El
novillero venezolano, líder de su escalafón, sufre una cornada de 25
centímetros que le atraviesa el muslo derecho; este miércoles iba a convertirse
en matador de toros en Zaragoza de manos de Enrique Ponce.
SALVADOR
FERRER
@salvaferrer78
Diario EL MUNDO de Valencia
Foto: EFE
Novillos manchegos y tres novilleros de distintas
latitudes: un valenciano, un venezolano y un madrileño para celebrar el 9 de
Octubre, día de la Comunidad Valenciana que rememora la conquista del Rey Jaume
I.
Con el himno de Valencia, las señeras esparcidas
en la arena y el toro como seña de identidad de la cultura ibérica,
mediterránea, levantina y valenciana comenzó la función en el coso de Monleón.
Un entradón, por cierto. Más de media plaza.
Precioso el castaño que rompió plaza. Media
tonelada de mansedumbre. Se emplazó de salida, hizo caso omiso a las telas,
hizo sonar el estribo y se repuchó en varas, se dolió en banderillas, pegó arreones
y oleadas, se iba a tablas. El manual del manso. Nunca humilló. Faenó sin eco
pero con ortodoxia Beltrán tratando de sujetar aquella nobleza mansa. O aquella
mansedumbre noble.
El cuarto nunca se empleó. La cara por la
esclavina, suelto, a su aire. Manseó. Le dieron fuerte en varas. Se reduciría
su poder pero no su pésima condición. Brindó Beltrán a Toni Gázquez, director
del Centro de Asuntos Taurinos de la Diputación. El toro acabó huyendo a
tablas. Sin historia.
Dos largas cambiadas en el tercio precedieron un
saludo capotero variado de Colombo. Banderilleó fácil. Muy ajustado un par de
dentro a fuera y un violín apretadísimo en el embroque. Incierto y geniudo el
novillo. Bajo y corto de cuello. En la primera serie en redondo sobrevino la
cornada. Certero. Un boquete en el muslo derecho. Colombo se dio cuenta. La
alternativa en Zaragoza está programada para el miércoles. Qué pena. Beltrán
pasaportó al novillo de Los Chospes. Desde la enfermería pronto llegó la
información de que llevaba una cornada envainada.
El tercero se llamaba Fulano. Bajo y con su genio.
Desclasado, sin ritmo ni humillación el domecq manchego. La cara muy suelta que
se dice ahora. Y las intenciones oscuras. Se quiso rajar, escarbó sin llegar al
vicio, se desentendía, el derrote, el gañafón. Téllez le propuso el toreo
clásico. Misión imposible, faena lánguida.
El quinto se llamaba Fetén. Buen augurio por la
onomástica pero nada más. Y por las hechuras de toro, acucharado, astracanado.
Manseó como sus hermanos pero también tuvo nobleza y cierto son, ritmo. Téllez
se expresó con la diestra. Un pase de pecho a la hombrera dorada y chispeante
fue excelente. Con la izquierda se enredó. Un desarme no interrumpió el trabajo
de los músicos. Volvió con la diestra con el novillo ya desfondado. Escasa pero
buena la dosis. Generosa quizá la oreja.
El madrileño se fue a portagayola a recibir al
sexto. Luego le enjaretó varias chicuelinas garbosas. Intenso y eléctrico el
quite por saltilleras posterior. Sonó una diana floreada. Brindó a su cuadrilla,
como suele ser preceptivo, y se fue a la boca de riego. Un péndulo imposible
precedió una labor de querer. Actitud, vaya. Con franqueza el novillo, con su
bondad. Desmesurado el premio que le abrió la puerta grande. Con el festejo de
este lunes se cierran las puertas de la Plaza de Valencia hasta las Fallas de
2018.
LOS CHOSPES / Beltrán, Colombo y Téllez
Plaza de toros de Valencia. Lunes, 8 de
octubre de 2017. Novillada con picadores. Más de media plaza.
Novillos de Los Chospes, bien aunque desigualmente presentados, con la
mansedumbre como nota predominante. Manso de libro el 1, peligroso el incierto
2, desclasado el 3, mansurrón el 4, con su nobleza el 5, franco el 6.
Fernando
Beltrán, de verde hoja y oro.
Pinchazo y estocada desprendida. Ovación. Mató al segundo novillo que hirió a
Colombo. En el cuarto, tres pinchazos, estocada. Silencio. Aviso.
Jesús
Enrique Colombo, de azul marino y
oro. Herido en su primero con una cornada envainada. Pasó a la enfermería.
Ángel
Téllez, de blanco y oro. Estocada
baja. Silencio. En el quinto, estocada casi entera. Oreja. En el sexto, más de
media en buen sitio. Oreja.
PARTE FACULTATIVO: Colombo sufre una
cornada de 25 centímetros
Jesús Enrique Colombo fue operado en la
enfermería de la plaza de una cornada en la cara interna inferior del muslo
derecho con una trayectoria ascendente de unos 25 cm. y orificio de salida en
la cara anterior tercio proximal del muslo, desgarrando y rompiendo el músculo
aductor mayor y fascia cribiforme, contundiendo y esqueletizando el paquete
vascular femoral superficial. Pronóstico grave.
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