Coahuila ha sido el tercer estado en
prohibir los toros y Veracruz y Baja California podrían sumarse en breve. El
Partido Verde de México, socio clave en el Gobierno del PRI, planea que la
prohibición sea en todo el país.
El 31 de
enero de 2016, José Tomás, una leyenda viva de los ruedos por la que suspiran
las plazas más importantes del mundo, toreará en la monumental de Ciudad de
México, plaza en la que recibió la alternativa el 10 de diciembre de 1995. El
torero de Galapagar es hoy un reclamo para mantener viva la tauromaquia allí
donde se tambalean sus cimientos. Sólo él es capaz de acaparar tantos titulares
y entusiasmo entre los adeptos a la fiesta como acarrean las prohibiciones del
festejo entre sus detractores.
En México
avanza lo segundo y parece que se estanca lo primero; las corridas de toros
están amenazadas de prohibición cada vez en más estados y el principal socio
del partido en el Gobierno, el sui géneris Partido Verde de México (PVEM),
tiene en su punto de mira la tauromaquia a nivel nacional. "La idea es
conseguir que la prohibición sea en todo el país", reconoce a EL MUNDO
José Refugio, diputado federal del PVEM e impulsor de la última victoria de los
antitaurinos: la prohibición de tauromaquia en el estado de Coahuila.
El pasado
23 de agosto, el Congreso de Coahuila votó a favor de la total prohibición de
las corridas de toros en este estado. Se convertía así en la tercera entidad
estatal en prohibirlos tras Sonora y Guerrero. "Se ha acabado con una
tradición de más de 300 años", apunta Paco Doddoli, matador de toros y
presidente de la Asociación Nacional de Matadores de Toros. Los antitaurinos
presentaron 15.000 firmas en el Parlamento y contaron con el apoyo de la
coalición del PVEM y del PRI, la misma que gobierna a nivel nacional.
"El
problema en Coahuila es que el principal ganadero (Armando Guadiana Tijerina)
se ha propuesto como gobernador. En una semana se prohibió la fiesta, se llevó
gente en avión desde el DF", replica Doddoli. "Yo me reuní con el
empresario taurino más importante, Arturo Gilio, dueño de la plaza del Torreón,
y me reconoció que parar las corridas no va a ser una gran afección económica
para el Coliseo", mantiene el diputado Refugio. "Hay que defender a
las minorías. Somos un 15% los que nos gusta la fiesta brava, un número
superior al de muchos partidos políticos", mantuvo antes Gilio, también ex
matador, que intentó hasta el último segundo que su plaza no se convirtiera
sólo en un recinto de fiestas y conciertos. No lo consiguió.
El apoyo
real que los toros tienen en México es una de las bazas que los grupos
antitaurinos manejan para acabar definitivamente con la fiesta. El plan es
parecido al que se hizo con el uso de animales salvajes en los circos: primero
hubo algunas prohibiciones locales y estatales y luego se dio el salto al
parlamento nacional y se consiguió el pasado mes de julio la prohibición a
nivel federal de estos espectáculos, algo que ha sido muy aclamado a nivel
internacional por los movimientos animalistas.
"En
2012, el 70% -según encuestas tendenciosas- de los mexicanos se manifestó a
favor de prohibir los toros. En Coahuila el porcentaje era del 84%",
asegura Refugio. Las cifras parece que podrían ser algo más bajas –tal y como
se ha palpado en estudios realizados por universidades reconocidas- y según
algunas encuestas el apoyo a la prohibición se situaría en el 57%, en todo caso
muy superior al escaso 15% de apoyo a la fiesta.
Sin
embargo, ese pretendido bajonazo que han recibido los toros en México es algo
que niegan desde la asociación de matadores: "Veo un repunte de gente
joven. Hay cerca de 500 festejos anuales. Es cierto que en los años 60 y 70
había 800 festejos, pero en todo caso la cifra de 500 se mantiene
estable".
La
próxima batalla parece que tiene ya dos frentes próximos definidos: el estado
de Veracruz (en cuya capital, la propia Veracruz, ya están prohibidos los
toros) y Baja California. Ambos pueden ser los siguientes en borrar legalmente
la tauromaquia dentro de sus lindes. En Baja California habrá estos meses de
octubre y noviembre una consulta ciudadana para testar el apoyo de la Fiesta.
"En Veracruz veo mucho peligro", explica Doddoli. "La Xiqueñada,
una fiesta de encierros parecida a la de San Fermín en Pamplona deja muchos
heridos. La gente bebe mucho y hay que reglamentar este tipo de fiestas".
En el último festejo del pasado julio hubo 13 personas heridas, algunas de
gravedad. Podría ser el último que se realiza. "No debemos permitir que un
acto en el que se golpea, lacera y maltrata a un animal se considere herencia
cultural", dijo el diputado Jesús Vázquez González, del PVEM, al presentar
la iniciativa de prohibición en el Congreso de Veracruz.
Al otro
lado, hay estados que se han apresurado a declarar la tauromaquia como bien
cultural y material: "En los estados de Aguascalientes, Tlaxcala, Hidalgo,
Querétaro, Zacatecas, Michoacán y Guanajuato, los toros han sido declarados
Bien Cultural y Material", recuerda Doddoli.
La
batalla por la supervivencia o estocada final a la fiesta en México gana
intensidad y siempre con un ojo en España. Los grupos pro prohibición en sus
argumentaciones mediáticas recuerdan que en España los toros están ya
prohibidos en Cataluña. "¿Si donde nació la fiesta y tiene más seguidores
se está prohibiendo por qué no hacerlo en otros lugares?", es el mensaje.
El 31 de
enero la llegada de José Tomas al DF, entidad en la que el maltrato animal está
tipificado como delito pero se hizo una excepción para las corridas de toros y
las peleas de gallos, se convertirá en una nueva demostración de apoyo de los
taurinos que previsiblemente llenarán las 41.000 butacas del coso taurino más
grande del planeta. "José Tomás es una revolución cada vez que se
presenta. Será como cuando vino Manolete", concluye Doddoli. / JAVIER BRANDOLI – Diario ELMUNDO de Madrid
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