La
historia del matador de toros de Albacete, uno de los triunfadores que deja la
pandemia
Ni ningún soñador es demasiado pequeño, ni ningún
sueño es demasiado grande. Por lejos que parezca conseguirlo. Gandhi aseguraba
que hay sueños que al comienzo nos parecen imposibles, luego improbables y si
nos comprometemos, se vuelven inevitables. Seguramente, hace dos años, Sergio
Serrano no se imaginaba que su nombre iba acabar entre los triunfadores del
2020. Tampoco las circunstancias. Durante aquellos años en el ostracismo,
tampoco se imaginaría que una pandemia frustraría ‘una temporada muy
importante, que al final se ha tenido que posponer un año’. Trabajo, esfuerzo y
pasión. Habrá sueños inalcanzables, otros imposibles, pero Sergio Serrano ha
seguido sumando y subiendo escalones en su historia. Una historia que marca el
fiel reflejo de sueños posibles.
‘En dos años, he pasado de pensar en retirarme a
sentirme más torero que nunca’, asegura Sergio Serrano, diestro de Albacete que
ha conseguido ser triunfador de esta temporada al pasear cuatro orejas y un
rabo en Manzanares en dos toros. Algo que solo ha sido igualado por Finito de
Córdoba. Sin embargo, la tarde de Sergio Serrano significa mucho más que los
trofeos, es el premio a toda una vida entregada al toreo.
‘La llegada de la pandemia fue un mazazo tremendo, porque
veía que toda la lucha de estos años empezaba a tener premio’
‘Manzanares era mi gran oportunidad. Al final,
acartelarse con dos figuras como Enrique Ponce y Curro Díaz da mucha
visibilidad a todo lo que acontece en el ruedo y, sobre todo, la oportunidad de
medirme con ellos y que la gente saliera hablando de mí. La suerte estuvo
también de mi lado y no se me escapó’, sostiene Sergio Serrano que cuajó una
labor rotunda, llena de un toreo rotundo, de largo trazo y encajado de riñones.
Los naturales quedaron impregnados en el ruedo que inmortalizó a Ignacio
Sánchez-Mejías.
‘Posiblemente, la tarde de Manzanares llegó en el
momento en el que estoy más preparado para poder traspasar esa pequeña barrera
que hace falta para que todo se magnifique. Tampoco lo sé, no tengo una varita,
ni podemos hablar de lo que no ocurre, pero lo que sí puedo decir es que se me
ha dado la oportunidad y no se me va a escapar. Cada día voy creciendo, ahora
es cuando más me está sirviendo esta situación para seguir evolucionando y seguir, poco a poco, dando esa vuelta de
tuerca para poder alcanzar lo que uno sueña y para lo que todavía queda mucho
camino’, sostiene.
‘En dos años, he pasado de pensar en
retirarme a sentirme más torero que nunca’
Sergio Serrano, triunfador en un año de
extrema dureza
La sencillez y humildad de Sergio Serrano se
transmite en su forma de hablar. Es consciente del camino que le queda por
recorrer y de la dureza de la Tauromaquia. Lo ha aprendido en primera persona.
Por eso, tanto la tarde de Añover de Tajo, en la que dejó una faena templada y
con gusto a un toro de Murteira Grave, como la de Manzanares son un nuevo
puñetazo en la mesa cuyo golpe debe sonar en las puertas de los despachos de
las grandes ferias.
También, gracias a la repercusión que ambas tardes
tuvieron por la presencia de las cámaras de Castilla-La Mancha, por partida
doble, y Toros, en el caso de Manzanares. ‘Tuve la suerte de que en las dos
corridas estuvieron las cámaras y la repercusión fue mucho mayor. La tarde de
Manzanares fue un motivo de alegría, sobre todo, para la gente que me sigue,
que ha confiado en mí durante estos años y la sensación que tuve fue de
tranquilidad hacia lo que había hecho y de satisfacción por ver a mucha gente
feliz’, asegura.
Lo que ahora es alegría hace escasos meses eran
dudas y preocupación. La pandemia del coronavirus echaba al traste la temporada
que suponía el regreso o la entrada de Sergio Serrano a las principales ferias.
Arles era la primera parada, con la corrida de Miura, en la reaparición de
Rafaelillo y la alternativa de Maxime Solera. ‘Fue un mazazo tremendo, porque
veía que toda la lucha de estos años empezaba a tener premio’.
‘Al principio no era consciente de la situación,
intentaba asimilarlo, pero miraba hacia adentro y me daba cuenta que todo se
iba a ir al traste en un momento clave para poder salir hacia adelante y cuando
empezaban a llegar esas oportunidades por las que he luchado tanto tiempo. Sin
embargo, hay un dicho que asegura que no hay mal que por bien no venga y otro
que no hay mal que 100 años dure. Al final, he crecido este año y los dos
paseíllos que he podido hacer los he disfrutado mucho’, sostiene.
Aprender en tiempos adversos, el lema de
Sergio Serrano
El éxito en la vida solo depende de cómo se
aproveche el tiempo. Un hombre que se atreve a perder una hora de su tiempo, no
ha descubierto el valor de la vida. Sin embargo, hay muchas maneras de invertir
ese tiempo. Incluso, en el olvido se necesita tiempo si se sabe aprovechar.
‘Cuando un torero toma la alternativa creo que hay un tiempo que es fundamental,
incluso la dureza de vivir situaciones en las que apenas toreas. Eso sirve para
cuajarte, para adquirir un poso… Eso sí, cuando se torea tan poco, corres el
riesgo de perderte si no tienes claro lo que quieres, lo que buscas y hacía
dónde vas’.
‘El maestro Dámaso González siempre me decía que mientras se
tuviera ilusión, había que luchar hasta el final’
‘Al final, eso también es el toreo, esa dureza,
esa criba natural que todos tenemos que pasar en algún momento. Esas
situaciones de torear poco o incluso pasar años sin torear van forjando la
personalidad de una persona y esa personalidad es luego la que se expresa en el
ruedo a través del toreo’, afirma.
‘En esos momentos, sobre todo, la pasión por la
Tauromaquia es lo que me mantenía, lo que hacía sentirme vivo. Es verdad, que
muchas veces me hacía sentir un desgraciado. Ser torero no es fácil, pero había
momentos en los que toreando una becerra me olvidaba de la situación, de que no
me llamaba nadie para torear, de tener que estar trabajando para poder ir a ese
tentadero… En esos momentos, uno encontraba la felicidad, porque al final uno
tiene que sentir y tener pasión por lo que hace. Con pasión y dedicación,
aprendiendo de los errores, se pueden conseguir las cosas. El maestro Dámaso
González siempre me decía que mientras se tuviera ilusión, había que luchar
hasta el final’, asegura Sergio Serrano.
‘En ocasiones, parece que muchas veces te chocas
con un muro y, sin embargo, hay un momento en el que todo se empieza a
confabular, empiezas a ver las cosas no más fáciles, pero sí te empiezan a
encajar y eso para un torero es muy importante. Ahora, me encuentro en un
momento muy bueno profesionalmente y personalmente, he conseguido dar un toque
de atención y siento una cierta expectación que nunca antes había sentido’,
sostiene.
En otras ocasiones, el nombre de Sergio Serrano se
ha visto ligado a los términos de valentía o arrojo. Es necesario y sigue
siendo su seña de identidad. Sin embargo, este año se le ha cantado el toreo.
‘Al final ha sido una evolución constante. Es muy difícil llegar a ese nivel
cuando tienes una oportunidad nada más, a veces con las ganaderías que te toca
lidiar y cuando todavía no tienes los conocimientos necesarios para poder con
ellos con otro tipo de lidia. Entonces, en ese momento, tienes que tirar de
arrojo y de valentía para dar la cara, para que nadie diga que por ti no ha
pasado’.
‘Al final, ese tiempo que he dicho que es
fundamental y ese cuajo hace que la solución a esas situaciones no se
fundamente en ese arrojo, aunque siempre hay que tenerlo y tienes que tirar
muchas veces de él. El tiempo da ese poso y ahora es cuando me estoy notando
más crecimiento, estoy aprendiendo cosas, estoy empezando a ver pequeños
resultados y eso hace creer más en uno mismo y en su concepto del toreo’.
‘Siempre digo que para que sobreviva el
torero, el hombre tiene que trabajar’
La situación de cada torero es un mundo. Sin
embargo, dada la situación, muchos han tenido que buscar otras salidas. Doble
mérito. Hace tiempo que Sergio Serrano se gana la vida trabajando. ‘Siempre
digo que para que sobreviva el torero, el hombre tiene que trabajar. Cuando vas
cumpliendo años, vas teniendo ciertas obligaciones de las que debes ser
responsable y apechugar con ellas. Eso te hace más consciente de lo que eres,
de lo que buscas, de lo que te juegas…’.
‘Para que esa vida de torero se pueda llevar a
cabo, necesitas unas cuantas horas más para trabajar y, al final, compaginar
eso, solo lo haces si de verdad tienes pasión e ilusión. Si no estás convencido
de lo que quieres, es muy fácil que te aburras y que busques un camino más
fácil. Desgraciadamente, toreros en mi situación hay muchos y o nos buscamos la
manera de sobrevivir para aguantar hasta que nos llegue la oportunidad, si
llega, o no podríamos aguantar. Es inviable. Para eso, tienes que hacer un
sobresfuerzo y que el hombre trabaje para que el torero pueda seguir’, asegura.
‘Nadie es imprescindible aquí salvo el toro, que es al que
hay que cuidar realmente’
Un papel fundamental ha jugado esta temporada su
nuevo apoderado, el torero y empresario Manuel Amador. ‘Ha sido un año de mucho
ejercicio mental, tanto o más que en otros años. Manuel ha llevado un papel
fundamental y ha llegado a templarme en algunas cosas. Me ha enseñado a ir paso
a paso, a que las cosas que tienen que llegar al final llegarán. Además, está
luchando por el futuro de la Tauromaquia y creo que este año se le ha
reconocido la labor que está realizando con las novilladas. Cuando tienes a
alguien que te apoya al máximo, te hace sentirte más seguro de las decisiones
que uno toma’, sostiene.
El momento de la Tauromaquia: una
necesidad de cambios con el toro de eje
Decisiones que se deben tomar para la Tauromaquia.
‘Creo que la Fiesta pasa por un momento muy duro, pero la Tauromaquia es un
sector tremendamente fuerte, si no, no hubiera aguantado cómo lo está haciendo.
No de ahora, es una situación que venimos arrastrando y que ahora se ha
acentuado. Por eso, es muy importante un cambio con miras de futuro, luchar por
la supervivencia de la Tauromaquia’.
‘La Tauromaquia necesita un cambio con miras de futuro que
pasa por las manos de todos, especialmente, por las que tienen el mando del
toreo’
‘Ese cambio pasa también por las manos de todos,
para intentar dejar el toreo por encima de la situación que cada uno hemos
vivido y, sobre todo, también de los que tiene el mando, que, al final, son los
que tiene fuerza en el sector. Pasa por un consenso entre todos en una misma
dirección, incluso dando el brazo a torcer en algunos aspectos. Creo que hay
que tener en cuenta la opinión de la gente del toro en la calle u otros
espectáculos que giran en torno al toro. Todos los que componemos la
Tauromaquia vivimos y dependemos del toro. El día que no tengamos al toro, que
es la base fundamental, nadie vamos a tirar hacia adelante. Nadie es
imprescindible aquí salvo el toro, que es al que hay que cuidar realmente’,
sostiene.
Sin embargo, Sergio Serrano se considera un
afortunado. ‘Al final, hay que dar las gracias por todo lo que nos ocurre. Lo
importante es estar para poder contarlo y seguir viviendo para disfrutar de las
experiencias, tanto buenas como malas. Eso es la vida, todas las experiencias
te hacen aprender y eso te lo enseña los años. Que después del esfuerzo y la
dedicación, sepas saborear esas pequeñas cosas de la vida es lo que te hace ser
feliz. Hay una frase que siempre digo, que define mucho mi carrera, y es que la
vida es lo que te sucede mientras haces planes. A todo eso que te sucede,
tienes que ir buscando soluciones para conseguir lo que te has propuesto’,
concluye.
La vida le ha enseñado a Sergio Serrano que no hay
que desfallecer en el intento de conseguir sus metas. Por muchos obstáculos o
trabas que ha encontrado, el diestro de Albacete sigue en su lucha. Una lucha
anónima en ocasiones, con la soledad de los suyos y con la incertidumbre de un
futuro incierto. Y ante toda esa situación, el coraje de Sergio Serrano le
impedía tirar la toalla, es mejor seguir con el objetivo, con naturalidad y
humildad. No ha cambiado nada de su personalidad. Sabe que todavía queda mucho
camino, pero mira con orgullo lo recorrido y con brillo en los ojos, lo que
viene. El coronavirus hizo temblar su temporada, la de la oportunidad. No lo ha
conseguido. Después de todo lo pasado, la vida le regaló una pequeña
recompensa: ser uno de los triunfadores del 2020. No puede quedar en el olvido.
Ahora, es el turno de las grandes ferias. / JAVIER JIMÉNEZ - Mundotoro
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