y en especial de Pedro Sánchez. Lo que sucedió
recientemente en Mallorca es un ejemplo.
- Durante
la reapertura se produjo una auténtica batalla campal. ¿El movimiento allí está
muy radicalizado o aquello fue algo puntual?
Fue el calentamiento de la campaña política al
Congreso de la República. Hostigaron las protestas. A falta de ideas y banderas
la emprendieron contra el colectivo taurino. No hay que bajar la cabeza, no hay
que dejarse amedrentar.
- ¿Cuál es
la situación real del toreo en Colombia?
Está Cali. Un referente importante es Manizales y
no sólo por su tradición sino por la renovación que hizo de la fiesta. En el
sentido de que hay 4000 abonados en el tendido joven. También ocurrió en la
temporada de la libertad en Bogotá cuando acudió mucha gente joven a la plaza
de toros. El haber tenido un lustro la plaza cerrada hizo que la familia
taurina se volcara de nuevo en los tendidos llevando a sus familias y remozando
la plaza de toros. Le podría decir que hay más renovación desde el punto de vista
del público, hay una mayor simiente en América y Colombia, que en la propia
España. Se ve en la gente joven que va a los toros. Hay afición joven porque la
familia taurina apoya y los lleva desde niños. Este año he estado en varias
ferias españolas y veo que no se renueva la afición. Esto quizá es incongruente
con lo que he dicho antes. La afición en Bogotá está ausente, porque no sólo
hay que dar el paso cuando hay temporada taurina, sino cuando hay iniciativas
en el congreso y cuando se le citan no van. Necesitamos implicación. La defensa
de la fiesta no se circunscribe ni a la arena ni puertas de la plaza. Es de
ámbito universal.
- El fallo
favorable de la Corte Constitucional, además de reabrir la plaza, ¿qué ha
provocado? ¿Ha servido para blindar la tauromaquia?
Claro, hay dos cosas que la han blindado. La
sentencia 9/16 de 2004 que impulsamos los taurinos que permitió eliminar la
arbitrariedad que tomaba Bogotá. Había mucha inseguridad jurídica porque había
toros en el resto de ciudades y allí no. También existe la T292/2013 que
establece que aunque mayoritariamente la sociedad no comparta esta
manifestación tiene que respetarse porque forma parte de la identidad cultural.
Esta declaración afinca el asunto de minoría y como minoría debemos ser respetados,
y para serlo debemos dar la batalla.
- ¿Existe
la tauromaquia popular en Colombia?
Sí, existe tauromaquia popular, sí claro, sobre
todo en las regiones. Hay otras manifestaciones que se inspiran en la fiesta
brava como son las corralejas. Las cuales deben ser ordenadas, al igual que el
Toro de la Vega. Esos espectáculos le han hecho mucho daño a la fiesta brava.
- ¿Por qué?
No se pueden poner al mismo nivel. Necesitamos una
regulación. Nosotros tenemos respeto por el toro.
- ¿Desde
cuándo hay toros en Colombia?
En Bogotá hay toros desde hace más de 200 años.
Simón Bolívar celebró la independencia con una corrida de toros. Nosotros en
Colombia somos admiradores de España pues heredamos de ustedes el idioma, las
costumbres, la religión y todas las manifestaciones culturales, no venimos de
Holanda ni Dinamarca. No podemos permitir que unos pocos revoltosos, Petro o
Iglesias, se apoderen de la conciencia nacional o las costumbres. Cuando uno ve
esos personajes en política uno ve lo que ustedes en España llaman fachas.
Creen que moralmente pueden imponerse a una sociedad y determinar qué es bueno
y malo para ella.
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