jueves, 11 de octubre de 2012

La singularidad de los toreros: utilizan la mente de forma diferente a los demás


"La magia de la mente del torero" es el título de la conferencia que ha pronunciado en la Sala Cossío de la plaza de toros de Las Ventas el seudocientífico y biólogo Antonio Alcalá. El conferenciante profundizó en la mente de los toreros, mientras de modo sincronizado con la proyección de diversos cuadros de Andrés Mérida. Confiesa, sencillamente, que no sabe nada de toros. Pero entiende que la mente de un torero es diferente a la de los demás. Su estudio se dirige, precisamente, a explicar cómo piensa y por qué piensa diferente.
Redacción www.taurologia.com

Según ha explicado al diario malagueño Sur el Dr. Alcalá, “hace tres años a raíz de un acto en defensa de la Fiesta Nacional en Cofarán al cual me invitaron a dar un aporte científico. Se me ocurrió dar una pequeña conferencia sobre la mente del torero. A partir de ahí el pintor Andrés Mérida y yo, que tenemos mucha confianza y nos une mucha complicidad porque él es un pintor que busca mucho la ciencia y yo soy un científico que busca mucho el arte, mantuvimos varias sesiones clínicas en la cual él plasmó su talento como artista sobre lo que yo le iba contando sobre lo que es la mente del torero. Él hizo una serie de pinturas que durante la conferencia se van a ir proyectando”.

Sostiene el seudocientífico que la mente del torero no es igual a la de las demás personas. “La mente del torero no puede ser igual a la de una persona porque si no todos seríamos toreros”. Pero no se queda ahí y da un paso más: “Hay muchísima diferencia entre la mente de un novillero y la de un torero, una diferencia abismal. La mente de un novillero es muy parecida a la de cualquier persona mientras que la mente de un torero es extraterrestre”.

Y a la hora de marcar tales diferencias, opina que “la mente de un torero se diferencia a nivel de la anatomía, hay zonas del cerebro que están más desarrolladas que en un ser humano normal; a nivel de la biología celular, me refiero a cómo funcionan las neuronas; a nivel de la biología molecular, es decir, cómo funcionan esas neuronas por dentro; y hay diferencias a nivel de la química cerebral, es una química cerebral desproporcionada respecto a una persona normal”

Incluso sostiene que se dan diferencias desde el punto seudocientífico  entre  la mente de un novillero y luego cuando da el paso de hacerse matador  de toros. Opina el Dr. Alcalá que ese tránsito se da “un paso químico que produce un cambio bestial en el cerebro. Desde el momento en que el novillero pasa a ser torero y éste ejerce como torero, los cambios en el cerebro no solo se visualizan en la plaza, sino también fuera. El quid de la cuestión está en ese paso del escalafón novilleril al de matador de toros. Se producen cambios tan profundos que el torero pudiera ser mirado como extraterrestre. Hay personas que podrían querer torear y se quedan en novilleros y otros pasan a toreros. No todo el mundo puede tener la mente de un torero. Esos cambios los mantiene a lo largo de toda su vida, donde mantiene esa peculiar y especial personalidad que tiene todo torero. Una personalidad que tiene una base química no ambiental”.

Naturalmente, en un estudio neurológico en torno a la persona el torero no podía faltar la referencia al miedo: “El miedo es la idea clave que modela el cerebro del torero. Un novillero siente miedo pero siente el miedo de una forma humana en la cual no llega al punto de no retorno biológico. Es decir, el novillero, igual que cualquier persona, siente miedo y no da el salto al precipicio; el matador de toros siente miedo, salta al precipicio y sabe que saltando va a seguir sintiendo miedo. Llega un momento en que ese miedo le transforma el cerebro, deja de tener miedo y es otra persona. El miedo es lo que hace que se retuerza la química del cerebro de un torero”.

“Parto de la base –dice el Dr. Alcalá--  de que existe el novillero, el torero y el supertorero. El supertorero, es el torero elevado a la enésima potencia. Alguien que no es que tenga una química cerebral aberrada o desproporcionada, sino que tiene incluso una mente paranormal”.

En el curso de su conferencia en Las Ventas, el Dr. Alcalá fue dejando elementos que, amen de curiosos, resultaban poco conocidos.  Y así, por ejemplo, esa especial atracción, que los taurinos tanto temen,  que en torno a un torero se suscita entre las mujeres, la viene a explicar porque quien se viste de luces es visto como el padre ideal para sus hijos. “Las mujeres reciben señales que les hacen sentirse atraídas por el hombre que torea”, opina, en base a que el torero resulta “un creativo con lenguaje sexual impecable, que no pregunta si estudias o trabajas y que cuando está con una mujer no mira a otra; no teme al sexo opuesto, se sale con la suya y no negocia ante el riesgo”. Pero a la inversa, lo mismo sostiene en el caso de las mujeres toreros.

Sin embargo, otro de los rasgos que diferencia al torero es que se siente esclavo de la infidelidad. Y en este sentido, explica que el torero por su bajo nivel de vasopresina está más predispuesto a la infidelidad. “Todos los toreros luchan contra su infidelidad sexual, que no emocional”.

A la hora de explicar su tesis sobre miedo, acude a la hormona vasopresina sobre la amígdala cerebral, que moldea su cerebro frente al miedo. Precisamente a esta composición hormonal acude para explicar esa genérica diferenciación del torero: “La dopamina, la norepinefrina y la serotonina son sustancias que todos tenemos en nuestro cerebro. En el de los toreros aparecen en mayor cantidad, teniendo como consecuencia una repercusión directa en el qué y cómo sienten, sufren y viven”.

En referencia a la manera de razonar del torero, opina que “aprenden del todo a la parte, no analizan sino que sintetizan, se deja llevar por su intuición para alcanzar la gloria”.

Esta singularidades se plasman luego en algunas circunstancias singulares. A este respecto, según el Dr. Alcalá en los toreros apenas existe la enfermedad del Parkinson, fruto de la alta dosis de dopamina que genera en su lucha entre el valor y el miedo. Pero también aquí fundamenta que para el torero no exista una faena perfecta y que quieran cautivar siempre más con su toreo.

Pero los toreros también se singularizan por ser muy protectores con su círculo. “Su mente es sumamente protectora, tanto con su familia como con su cuadrilla. Su mente es capaz también de hacer dos cosas a la vez: querer a una mujer y sentirse atraído por otra”.

Sin embargo, el Dr. Alcalá defiende la tesis de que los toreros “no están hechos de otra pasta, sino que la usa de modo diferente”.

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