El
gran triunfador de la temporada 2019, que este miércoles toreaba en Fallas,
habla de la situación actual, «una pesadilla para todos y un mazazo para el
mundo del toro».
ROSARIO
PÉREZ
Diario ABC
de Madrid
Lo que va de 2019 a 2020. Un mundo, no tan
distinto para un torero amigo íntimo de la soledad. Por otros motivos, por otra
cornada. La del toro que le arrancó la visión del ojo izquierdo y a punto
estuvo de arrebatarle la vida. Hace un año, Paco Ureña reaparecía en Valencia
con la mitad de su rostro en penumbra por el percance sufrido en septiembre de
2018 en Albacete. Y volvió para alzarse con la copa de la victoria de toda la
temporada. El triunfador de 2019 cumplía este miércoles su primer paseíllo en
las Fallas, pero la feria de la capital del Turia se ha cancelado, como tantas
otras, por el Covid-19 que arrasa con la piel de toro. «Era el día de volver a
hacer lo que más me apasiona: torear».
«Los sanitarios ponen en peligro su vida por el coronavirus.
Hacen una labor brutal para velar por los enfermos. Merecen un ole muy grande»
Ureña guarda silencio. Son muchos los recuerdos.
Rememora aquel día de su renacimiento. Tantos temores, tanta desolación, tanta
incertidumbre: «Hace año y pico, por lo del ojo, viví una situación parecida en
solitario, de miedo, de no saber qué iba a pasar, de no saber si iba a torear,
si perdería la visión completa... No sabía qué futuro me esperaba. Ahora,
siendo un caso que ya no es en solitario, sino que nos afecta a todos, pienso
mucho, y todo eso se asemeja a aquella incertidumbre, a aquel miedo, a no saber
qué va a pasar. Es muy desagradable, pero lo superaremos».
- ¿Cómo lo
está viviendo?
Junto a mi mujer, Elena, cumplo las normas
sanitarias en nuestra casa de El Casar. Esto es surrealista, parece una
película de ficción. Lo estamos sufriendo todos los españoles, y como todos
ellos deseo que esto termine cuando antes para seguir adelante.
- ¿Puede
continuar sus entrenamientos?
No puedo hacer tentaderos, que es lo que me
gustaría. Pero sí tengo la suerte de tener un pequeño gimnasio donde entrenar,
puedo coger los chismes y torear de salón. Yo no me puedo quejar.
- ¿Le
preocupa esta crisis?
Mucho. Esto es un mazazo tremendo para la economía
en general y para el mundo del toro, para empresarios, ganaderos y toreros. De
los toreros viven muchas familias taurinas. La cuadrilla, el chófer... Son
muchas personas las que dejan de ingresar dinero. Quizá los ganaderos sean los
que más lo sufran porque tienen que seguir echando de comer a los animales,
pero de los toreros dependen muchas personas.
- Con el
añadido de que los que no han toreado en América no facturan desde octubre.
Es un drama. Hay gente que lo va a pasar
verdaderamente mal. Por eso hay que cumplir lo que dicen las autoridades
sanitarias para echar a andar cuanto antes.
- ¿Ha
estado a la altura el Gobierno?
Sinceramente, creo que no. Teníamos el refrán de
«cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar», y
teníamos un precedente tan grande como el de Italia. Nos advertían de que no
hiciésemos eventos ni concentraciones masificadas, que tomásemos medidas
drásticas cuanto antes. ¿Cómo se ha podido tardar tanto tiempo en reaccionar,
en cerrar las fronteras y paralizar el país? Si se hubiese actuado antes con
mayor contundencia, se hubiera ganado mucho tiempo. «Mire usted, esto es un
estado de emergencia y aquí no se mueve ni Cristo». A veces parece que vivimos
en un país donde creemos que nunca va a pasar nada, con muchos valores perdidos
y con el «sálvese quien pueda». Esto debe servir para unir a todos los
españoles y darnos cuenta de nuestros errores.
- ¿A quién
aplaudiría?
Los sanitarios merecen un ole muy grande, por el
trabajo y el esfuerzo que hacen. Se están jugando la vida, la ponen en peligro
para velar por los enfermos de coronavirus. Hacen una labor brutal.
- Usted conoce
de cerca el sacrificio. ¿Qué mensaje enviaría a la gente?
Que mantengan la cabeza fuerte y que sean
positivos. Y, sobre todo, no movernos de casa. Lo importante es la salud, que
no haya más muertes ni más contagios. Cuando todo pase, volveremos a la normalidad
y a hacer cada uno lo que más nos guste.
- ¿Ve
factible aplazar las ferias?
Yo confío en que esto se vaya frenando, aunque no
sabemos cuándo pasará del todo. Los empresarios se unirán para tomar medidas y
dar todas las ferias posibles, aunque la temporada se alargue un poco más. Es
muy complicado, claro, pero esto ha pegado muy fuerte al sector. Nosotros no
tenemos un sueldo y dependemos de lo que generamos.
- ¿Le duele
este escenario?
Me duele muchísimo. Es un mazazo y una desgracia
para todos. Es muy negativo para la economía, habrá despidos. ¿Qué hace el
empresario que tenga que pagar quince mil euros todos los meses? Es una
pesadilla, parece irreal. Cuando no puedes torear por un percance, dependes de
tu propia evolución, pero este caso es muy dramático. Es una locura total. Nos
afecta a todos y no podemos hacer nada, solo estar en casa para no contagiarnos
ni contagiar a nadie. Ojalá aprendamos la lección, todos unidos y cumpliendo
las normas de Sanidad, y volvamos más fuertes. En mi caso, sentirme libre
toreando.
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