En el
toreo hay algunos términos que no se ajustan a la realidad, son equívocos y tal
vez conviene rectificar y utilizar otros más exactos. Solo nos vamos a referir
a dos utilizados con gran frecuencia. Habitualmente decimos: “los tres tercios
de la lidia” y “novilladas sin caballos" o "novillero sin caballos”.
RAFAEL
COMINO DELGADO
Redacción APLAUSOS
Desde los primeros tiempos del toreo a pie o, al
menos, desde que Francisco Montes "Paquiro" ordenó la lidia y le dio
cada vez más importancia al matador -quitándosela a los varilargueros- se habla
de los tres tercios de la lidia. Entonces la lidia era simplemente la
preparación del toro para darle muerte con la espada, frente a frente con él, y
efectivamente se podían diferenciar tres partes aproximadamente iguales en
duración e importancia de cara a los aficionados, de ahí lo de los tercios:
primer tercio: tercio de varas (picar al toro); segundo tercio: tercio de
banderillas (ponerle las banderillas); tercer tercio: tercio de muerte
(estocada).
Con el tiempo aquella realidad ha ido cambiando y,
en la actualidad, seguimos hablando de tres tercios, pero tal vez sería más
correcto hablar de cinco fases bastante bien diferenciadas. Ni siquiera cinco
quintos, como hace tiempo propuse, pues no son todos iguales en duración ni en
importancia dentro del total de la lidia para los profesionales y para los
públicos. De hecho, un tercio de cualquier cosa es el 33,33 %, luego los otros
dos tercios habrán de ser similares; si no es así no podemos hablar de tercios.
1)
Primera fase o de capote.- Cuando el presidente saca el pañuelo blanco
para que empiece la lidia del animal, sale el toro del chiquero y el matador ha
de pararle con el capote e intentar torear lucido, preferentemente a la
verónica. Hace años, sobre todo en las décadas de los 50, 60 y 70 del pasado
siglo, el toro era parado por el banderillero lidiador, con lo cual estaba
descubriendo y enseñando al maestro sus características, su forma de embestir,
y después ya salía el matador para torear lucidamente de capote y llevarlo al
caballo. Por tanto, podríamos considerar, dentro de la lidia completa, una
primera fase llamada de capote que en los inicios del toreo prácticamente no
existía y fue poco a poco desarrollándose hasta llegar a nuestros días.
2)
Segunda fase o suerte de varas.- Posteriormente, una vez el presidente
lo ordena, sacando de nuevo el pañuelo blanco, salen los picadores al ruedo y
con el capote se llevará el toro al caballo para hacer la suerte de varas, que
será la segunda fase en la que se incluyen los correspondientes quites según el
número de veces que haya entrado al caballo o estime su matador. Esta fase, en
un principio, era de gran importancia, incluso los picadores eran más
importantes que el propio matador y permanecían durante toda la lidia en el
ruedo. Hoy, especialmente en plazas de segunda y, sobre todo, de tercera, a
veces es solo un trámite.
3)
Tercera fase o de banderillas.- Sería, de hecho es, el antiguo segundo
tercio. En los primeros tiempos del toreo a pie e incluso ya ordenada la lidia
por Paquiro, prácticamente todos los matadores ponían banderillas, mientras que
hoy día lo hace solo una minoría. Ha quedado esta muy bella suerte en manos de
los banderilleros y en demasiadas ocasiones también es un puro trámite.
4)
Cuarta fase o de muleta.- Una vez banderilleado el toro, el presidente
saca, una vez más, el pañuelo blanco para ordenar la muerte al toro, pero
realmente es el inicio de la faena de muleta o fase de muleta, inexistente
cuando se inició el toreo a pie, por eso se pasaba directamente al tercio de
muerte, suerte de matar o estocada, que era el tercer y último tercio. Esta
cuarta fase hoy día es la de más relevancia y la más larga, pues teóricamente
no debe durar, incluyendo la suerte de matar, más de diez minutos, pero
generalmente dura más. Ya sabemos que, en general, el primer aviso se da a los
diez minutos de iniciada la faena de muleta, y actualmente los avisos son muy
frecuentes. Insistimos en que esta fase, inexistente en los comienzos del
toreo, hoy es la más importante de cara a lograr el éxito y la de mayor
duración.
5)
Quinta fase o de matar.- Finalmente la última Fase sería la suerte de
matar o estocada -antiguo tercio de muerte-, que incluye el descabello si fuese necesario.
Junto con la de muleta son las dos fases que actualmente más condicionan el
éxito o fracaso del torero. En muchísimas ocasiones no ha habido lucimiento en
los actuales tercios de varas y banderillas, pero sí en el tercio de muerte
-faena de muleta más estocada- con lo que el triunfo es grande y viceversa.
Hoy la lidia completa de un toro no son tres
tercios, sino cinco fases como ha quedado expuesto. Incluso el comienzo de las
cuatro primeras fases es ordenado por el presidente con el pañuelo blanco y,
actualmente, en muchas ocasiones también el de la quinta fase, pues han pasado
los diez minutos y el matador no ha entrado a matar, por lo que suena el primer
aviso, ordenado mediante el pañuelo blanco. Esa es la realidad quiérase o no,
aunque continuemos hablando de los tres tercios.
El otro término que usamos muy frecuentemente y
que no se adapta a la realidad es el de “novillero sin caballos” o “novillada
sin caballos”.
Aunque la palabra torero tiene una acepción muy
amplia, estrictamente hablando torero es el que lidia y mata toro, si lidia y
mata novillos se llama novillero y el festejo es una novillada. Los que
empiezan pueden lidiar y matar becerros; el festejo se llama becerrada y a
ellos becerristas. También pueden lidiar y matar erales, que no se pican, por
tanto, decimos que es un festejo sin caballos, pero es incorrecto decir que es
una novillada sin caballos y que quienes los lidian y matan son novilleros sin
caballos porque son erales, no novillos. Los novillos siempre se pican.
Me temo que seguirán muchos años utilizándose
estos mismos términos que aunque no se adaptan a la realidad todos sabemos de
lo que estamos hablando.
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