jueves, 11 de octubre de 2012

Con la Feria de Otoño se cerró una etapa de las retransmisiones para el Canal + Toros


Con las retransmisiones de la feria de Otoño, se termina una etapa en la operativa de Canal + Toros. La crisis actual , el pleito de los derechos de imagen, la conclusión de los contratos plurianuales con las principales empresas y la propia situación financiera del grupo editorial al que pertenece este canal, fuerzan a que esta oferta televisiva se reoriente sobre unas nuevas bases. El empeño no es fácil, pero para el aficionado resulta indispensable. Desde luego, recibe con agrado que desde la televisión pública se ofrezcan unos cuantos carteles de gran lujo; pero eso nunca podrá sustituir a la opción de ver en directo las grandes ferias de la temporada. Por eso, las dificultades y los intereses encontrados deben alcanzar una formula de solución.
Redacción www.taurologia.com

Con la Feria de Otoño de Madrid, Canal + Toros baja la persiana de las retransmisiones en directo por esta temporada, una vez que decidieron que, al igual que ocurrió  con la feria de San Miguel de Sevilla, las cámaras no estarán presentes en la Feria de Zaragoza.

En la duda queda si la ausencia si previo aviso de Sevilla por septiembre y de Zaragoza por el Pilar no supone una cierto incumplimiento del compromiso adquirido con los abonados, cuando al inicio de la campaña de promoción se ofrecían estos dos seriales. Sabido que es el incumplimiento de las propuestas realizadas en campañas publicitarias de promoción suponen un compromiso formal, que de no cumplirse tiene sus consecuencias en distintos ordenes. Pero tal como está hoy el patio taurino, a poco bueno conduce entrar ahora por esos caminos.

Pero lo cierto es que con el ciclo de Madrid se cierra una etapa, porque en adelante las cosas ya serán diferentes. No hace falta realizar una encuesta entre aficionados para constatar que a todos interesa que la experiencia de Canal + Toros tiene que seguir adelante, por más que TVE asome tímidamente sus cámaras a algunas plazas.

Lo que ocurre es que las circunstancias han cambiado. Según datos empresariales, Canal + Toros  presenta hasta ahora unas cuentas equilibradas: no genera beneficio, pero tampoco entra en pérdidas. Y eso es muy importante, cuando forma parte de un grupo audiovisual con graves problemas financieros, como ocurre con el conjunto de Prisa.

Hay un dato: los abonados a los canales de pago están en retroceso. Si esta tendencia se trasladara a Canal + Toros, sería preocupante. Pero como además deberá cambiar el régimen jurídico de sus contrataciones, la cosa se puede complicar.

Hasta ahora mediante contratos en su mayoría plurianuales el canal de pago tenía firmado en firme acuerdos con las principales plazas. Esos contratos acabaran con este Ejercicio, salvo en el caso de Madrid en el que ya durante la actual temporada no existía ningún compromiso previo.

Esta fórmula de contratar con las empresas, en principio, choca con el régimen vigente de los derechos de imagen. Salvo circunstancias un tanto especiales, las empresas organizadoras no tienen capacidad para decidir y adquirir compromisos en esta materia, dado que salvo en lo que les corresponde en razón de la plaza en la que tiene lugar la retrasmisión, el resto de los derechos son privativos de los toreros.

Durante 2011 se salvó este escollo mediante la negociación de las empresas con el G-10, una fórmula atípica que si los toreros quieren no pueden no repetirla, en la medida que se trata de unos derechos personales no transferibles. Y en este sentido, no es dato marginal tener en cuenta que son las empresas taurinas las que han denunciado ante la Comisión de la Competencia a los propios toreros del G-10; no se trata, pues, del clima más propicio para andar con componendas. Todo ello sin tener en cuenta que varios de los integrantes del G-10 apuestan abiertamente por las televisiones en abierto, ahora que se entreabre la puerta de TVE: unas cuantas corridas de gran lujo al año.

Sumemos a este conjunto de circunstancias un dato evidente: la crisis económica está haciendo estragos en el ámbito taurino. Hasta Madrid o Sevilla pierden abonados y las entradas en la generalidad de las plazas han descendido de manera preocupante. Las empresas se ven en dificultades económicas objetivas; no hay más que ver lo que ocurrió en Córdoba o lo que ahora pasa en Málaga, por ejemplo. Sin embargo, nada ha cambiado para que dejen de ser ciertas las palabras del Gerente de la Maestranza: sin los ingresos de televisión la feria de Sevilla no se sostiene.

Se trata, en definitiva, de un panorama muy complejo, al que hay que oponer, de manera especial, el interés de los aficionados. Cierto es que el nivel de calidad de Canal + Toros ha bajado sensiblemente con respecto a años anteriores; desde la marcha de Emilio Muñoz --que era su mejor comentarista— hasta el exceso de reemisiones que se hacen con programas antiguos y la ausencia de información de verdadera actualidad. Pero pese a todo, era la plataforma gracias a la cual muchos aficionados tenían acceso a ferias importantes, que en otro caso no podían ver.

Por eso, el futuro de Canal + Toros debiera resolverse de forma satisfactoria. Expertos hay en todos los sectores que conforman la Fiesta para que busquen soluciones adecuadas a los problemas acumulados y debieran conseguirlo, en beneficio de los aficionados.

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