La
feria invernal de Valdemorillo ya ha sido suspendida y el ciclo de Olivenza ha
quedado aplazado mientras crecen los interrogantes en torno a Castellón,
Valencia y... Sevilla
ÁLVARO R.
DEL MORAL
@ardelmoral
Diario
CORREO DE ANDALUCÍA
2021 se parece peligrosamente a 2020. El cambio de
año, de alguna manera, se había convertido en una frontera psicológica abierta
al optimismo. Pero las cifras y los hechos son tozudos. La pandemia campa a sus
anchas, prácticamente sin control, volviendo a pulverizar las estadísticas de
contagios y fallecimientos. Nadie puede negar, a estas alturas, que estamos
pagando la tímida apertura social y económica que se orquestó para ‘salvar’
unas navidades que a la postre sólo han servido de condena. Y ese precedente va
a pesar en los próximos meses.
Pero hay que rebobinar un poco más. Mientras
crecía la esperanza y se hablaba del retablo de maravillas que traería
aparejada la vacuna se empezó a cocinar la reactivación del negocio taurino.
Las empresas más encopetadas del universo de la tauromaquia sabían que no se
podía volver a dejar los ruedos de mayor alcurnia en barbecho. Sería letal...
Pero esa declaración de intenciones de la patronal taurina se está dando de
bruces con la indeseada realidad que, en el último tramo del mes de enero,
apunta a nuevas restricciones, endurecimiento del toque de queda y limitaciones
cada vez más severas de la movilidad entre los distintos municipios y
provincias. ¿Qué pasará en primavera? Nadie tiene una bola de cristal...
Cancelaciones y aplazamientos
En medio de ese panorama, ya se han cancelado
algunos festejos menores como la novillada de promoción y el mediático encierro
que se organiza cada año en La Puebla del Río con motivo de las fiestas de San
Sebastián. Pero el primer ciclo de entidad que ha sido oficialmente cancelado
es el de Valdemorillo. El alcalde de la localidad madrileña, Santiago Villena,
ya ha hecho público este acuerdo de la junta de gobierno local señalando que
“la actual situación epidemiológica y el respeto y aplicación de la normativa
vigente en nuestra región nos obliga a adoptar esta triste y difícil decisión”.
En cualquier caso, la primera gran cita de las
figuras del toreo debía tener lugar en Olivenza a comienzos de marzo. A este
escenario consolidado se ha unido también en los últimos años el coso cubierto
de Illescas pero ha sido la coqueta plaza extremeña, gestionada por Pepe Cutiño
y la FIT, la primera en declarar oficialmente el “aplazamiento” de su feria. La
decisión se acordó este miércoles tras una reunión de la ‘Comisión Taurina de
la Feria del Toro’, formada por representantes de ayuntamiento de Olivenza, la
empresa gestora, la propiedad de la plaza de toros y las diferentes
asociaciones de hosteleros de la localidad, que tiene en ese ciclo taurino uno
de los principales activos turísticos y económicos de su calendario. La
empresa, eso sí, recalca que se trata de un “aplazamiento” a través de una nota
de prensa en la que advierte de “la imposibilidad” de celebrar la feria en sus
fechas habituales que este año pivotarían entre los días 5 y 7 de marzo.
“La fecha definitiva saldrá de la decisión que
tome esta Comisión Taurina que se reunirá periódicamente para valorar la
evolución de la pandemia”, precisa el mismo comunicado. La empresa de Olivenza
reconoce que se trata del “peor momento desde que se iniciara la crisis
sanitaria” y supedita la celebración de la feria a que “la situación sanitaria
esté más controlada, atendiendo a la responsabilidad que tenemos como
ciudadanos”.
De la Magdalena a las Fallas
El tiempo sigue volando y también apremia. Las
fiestas de la Magdalena de Castellón ya ha sido suspendida pero existía interés
por parte de la empresa del coso levantino por mantener, de alguna manera, el
pulso taurino en sus fechas tradicionales. La evidencia de los hechos ya ha
llevado al equipo empresaria que representa Alberto Ramírez a esbozar un plan B
que pasaría por trasladar el ciclo taurino al mes de junio entre las fiestas de
San Juan y San Pedro. La empresa ya tiene asumido que es muy difícil que la
actual situación socio-sanitaria pueda dar un giro radical en las próximas
semanas pero también está convencida de la necesidad de abrir la plaza en 2021.
Así lo reconocía Ramírez en la web de Aplausos, dispuesto “a dar toros sí o sí
en cuanto las autoridades sanitarias nos lo permitan”. Las intenciones de la
empresa de Castellón pasan por “dar una feria lo más extensa que podamos y con
el mayor número de figuras posible” aunque, eso sí, marca una línea roja
irrenunciable: que las autoridades permitan abrir la plaza, al menos, al 50% de
su aforo.
La siguiente feria de la gran temporada es la de
Valencia, que tradicionalmente pivota en torno a la fiesta de San José. En 2020
fue la primera ficha en caer que, con un efecto dominó, condenó uno tras otro
la práctica totalidad de las ferias taurinas. Su plaza de toros está gestionada
por Simón Casas que no ha renunciado a su retórica habitual al proclamar que se
encuentra “dispuesto a esperar hasta finales de febrero para montar una Feria
de Fallas en 15 días”. La intención es lo que queda aunque para ello, tal y
como reconocía el productor francés en Mundotoro, habrá que esperar que se
puedan dar “un mínimo de condiciones razonables para dar toros”.
¿Podrán reunirse esos condicionantes en poco más
de un mes? La respuesta empieza a ser obvia pero el calendario taurino
valenciano tiene otras fechas para recuperar su pulso si la situación mejorara
en los siguientes meses. Por otro lado, Casas tiene la intención de reabrir la
plaza de Las Ventas -que dirige en unión de Rafael Garrido- pero, en cualquier
caso, será en un formato muy distinto al que estábamos acostumbrados. La última
palabra la tendrá, más allá de la decisión puntual de los responsables
políticos, el propio desarrollo de la pandemia.
¿Qué pasará en abril?
Nadie tiene aún esa respuesta aunque el calendario
da algo más de margen a Ramón Valencia para materializar los festejos que está
montando al frente de la empresa Pagés después de una temporada completa de
fundido a negro. Los planes, detallados en el último Observatorio Taurino,
pasan por mantener la lujosa fachada del Domingo de Resurrección –con Morante,
Roca y Aguado en el cartel- y organizar dos tramos de cuatro festejos en torno
a los últimos fines de semana de abril. Hay ganaderías escogidas; una
interesante baraja de toreros y hasta un esbozo de carteles que ya han sido
avanzados en algunas webs especializadas. Pero... una cosa son los deseos y
otra –bien distinta- la tozuda realidad de esta maldita pandemia que impide
hacer planes a medio plazo. ¿Se podrá abrir la plaza de la Maestranza al 50% de
su capacidad en poco más de dos meses? Las dudas son más que razonables. En
esta tesitura, los Pagés –que se están conduciendo con cautela sin afirmar ni
desmentir nada- podrían mirar hacia el otoño, mientras la sociedad entera
concede el beneficio de la duda a la aplicación de esas vacunas que vuelven a
poner en evidencia tantas incompetencias.
No hay que darle demasiadas vueltas. Cada día que
pasa es una derrota que se amplía con otras suspensiones inevitables, como la
parte lúdica y festiva de la Feria del Caballo de Jerez. El sector quiere darse
ánimos con algunas noticias de doble lectura. Una de ellas son las visitas de
los veedores de la Casa de la Misericordia de Pamplona a las ganaderías
reseñadas el pasado año aunque la entidad, organizadora de los festejos de San
Fermín, ha advertido que se trata de mera “cortesía”. ¿Podrá reeditar Garzón el
festejo de Córdoba en las mismas condiciones que el pasado 12 de octubre?
¿Habrá un clima propicio para que el mismo empresario pueda reabrir el coso de
Morón? Siempre nos quedará el otoño...
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