MANOLO
MOLÉS
@ManoloMoles
Sí lo recuerdo, era el año 1976 cuando nació
Aplausos. Andaba yo en el diario Pueblo, entre el reportero que disfrutaba este
oficio con cualquier tema que fuera actualidad. En televisión asomaba Revista
de Toros, que era una mezcla de modernidad y rigor informativo; y más o menos
arrancaba en la Ser Hora 25 de Martín Ferrand y José María García, compañero en
el diario y en las ondas, añadía al embrión de lo que acabaría siendo un
programa de deportes que creció allí; y se acabó sembrando en todas las cadenas
de radio. Tras Martín Ferrand y José María iba yo y nacía poco a poco el
programa Los Toros, que creció y creció hasta números espectaculares.
La Ser, Pueblo, la tele y Aplausos formaron mi
primera pluralidad informativa. De los cuatro medios sólo en Pueblo tenía la
oportunidad de hacer más periodismo que el taurino, en el que me sentía bien
pero necesitaba más experiencias. En Aplausos arranqué en los inicios, luego
hubo un tiempo en el que no cuadraba; y más tarde llegó a la dirección el
periodista posiblemente por el que más afecto y admiración he sentido en esta
parcela de mi oficio. Oficio en el que he trabajado mucho y he tenido suerte.
Suerte de poder ejercerlo y suerte de que el público entendiera, valorara y
multiplicara mi trabajo. Y en ese crecimiento siempre mi ojo izquierdo se
fijaba en José Luis Benlloch. Me gustaba ya su alma de reportero, su
pluralidad, su forma de ser, de contar y de escribir no sólo lo taurino sino
todo lo periodístico en donde aparecía esa chispa especial que se sale del
montón. Entre unos y otros le pusimos el mote, o la corona, de “mestre”. Lo fue
y lo es. Pausado, hondo, diferente y sobre todo docto en el toro y en el
periodismo. Siempre he repetido lo mismo. Me hubiera encantado, porque además
sería otro acicate, haber compartido la tele, la radio y la prensa con él.
También me hubiera gustado que fuera mi contrario en Madrid. Él en una tele y
yo en otra, él en una radio y yo en otra, él en una prensa y yo en otra. Los
buenos me gustan muy cerca o enfrente. Ambas cosas son estimulantes.
PERIODISMO ES TRABAJO, RESPETO,
CONOCIMIENTO Y PERSONALIDAD
Ahora que la temporada declina me permito salirme
de la actualidad para celebrar el milagro de mantener tan fresca una
publicación y encima de toros. Este libro conmemorativo del 40 aniversario de
Aplausos (no olvido que Salvador Pascual fue su inventor, director y pionero en
tiempos no fáciles). Impresiona que ya esté por encima de los dos mil números;
y es ya historia del toreo de los últimos cuarenta años (todo está ahí escrito
y fotografiado) con las fotos, las crónicas, los datos, las estadísticas, la
opinión, la gloria y el dolor.
A José Luis hay que añadirle algo no fácil. La
constancia. El curro semanal que supone medio día libre, con un ojo cerrado y
otro abierto, y el resto atento a la actualidad, a la noticia, al pálpito y al
pulso de la Fiesta. Y en esas páginas está todo: el triunfo, la muerte, el
fracaso, la gloria, los que mandaron, los que no llegaron, los éxitos y las
tardes con lunes marrón que cantaba Sabina. Yo que no guardo nada y soy un
desastre para mirar atrás, sí tengo todos los números de Aplausos en mi
biblioteca. Cosa que no he hecho ni con la radio ni con la tele. En eso soy muy
valenciano, de la huerta. Lo que plantas y lo que recoges ya es pasado, cada
primavera hay que volver a empezar, a preparar la tierra, a sembrar y a esperar
que el tiempo ayude; y si lo que siembras es periodismo: a que le gente lo
compre, lo oiga o lo vea. Pero lo de ayer ya es pasado. Y yo nunca quise mirar
atrás. Ojo: mirar no, pero sí saber lo que has hecho para intentar un pasito
más. Porque la obsesión es que el que lee, el que escucha y el que te ve tenga
la seguridad de que le cuentas lo más cercano posible a lo que es. Sin pasarte
de listo, pero sin ser tan necio de hablar o escribir de lo que no sabes. El
periodismo es trabajo, conocimiento y respeto. Si a eso le añades personalidad,
llegas casi a la excelencia de esta maravillosa profesión.
MODERNIDAD EN SU CONFECCIÓN Y CATEGORÍA
EN LA EDICIÓN
Benlloch, aunque le joda el artículo, está ahí. Es
mi amigo, pero si fuera mi contrario sería un estímulo porque los contrarios
con categoría también te hacen mejor si no eres tan bobo como un pavo real. Con
José Luis está una lista grande de colaboradores; y sobre todo un pequeño gran
ejército de espartanos que sólo descansan medio lunes y que componen una
redacción ejemplar. Periodistas antes que nada. Profesionales en una
publicación que es taurina pero tiene modernidad en su confección y categoría
en su edición. Esos cuarenta años son también la evolución de la prensa en su
envoltura estética.
Ahora que apenas se escribe de toros en los
diarios, salvo honrosas y escasas ocasiones, ahora que la tele oficial no da ni
los mínimos, que eran dos por año, ahora que nada es sencillo en este oficio,
esta revista y todas las publicaciones que sobreviven son un magnífico milagro.
Y lo bueno es que Serrat ya cantó “ahora que tengo veinte años”, y luego
insistió en “ahora que hace veinte años que tenía veinte años”. Pues eso: hasta
los otros veinte, compañeros. El futuro es quien mejora el pasado. Manos a la
obra.
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