sábado, 7 de octubre de 2017

LA PÁGINA DE MANOLO MOLÉS - Mirando al futuro

MANOLO MOLÉS
@ManoloMoles
Sí lo recuerdo, era el año 1976 cuando nació Aplausos. Andaba yo en el diario Pueblo, entre el reportero que disfrutaba este oficio con cualquier tema que fuera actualidad. En televisión asomaba Revista de Toros, que era una mezcla de modernidad y rigor informativo; y más o menos arrancaba en la Ser Hora 25 de Martín Ferrand y José María García, compañero en el diario y en las ondas, añadía al embrión de lo que acabaría siendo un programa de deportes que creció allí; y se acabó sembrando en todas las cadenas de radio. Tras Martín Ferrand y José María iba yo y nacía poco a poco el programa Los Toros, que creció y creció hasta números espectaculares. 

La Ser, Pueblo, la tele y Aplausos formaron mi primera pluralidad informativa. De los cuatro medios sólo en Pueblo tenía la oportunidad de hacer más periodismo que el taurino, en el que me sentía bien pero necesitaba más experiencias. En Aplausos arranqué en los inicios, luego hubo un tiempo en el que no cuadraba; y más tarde llegó a la dirección el periodista posiblemente por el que más afecto y admiración he sentido en esta parcela de mi oficio. Oficio en el que he trabajado mucho y he tenido suerte. Suerte de poder ejercerlo y suerte de que el público entendiera, valorara y multiplicara mi trabajo. Y en ese crecimiento siempre mi ojo izquierdo se fijaba en José Luis Benlloch. Me gustaba ya su alma de reportero, su pluralidad, su forma de ser, de contar y de escribir no sólo lo taurino sino todo lo periodístico en donde aparecía esa chispa especial que se sale del montón. Entre unos y otros le pusimos el mote, o la corona, de “mestre”. Lo fue y lo es. Pausado, hondo, diferente y sobre todo docto en el toro y en el periodismo. Siempre he repetido lo mismo. Me hubiera encantado, porque además sería otro acicate, haber compartido la tele, la radio y la prensa con él. También me hubiera gustado que fuera mi contrario en Madrid. Él en una tele y yo en otra, él en una radio y yo en otra, él en una prensa y yo en otra. Los buenos me gustan muy cerca o enfrente. Ambas cosas son estimulantes.

PERIODISMO ES TRABAJO, RESPETO, CONOCIMIENTO Y PERSONALIDAD

Ahora que la temporada declina me permito salirme de la actualidad para celebrar el milagro de mantener tan fresca una publicación y encima de toros. Este libro conmemorativo del 40 aniversario de Aplausos (no olvido que Salvador Pascual fue su inventor, director y pionero en tiempos no fáciles). Impresiona que ya esté por encima de los dos mil números; y es ya historia del toreo de los últimos cuarenta años (todo está ahí escrito y fotografiado) con las fotos, las crónicas, los datos, las estadísticas, la opinión, la gloria y el dolor.

A José Luis hay que añadirle algo no fácil. La constancia. El curro semanal que supone medio día libre, con un ojo cerrado y otro abierto, y el resto atento a la actualidad, a la noticia, al pálpito y al pulso de la Fiesta. Y en esas páginas está todo: el triunfo, la muerte, el fracaso, la gloria, los que mandaron, los que no llegaron, los éxitos y las tardes con lunes marrón que cantaba Sabina. Yo que no guardo nada y soy un desastre para mirar atrás, sí tengo todos los números de Aplausos en mi biblioteca. Cosa que no he hecho ni con la radio ni con la tele. En eso soy muy valenciano, de la huerta. Lo que plantas y lo que recoges ya es pasado, cada primavera hay que volver a empezar, a preparar la tierra, a sembrar y a esperar que el tiempo ayude; y si lo que siembras es periodismo: a que le gente lo compre, lo oiga o lo vea. Pero lo de ayer ya es pasado. Y yo nunca quise mirar atrás. Ojo: mirar no, pero sí saber lo que has hecho para intentar un pasito más. Porque la obsesión es que el que lee, el que escucha y el que te ve tenga la seguridad de que le cuentas lo más cercano posible a lo que es. Sin pasarte de listo, pero sin ser tan necio de hablar o escribir de lo que no sabes. El periodismo es trabajo, conocimiento y respeto. Si a eso le añades personalidad, llegas casi a la excelencia de esta maravillosa profesión.

MODERNIDAD EN SU CONFECCIÓN Y CATEGORÍA EN LA EDICIÓN

Benlloch, aunque le joda el artículo, está ahí. Es mi amigo, pero si fuera mi contrario sería un estímulo porque los contrarios con categoría también te hacen mejor si no eres tan bobo como un pavo real. Con José Luis está una lista grande de colaboradores; y sobre todo un pequeño gran ejército de espartanos que sólo descansan medio lunes y que componen una redacción ejemplar. Periodistas antes que nada. Profesionales en una publicación que es taurina pero tiene modernidad en su confección y categoría en su edición. Esos cuarenta años son también la evolución de la prensa en su envoltura estética.

Ahora que apenas se escribe de toros en los diarios, salvo honrosas y escasas ocasiones, ahora que la tele oficial no da ni los mínimos, que eran dos por año, ahora que nada es sencillo en este oficio, esta revista y todas las publicaciones que sobreviven son un magnífico milagro. Y lo bueno es que Serrat ya cantó “ahora que tengo veinte años”, y luego insistió en “ahora que hace veinte años que tenía veinte años”. Pues eso: hasta los otros veinte, compañeros. El futuro es quien mejora el pasado. Manos a la obra.

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