El de
Chiva lleva toreadas en su tierra 105 corridas de toros y 8 novilladas picadas
entre 1988 y 2019.
ÁNGEL
BERLANGA
Redacción
APLAUSOS
Enrique Ponce iba a afrontar este lunes, 16 de
marzo, su paseíllo número 106 como matador de toros en Valencia. Iba a hacerlo
el mismo día en que se conmemoran treinta años del feliz doctorado en su
tierra. Aunque la pandemia del coronavirus vaya a impedirle -de momento- un
nuevo paseíllo en su ciudad, lo cierto es que su palmarés en el coso valenciano
es realmente apabullante. Así, si a las 105 corridas que ya lleva toreadas
sumamos las 8 novilladas con picadores que toreó entre los años 1988 y 1989, la
cifra global es mareante: 113 festejos de luces. En esos 113 festejos, además,
ha obtenido un botín de 119 orejas -115 como matador de toros y 4 como
novillero con picadores-, conquistando un total de 37 puertas grandes -36 como
matador y 1 como novillero-, si bien en 2014 no pudo salir en volandas al
resultar herido grave por un toro de Victoriano del Río.
A lo largo del presente reportaje les invitamos a
recordar algunos de los pasajes más significativos de la trayectoria de Ponce
en Valencia, un romance, sin duda, para la historia.
DEBUT DE
CORTO.- El 4 de abril de 1982, Domingo de Ramos, Ponce actuó por
primera vez en Valencia. Fue en una becerrada con los triunfadores del I
Concurso “Monte Picayo busca un torero”, celebrado con éxito a comienzos de
aquel mismo año. Con ganado de Sánchez Cajo, actuaron junto a Ponce -que apenas
contaba diez años- Fernando Iglesias, Ramonet, Miguel Asensi, Rafael Asensio y
Carmelo, único no procedente del certamen. Aunque solo cortó una oreja, a Ponce
le sacaron en hombros. “Pinché un montón de veces. Si llego a matar a la
primera le hubiese cortado hasta el rabo”, comenta el propio maestro. Después
de aquello, antes de las Fallas de 1983 Ponce tomó parte en el tentadero de
inauguración de la Escuela de Tauromaquia de Valencia. Dirigido por Andrés
Vázquez y Santiago López, con El Turia como director del nuevo centro,
participaron también Alberto Ballester, Fernando Iglesias, El Dani, Rafaelín
Valencia y Ramonet, entre otros.
LA
PRIMERA CON CABALLOS.- La presentación con picadores de Ponce en
Valencia acaeció el 27 de julio de 1988. Se lidiaron novillos de Hijos de
Bernardino Jiménez, dio una vuelta al ruedo en su primero y fue ovacionado en
su segundo. Compartió cartel con Jocho II y Rafael Valencia.
Tras esa primera novillada, en Valencia toreó
otras siete picadas. En la del 11 de septiembre de 1988 hubo de lidiar un
novillo de Herederos de Flores Albarrán condenado a banderillas negras, tras
cuya muerte dio una vuelta al ruedo. Su primera y única salida a hombros como
novillero con caballos llegó el 7 de mayo de 1989, cuando paseó una oreja de
cada uno de sus novillos de Lorenzo y Alejandro García Martín.
LA
ALTERNATIVA.- El viernes 16 de marzo de 1990 tomó la alternativa de
manos de Joselito y en presencia de Litri. Paseó la oreja del toro de su
doctorado, de nombre Talentoso y con el hierro de Puerta Hermanos. Aquel mismo
año toreó otras cuatro corridas de toros. La de la Feria de Julio fue clave en
su despegue.
EL DÍA
CLAVE.- El sábado 28 de julio de 1990, ante las bajas de Roberto
Domínguez y El Soro a raíz de un cambio de toros, Ponce aceptó echarse el peso
de la tarde a su espalda y lidiar en solitario la corrida, configurada
finalmente por tres ejemplares de Francisco Galache y otros tantos de El Toril.
Ponce paseó tres orejas, dos del primero -del hierro de Galache- y otra del que
cerró plaza -de la divisa de El Toril-. Dio una vuelta al ruedo a la muerte del
quinto y fue ovacionado en los tres restantes. Aquella gesta comenzó a darle
verdadero cartel.
DIEZ
MANO A MANO.- Del año 1991 se recuerda el mano a mano que sostuvo con
El Soro en la corrida del 9 de octubre. El de Foios y el de Chiva lidiaron
toros de Cebada Gago y los dos acabaron a hombros. Ponce arrancó fuerte,
cortándole las dos orejas al primero de sus toros. Tras aquel duelo -repetido
con los mismos toreros, ganadería y resultados en 1992- con el tiempo fueron
llegando otros con compañeros como Manzanares (1994), Barrera (1995 y 2000),
Litri (1996), Juli (2003 y 2010), Morante (2012) y Ureña (2019). En total lleva
sumados diez mano a mano en Valencia. El de este 16 de marzo con Pablo Aguado
iba a elevar la cifra a once. Lo suyo es una continua suma y sigue.
A
HOMBROS EN SAN JOSÉ.- Su primera corrida en el día grande de las
fiestas falleras -el 19 de marzo, festividad de San José- data del año 1991
-con Roberto Domínguez, Espartaco y toros de Aldeanueva y Carlos Núñez-, pero
su primera salida a hombros en jornada tan significativa acaeció en 1992,
cuando lo bordó con un toro de Peralta, de nombre Romero, al que le cortó las
dos orejas en una corrida televisada. Su irrupción como figura era ya un hecho.
En total ha toreado en 24 ocasiones la hasta hace poco fecha estrella del ciclo
josefino. Veintitrés de las veinticuatro, además, de forma consecutiva entre
1991 y 2013. La última vez fue en 2016.
TRES
VECES SEIS TOROS.- Además de la de la Feria de Julio de 1990, Ponce ha
lidiado en dos ocasiones más seis toros como único espada en Valencia. La
primera en 1993, en la festividad del 9 de octubre. Mató toros de Atanasio,
Moura, Jandilla, Vicente Charro, Sepúlveda, El Torreón y uno de Cuvillo de
regalo. Paseó cuatro orejas, dos de ellas del atanasio que abrió plaza. La de
1995, de nuevo en la miniferia de octubre, contó con el aliciente de
enfrentarse a seis toros de Victorino Martín, de los que paseó dos orejas.
OCHO
CORRIDAS EN 1995.- El año en que más corridas de toros ha toreado Ponce
en Valencia es el de 1995. Hasta un total de ocho paseíllos de luces hizo
aquella temporada: tres en Fallas, cuatro en la Feria de Julio y otro, para
abrochar la espectacular campaña en su tierra, en el que lidió seis victorinos
en solitario. Abrió la puerta grande dos veces en Julio y el día de su gesta
con los albaserrada. Ya en terna, mató de nuevo victorinos en las ferias de
Julio de 1998, 1999 -año en que también lidió la corrida de Samuel- y 2001.
Otra temporada especialmente triunfal fue la de 1993, cuando sumó siete
corridas, en las que cortó un total de dieciséis orejas y abrió en cinco
ocasiones la puerta grande.
APOTEOSIS
VALENCIANA.- Si una tarde ha quedado grabada en la memoria colectiva de
los aficionados taurinos valencianos es la del 19 de marzo de 1996, cuando
Manzanares, Ponce y Barrera, tras lidiar con más pena que gloria los tres
primeros toros de la corrida, comenzaron a dar la vuelta a la tortilla a partir
del cuarto y acabaron saliendo los tres a hombros. Fue un triunfo a la
valenciana, con sabor y acento propios de esta tierra. La corrida llevó el
hierro de Luis Algarra.
CINCO
ALTERNATIVAS CONCEDIDAS.- Raúl Blázquez en 1998, Antón Cortés en 2002,
Juan Ávila en 2005, David Esteve en 2007 y Jesús Duque en 2014 contaron con
Enrique Ponce como padrino de sus respectivas alternativas. Además, el de Chiva
ejerció como testigo en las ceremonias de ascenso de Víctor Manuel Blázquez
(1990), Ángel de la Rosa (1993) y Manolo Carrión (1994).
TAMBIÉN
CON JOSÉ TOMÁS.- Ponce ha toreado en Valencia con todas las figuras y
toreros emergentes de cada momento, también con José Tomás, con quien alternó
en las Fallas de 1998 en la lidia de un encierro de Samuel Flores, con
Francisco Rivera Ordóñez completando el cartel. Aquel día, por cierto, el
valenciano fue quien hizo lo mejor y cortó la única oreja. ¿Se imaginan de
nuevo a Ponce y a Tomás con toros de Samuel en Valencia? Por soñar que no
quede. Es gratis…
A LA
USANZA DE LA TIERRA.- En mayo de 1998 se organizó una corrida a la
usanza valenciana en la que se homenajeó al insigne escritor de la tierra
Vicente Blasco Ibáñez. El festejo, de carácter mixto, pues fue abierto por el
rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, resultó triunfal, pues el de Chiva, que
paseó tres orejas y se le pidió con muchísima fuerza una cuarta de su lote de
torrealtas, acabó en volandas junto a su compadre Litri, que obtuvo dos.
Barrera, por su parte, tocó pelo en su primero. También participó los dos años
siguientes en otras corridas a la usanza valenciana. En la del año 1999,
homenaje al paisano y legendario escultor Mariano Benlliure, cortó una oreja a
un toro de Los Bayones; y en la del año 2000, dedicada a Paco Camino, paseó un
trofeo de un astado del Puerto de San Lorenzo.
DOLOR Y
SANGRE.- En Valencia ha sufrido dos de los percances más graves de su
carrera. El primero, el 18 de marzo de 2014, cuando un toro de Victoriano del
Río le metió el pitón por la axila derecha, llegándole hasta la base del cuello
y fracturándole, además, la clavícula izquierda. A pesar de la gravedad de las
heridas, pasó por su propio pie a la enfermería, pendiente en todo momento de
si el presidente le concedía o no las dos orejas, como así sucedió. Cinco años
más tarde, en 2019, un toro de Olga Jiménez le dio una cornada en el gluteo y
le hizo trizas la rodilla izquierda. Además, en las Fallas de 1999 un toro
castaño de Pereda le dibujó un navajazo junto a la mandíbula, en la Feria de
Julio de 2012 sufrió una rotura fibrilar en la pierna izquierda y en las Fallas
del pasado año, en la corrida anterior a la de su lesión, fue atendido también
de una herida en el labio.
CONMEMORACIONES.-
La conmemoración de su primera década como matador fue más agria que dulce. La
corrida de El Ventorrillo no dio juego y, además, Espartaco fue herido de
gravedad por el primero. En 2010, para festejar los veinte años de alternativa,
lidió mano a mano con El Juli una corrida de Zalduendo. Para la historia quedó
su pugna de aquel día con el complicadísimo quinto, de nombre Osiris, su
particular Lironcito de Valencia. Aquella misma feria, el 21 de marzo,
alternaron con Ponce seis compañeros -Morante, Juli, Fandi, Castella,
Manzanares y Cayetano- en una emotiva corrida de homenaje.
CERCA
DEL RABO.- Hasta en cinco ocasiones ha acaricado Ponce la posibilidad
de cortar un rabo en Valencia. La primera, en las Fallas de 1993, con el
primero de los toros de Sepúlveda que estoqueó el 19 de marzo. Diez años más
tarde, en 2003, cuajó ante el burraco Neblí, de Juan Pedro, en tarde de mano a
mano con El Juli, tan maravillosa faena, que de no haber pinchado y no haber
marrado Jean Marie Bourret con la puntilla podría haber logrado los máximos
trofeos. Al año siguiente, de nuevo con un juampedro, éste de nombre Berreón,
rozó la opción de conquistar la ansiada cola, como en 2008 con un jabonero del
mismo hierro, de nombre Coraje, y en 2018 con otro colorado salido de Lo
Álvaro, que atendía por Maniquí, al que le cortó las orejas con muchísima
fuerza.
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