miércoles, 25 de marzo de 2020

El catastrófico impacto del coronavirus en la tauromaquia

El sector taurino se tambalea: ferias canceladas, ganaderías con excedente de toros y toreros sin contratos ni acesso a posibles prestaciones.
 
JESÚS BAYORT
Diario ABC de Sevilla

Un virus huracanado ha asolado los cimientos del toreo. Mientras el país continúa paralizado, las esperanzas de retomar la temporada empiezan a decaer. Los ganaderos se echan las manos a la cabeza: aproximadamente un veinte por ciento de sus camadas de este año son de toros cinqueños. Con seis años sólo podrán ir a festejos populares o al matadero. Los 5.000 euros que cuesta criarlos de media, a la basura. Los matarifes pagan poco más de un euro por cada kilo canal. El coste real de estos animales sólo lo puede sostener la taquilla de una corrida. Por otro lado los toreros, embarcados como cualquier español en letras e hipotecas, sin saber cuando volverán a facturar. Únicamente la parte noble del escalafón tiene cubiertas las espaldas.

Victorino Martín

Estaba preparado para una cuarentena. De hecho, poco le está cambiando el estado de alarma en su rutina diaria: sigue viviendo en el campo y atendiendo las necesidades de las dos fincas en las que se divide su ganadería, Las Tiesas y Monteviejo. «Aquí tengo un aislamiento del que no pueden disfrutar los españoles». De su puño y letra fue la misiva enviada al ministro de Cultura solicitando amparo para el sector. Y lo consiguió: José Manuel Rodríguez Uribes lo llamó para comprometerse a abordar con el sector taurino planes de ayuda por la crisis. «Queríamos dejar constancia de que la tauromaquia, por su singularidad, es de las actividades más afectadas por esta crisis. Nos va a costar mucho salir adelante». Los proyectos más cercanos de la Fundación se han parado: «Tal y como está el país, hablar de proyectos sería una quimera. Han quedado todos en stand by».

En el aspecto ganadero, sabe que la única salida de su negocio es que la actividad se retome lo antes posible. Los ingresos adicionales que entraban por las visitas turísticas se han paralizado. «Nuestro verdadero mercado está en la lidia. El turismo es un añadido que además nos sirve para abrir el mundo rural a la sociedad. La situación de no poder lidiar un toro es tremenda. Tenemos un veinte por ciento de cinqueños sin saber su futuro». Asegura que sus trabajadores siguen con normalidad: «De momento no nos hemos planteado acogernos a un ERTE. Los necesitamos con nosotros».

Manuel Escribano

La incertidumbre que viven los toreros no le pilla de nuevas: «Estuve siete años parado en los que no tenía ni 20 euros para echar gasolina». Esa experiencia le sirvió para vivir con los pies en la tierra, una utopía en su mundo. «No me he metido en muchas historias ni he derrochado lo que he ganado. Los toreros que estamos un escalón por debajo de las figuras vivimos prácticamente al día. El dinero de la temporada lo hacemos en estas grandes ferias». Soltero, y sin cargas familiares, se acuerda de los compañeros que tienen esa urgencia para sacar adelante sus casas. «A nosotros no nos ayuda nadie, vivimos de lo que toreamos. Si el Gobierno nos da finalmente ese espaldarazo, debemos destinarlo al espectáculo. Que se abaraten las entradas y se le ponga facilidad al público».

Es consciente de que la reducción de la temporada perjudicará a los toreros en su misma situación. Señala que la gremial ya ha mantenido contactos: «Hemos quedado en reunirnos cuando pase este tiempo, tanto las figuras como los que estamos por detrás. A ver si somos capaces entre todos de apoyarnos y sacar esto adelante».

Antonio Martínez, asesor jurídico de la UNPBE

Representa a la asociación mayoritaria de picadores y banderilleros españoles, que cuenta con setecientos afiliados. Casi la totalidad de los profesionales del marco nacional. Al igual que cualquier trabajador en estos momentos, viven días duros. Con la particularidad de no estar empleados por ninguna empresa. No pueden acceder a un ERTE. Y solicitan, como el resto del sector, ayudas compensatorias: «Ahora tenemos que llevar una misma línea de trabajo entre todos para conseguir que los toreros puedan optar a algún tipo de prestación por desempleo o análoga. Y cuyo único requisito sea estar dado de alta en el censo taurino». La Seguridad Social mantiene en recuento a los profesionales que han superado las ocho actuaciones durante la temporada anterior. «Lo normal es que los profesionales hayan agotado el paro durante el invierno. Nos preocupa su situación: sin prestación ni previsión de festejos. Muchos se habían encargado vestidos y trastos de torear para el comienzo de la temporada».

El abogado cataloga esta situación como un «cataclismo total». «Me preocupa no poder prever cómo se va a reanudar la temporada. Espero que esto no sirva como excusa para reducir festejos a las ferias. La tauromaquia se debe seguir vertebrando por una temporada con sus fechas preestablecidas».

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