No hay nada más pendejo, palabra mal sonante, pero
de gran eficacia, que ser inservible y no alcanzar a saberlo. O peor aún, serlo
y saberlo, pero insistir en ser inservible en lugar de cambiar el rumbo. Nombre: Claudia Rivera Vivanco. Lugar: Ciudad
de Puebla. Cargo alcaldesa. Esta señora de inservible presente a la que el
prestigioso raiting de valoración política de la Consultora Mitofsky la sitúa
en la zona de la cloaca de lo no servible, lugar 97 de aprobación, pretende
salir de esa zona del lumpen político a costa de prohibir los toros. Y eso,
estimada, va a ser que no. Ni los toros se van a prohibir, ni usted va a ser
alcaldesa.
Ahora que en el México de mis amores se alcanza el ideal de
la Revolución de Madero, que no es otra cosa que poder ser reelegido como
alcalde, asunto que ayuda al buen político a prolongar sus bondades de buen
gestor, resulta que, alguien que suspende de forma evidente en su gestión,
pretende colarse en la impronta de la democracia del pueblo, usando la puerta i
ventana de atrás. No se hizo una Revolución para pendejadas. Ni el cargo electo
de alcalde para pendejos/as. Pido disculpas por lo mal sonante, pero a veces lo
mal sonante da en la diana
Cuando un político ni tiene argumentos ni tiene
capacidad, procura hacer del fuego de artificio un programa electoral. Así,
donde no hay problema, lo crea para decir que lo ha arreglado. Y no lo ha
arreglado, simplemente es que no había pedo. ¿Qué pedo con los toros hay en
Puebla? Pues ninguno. Tiene la ciudad otros problemas muy acuciantes. Tratar de
levantar un pie de guerra antitaurino y crear frentismo entre favorables y
contrarios no sólo es una pésima gestión de la política, sino una aberración en
si misma. El fin de un político que gestiona es tratar de hacer paz, de
fomentar la unidad de todos frente a problemas como la educación, las
necesidades básicas y la violencia.
Está en mi retina el Relicario (1988) y La
Acrópolis (2016, de Arturo Gilio y el ganadero Pedro Vaca) dos plazas de toros
de mi Puebla. Ciudad conurbada ya con la del Estado también de mi alma,
Tlaxcala, la entidad más taurina del orbe mexicano, la de más arraigo, solera,
las más chingona en afición junto a Aguascalientes. ¿Y con eso pretende acabar
doña Claudia? Ni tiene capacidad, ni talento ni le sobra neurona para hacerlo.
Más bien anda escasa de lo último y lo anti taurino no le sirve ni en relato de
ciencia ficción. Porque, en algunos casos, alcaldesa, lo de tachuela quita
clavo no reza.
Nada que ser ven el Gobernador del Estado de
Puebla, órale, lo que son las cosas. Del mismo partido, pero de zancada larga
política y talento a compás de la zancada.
Me da que no muy broders ambos. Natural. / CARLOS
RUIZ VILLASUSO - MUNDOTORO
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