El sevillano se
impuso con recursos al poco juego que ofreció la corrida de Lora Sangrán
La plaza de toros de Antequera se ha llenado
en la mitad de su aforo en el festejo en el que Manuel Escribano se ha encerrado en solitario con seis toros. El
lote de Lora Sangrán, bien presentado, ha dado salvo el buen quinto
pocas opciones al matador, que estuvo entregado con el noble primero, que se
acabó muy pronto; igualmente decidido con el violento segundo; emborronando con
la espada su actuación con el sobrero que hizo tercero -el presidente devolvió
al acalambrado titular- que fue brusco y reservón. Pudo cortarle una oreja pero
todo quedó en aplausos.
En el cuarto, parado y deslucido, escuchó
palmas mientras que le cortó las dos orejas al quinto, sin duda el mejor toro
del desrazado y manso encierro de Sangrán. Se inventó la faena ante el
que cerró plaza, un ejemplar que también evidenció mansedumbre y cuya muerte,
producida por un certero espadazo, brindó a los miembros de su cuadrilla. Salió
a hombros al término del festejo. /
FICHA DEL FESTEJO
Antequera (Málaga), 20 de octubre de 2012. Toros de Lora
Sangrán, el 3º jugado como sobrero. Bien presentados y de escaso juego salvo el
buen quinto por mansos y desrazados.
MANUEL ESCRIBANO, como único espada: Oreja,
ovación, aplausos, aplausos, dos orejas y oreja.
Entrada: Media plaza.
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