miércoles, 6 de enero de 2021

La Monumental de Barcelona o el triste futuro de la especulación


CARLOS RUIZ VILLASUSO
Mundotoro
 
El futuro de la plaza de toros Monumental de Barcelona, propiedad de la familia Balañá, sigue siendo un misterio después que el 28 de julio de 2010 la Generalitat votara la prohibición de celebrar corridas de toros (la última se celebraría el 25 de septiembre de 2011). Restituido del derecho y eliminada la prohibición en sentencia del Tribunal Constitucional en 2016, han pasado cuatro años y la parálisis del coso Monumental es una evidencia de su futuro incierto. La última noticia que se tiene es la de la sentencia del TSJC (Tribunal Superior de Justicia de Cataluña) obligando a la Generalitat a indemnizar a la familia Balañá con casi un millón de euros, tras recurrir la propietaria a la decisión del gobierno autonómico de conceder apenas 350.000 euros.
 
En este tiempo ha habido distintos rumores sobre su venta. Desde la creación de una mezquita hasta la creación de un centro de “bio ocio”, un mercado medieval y la especulación sobre crear un espacio comercial similar al de las Arenas. Ninguno llegó a puerto, mientras flotan en el aire dos cuestiones. Ni siquiera el que más visos de veracidad tenía, la venta por 41 millones de euros para la creación de un centro comercial y un hotel, proyecto que llevó la firma de abogados Boada Associats. Los Balañá habrían ofrecido la plaza en este precio para aprovechar el hueco que deja el plan de alojamientos turísticos de Barcelona, que definía la zona del ruedo como secundaria, es decir, permitiría nuevas plazas hoteleras siempre que se cerraran un número igual. Una operación especulativa a rebufo del Plan de alojamientos turísticos de Barcelona (Peruat).

No se tienen noticias de lo que sucedió con este plan. Sin duda alguna lo que estaría frenando la venta del coso sería (ahora el precio de pandemia es evidente que rebajaría su valor) su condición de Bien de Interés Cultural local. Tiene un nivel “B” de protección que obliga a respetar fachada, graderíos y ruedo. Su calificación urbanística es 7(a), que permite los usos sociales, deportivos, culturales lúdicos o de oficinas de la administración. Es decir, que, con esta catalogación, el Ayuntamiento y la Generalitat lo tiene todo a favor para conseguir el inmueble y no a muy alto precio, mientras que Balañá pretende una buena venta.

En ese ecosistema especulativo se mueve hoy la Monumental. En una guerra lenta que la hace ser un inmueble cultural protegido sin apenas actividad ni cuidado, a la espera de que los intereses urbanísticos decidan su futuro. Nadie del toreo se ha planteado en serio dar toros. Intentar hacer valer un derecho constitucional a cualquier coste y con todas las medidas legales frente a la postura radical de las autoridades e instituciones políticas que prohibieron los toros ilegalmente y que, restituido el derecho, éste ha quedado en el limbo de la especulación.

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