Con las retransmisiones de la feria de Otoño, se termina
una etapa en la operativa de Canal + Toros. La crisis actual , el pleito de los
derechos de imagen, la conclusión de los contratos plurianuales con las
principales empresas y la propia situación financiera del grupo editorial al
que pertenece este canal, fuerzan a que esta oferta televisiva se reoriente
sobre unas nuevas bases. El empeño no es fácil, pero para el aficionado resulta
indispensable. Desde luego, recibe con agrado que desde la televisión pública
se ofrezcan unos cuantos carteles de gran lujo; pero eso nunca podrá sustituir
a la opción de ver en directo las grandes ferias de la temporada. Por eso, las
dificultades y los intereses encontrados deben alcanzar una formula de
solución.
Redacción
www.taurologia.com
Con la Feria de Otoño de Madrid, Canal + Toros
baja la persiana de las retransmisiones en directo por esta temporada, una vez
que decidieron que, al igual que ocurrió
con la feria de San Miguel de Sevilla, las cámaras no estarán presentes
en la Feria de Zaragoza.
En la duda queda si la ausencia si previo
aviso de Sevilla por septiembre y de Zaragoza por el Pilar no supone una cierto
incumplimiento del compromiso adquirido con los abonados, cuando al inicio de
la campaña de promoción se ofrecían estos dos seriales. Sabido que es el
incumplimiento de las propuestas realizadas en campañas publicitarias de
promoción suponen un compromiso formal, que de no cumplirse tiene sus
consecuencias en distintos ordenes. Pero tal como está hoy el patio taurino, a
poco bueno conduce entrar ahora por esos caminos.
Pero lo cierto es que con el ciclo de Madrid
se cierra una etapa, porque en adelante las cosas ya serán diferentes. No hace
falta realizar una encuesta entre aficionados para constatar que a todos
interesa que la experiencia de Canal + Toros tiene que seguir adelante, por más
que TVE asome tímidamente sus cámaras a algunas plazas.
Lo que ocurre es que las circunstancias han
cambiado. Según datos empresariales, Canal + Toros presenta hasta ahora unas cuentas
equilibradas: no genera beneficio, pero tampoco entra en pérdidas. Y eso es muy
importante, cuando forma parte de un grupo audiovisual con graves problemas
financieros, como ocurre con el conjunto de Prisa.
Hay un dato: los abonados a los canales de
pago están en retroceso. Si esta tendencia se trasladara a Canal + Toros, sería
preocupante. Pero como además deberá cambiar el régimen jurídico de sus
contrataciones, la cosa se puede complicar.
Hasta ahora mediante contratos en su mayoría
plurianuales el canal de pago tenía firmado en firme acuerdos con las
principales plazas. Esos contratos acabaran con este Ejercicio, salvo en el
caso de Madrid en el que ya durante la actual temporada no existía ningún
compromiso previo.
Esta fórmula de contratar con las empresas, en
principio, choca con el régimen vigente de los derechos de imagen. Salvo
circunstancias un tanto especiales, las empresas organizadoras no tienen
capacidad para decidir y adquirir compromisos en esta materia, dado que salvo
en lo que les corresponde en razón de la plaza en la que tiene lugar la
retrasmisión, el resto de los derechos son privativos de los toreros.
Durante 2011 se salvó este escollo mediante la
negociación de las empresas con el G-10, una fórmula atípica que si los toreros
quieren no pueden no repetirla, en la medida que se trata de unos derechos
personales no transferibles. Y en este sentido, no es dato marginal tener en
cuenta que son las empresas taurinas las que han denunciado ante la Comisión de
la Competencia a los propios toreros del G-10; no se trata, pues, del clima más
propicio para andar con componendas. Todo ello sin tener en cuenta que varios
de los integrantes del G-10 apuestan abiertamente por las televisiones en
abierto, ahora que se entreabre la puerta de TVE: unas cuantas corridas de gran
lujo al año.
Sumemos a este conjunto de circunstancias un
dato evidente: la crisis económica está haciendo estragos en el ámbito taurino.
Hasta Madrid o Sevilla pierden abonados y las entradas en la generalidad de las
plazas han descendido de manera preocupante. Las empresas se ven en
dificultades económicas objetivas; no hay más que ver lo que ocurrió en Córdoba
o lo que ahora pasa en Málaga, por ejemplo. Sin embargo, nada ha cambiado para
que dejen de ser ciertas las palabras del Gerente de la Maestranza: sin los
ingresos de televisión la feria de Sevilla no se sostiene.
Se trata, en definitiva, de un panorama muy
complejo, al que hay que oponer, de manera especial, el interés de los
aficionados. Cierto es que el nivel de calidad de Canal + Toros ha bajado
sensiblemente con respecto a años anteriores; desde la marcha de Emilio Muñoz
--que era su mejor comentarista— hasta el exceso de reemisiones que se hacen
con programas antiguos y la ausencia de información de verdadera actualidad.
Pero pese a todo, era la plataforma gracias a la cual muchos aficionados tenían
acceso a ferias importantes, que en otro caso no podían ver.
Por eso, el futuro de Canal + Toros debiera
resolverse de forma satisfactoria. Expertos hay en todos los sectores que
conforman la Fiesta para que busquen soluciones adecuadas a los problemas
acumulados y debieran conseguirlo, en beneficio de los aficionados.
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