domingo, 25 de octubre de 2015

El Fandi, el coleccionista de orejas

Se ha alzado líder del escalafón con 69 corridas, 159 apéndices y 6 rabos; en total lleva 1.413 festejos, 2.928 orejas y 38 toros indultados.

ROSARIO PÉREZ
Diario ABC de Madrid

A medio camino entre la arena y el campo, alejado de humos y asfalto, David Fandila custodia una «caja mágica» que esconde los secretos de su particular «Código Da Vinci», uno de sus últimos libros lidiados. A fondo se entrena para descifrar cada temporada esas claves con las que ha triunfado en su intensa aventura por la geografía española. Más allá de gustos y de comunes etiquetas, El Fandi se ha colocado en el pódium del escalafón con 69 paseíllos y 159 orejas y 6 rabos, que se escribe pronto y «cuesta mucho trabajo ganar». Palabra de un líder con carisma.

–¿Se obsesiona con los trofeos?
No y sí. Mi carrera, por suerte o por desgracia, se ha basado en los números. Soy consciente de que tengo que cortar las orejas día a día para mantener esa posición.

David (Granada, 1981), que así lo bautizó su madre por ser el embarazo «como una lucha entre David y Goliat», se expresa con el natural acento de esa Sierra Nevada en la que el esquí ocupó gran parte de su niñez y con una humildad que es raíz de su vida. «Tengo los pies en la tierra. Algunos toreros tenemos que cortar las orejas». Miles de ellas abultan su currículum, tantas que podría tapizar una obra artística a lo Ai Weiwei con las pipas.

–Dicen que El Fandi no defrauda a su público.
Bueno, a veces sale alguno mosqueadillo. Tal y como está la situación, lo difícil es que vaya gente a la plaza. Ya que vienen, quiero que los que han pagado se vayan con ganas de volver. Cuando sale un toro embistiendo, se disfruta, pero en el 65 o 70 por ciento de los casos hay que tirar de la caja mágica para que el público se divierta y regrese.

–¿Qué oculta ese cofre?
Si lo cuento, pierde la gracia, pero guarda la capacidad que hace que sirva el mayor número de toros, ya sea con recursos técnicos, variedad...

–Se suelen cantar su capote y, sobre todo, sus banderillas y referirse con altibajos a su muleta. ¿Le fastidian los tópicos en tardes que no es así?
Cuando hablan, nunca me meto mucho. Pero sí me da un poco de rabia que se haya tomado un patrón. Parece que lo fácil es poner siempre lo mismo, aunque no sea así. Hay tardes que sé que he estado mal con las banderillas y meritorio con la muleta y no se pone, por si se metiera la pata... Lo importante es seguir haciendo ruido muchos años y dar motivos para que hablen.

–Como experto en orejas, ¿es mayor sordo el que no quiere oír o aquel al que por un oído le entra y por otro le sale?
Pues, mire, yo a veces soy de los que por una oreja me entra y por otra me sale. Voy a lo mío.

–¿Se siente artista?
Eso del arte es muy relativo. Entiendo que es la capacidad de emocionar a la gente. Unos se emocionan con una verónica y otros con un par de banderillas. Ante todo me siento torero y muy orgulloso de serlo.

–A cada tiempo su arte y a cada arte su libertad. ¿Es Fandila libre?
La verdad es que nunca me había parado a pensarlo, pero sí, porque siempre he sido fiel a mí mismo y a los que han creído en mí, intentando que la gente salga contenta.

–A la libertad del campo ha enviado usted un buen número de toros indultados. ¿Es lo más grande?
Llevo 38 y es maravilloso. Me siento aficionado al campo y a los toros hasta la médula, pregunto cómo están, cómo han sido sus descendientes... Esos toros forman parte de un trocito de mi historia, como «Cortesano», que ha dado fenomenal, o este año «Avellanito».

–Es un habitual en festivales benéfico. ¿Le reconforta ayudar?
Claro que sí, es un granito de arena solidaria haciendo lo que más me gusta.

-En tiempos de muchos ataques antitaurinos, ¿cómo se templa cuando le llaman asesino?
Muy templados hemos estado. El aficionado es bastante más educado que el antitaurino y hace menos ruido que él. Pero ha llegado el momento de hablar. Solo pido respeto, que entiendan que muchas familias viven del toro y lo que conlleva ecológicamente.

–En plena precampaña electoral, ¿qué pediría a los políticos?
El mundo del toro tiene una historia y una cultura que va más allá de ideologías políticas. Siempre hemos pedido que nos dejen tranquilitos: no somos de izquierdas, ni de derechas ni de centro. Por favor, que no nos identifiquen con ningún partido.

–¿Qué le parece la Formación Profesional de Tauromaquia?
Todo lo que se haga en pro de la Fiesta es positivo.

–En tiempos de rumores, cambios y rupturas, ¿cuál es la pócima para llevar más de una década con la casa Matilla?
Para empezar uno debe tener los pies en el suelo, saber lo que quiere, lo que tiene y lo que puede tener. Hay poca gente que te pueda dar en cada momento lo que quieres y necesitas. Lo fundamental es que un apoderado defienda a quien lleva. ¿Que toreo mucho? Creo que doy motivos para volver.

–Un crítico balear escribió que figura es el que torea más de cincuenta corridas al menos cinco temporadas. Usted ha sobrepasado las cien durante seis años... ¿Qué opina?
Hay toreros que llevan quince minutos y enseguida se les pone de figurones; en cambio, otros tienen una historia muy importante, con un aval que respetar y a veces se les niega...

El Fandi, un torero con los pies en la tierra al que le gusta volar

–¿Un sueño por cumplir?
Me quedan muchos. Cada temporada es un mundo.

–Y fuera de los ruedos, ¿a qué dedica el tiempo libre?
Siempre estoy en contacto con el toro y los caballos. Practico acoso y derribo, el esquí, me encanta volar en autogiro, el surf...

–Sigue el lema de Bruce Lee: más vale una cicatriz por valiente que la piel intacta por cobarde.
¡No pienso en los riesgos! Porque entonces te pasas la vida sin hacer nada. Cada uno es una película.

–¿La última que le impactó?
«Doce años de esclavitud» me dejó muy fastidiado y dándole vueltas.

–¿Los valientes también lloran?
Yo me emociono hasta con la banda sonora del telediario.

Un currículum con cifras apabullantes

-1.413 corridas ha toreado desde su alternativa en 2000.
-2.928 orejas y 190 rabos ha conquistado como matador el granadino.
-38 toros indultados. «Avellanito», de Alcurrucén, es el último ejemplar al que perdonó la vida.
Los datos son de vértigo. El completo archivo de María Dolores Martínez recoge la apabullante escalada de El Fandi, con seis temporadas en las que superó las cien corridas y una que se quedó en el filo, 99. Estas son sus cifras desde su alternativa en su campaña europea y americana:

Año 2000: 28 corridas, 62 orejas, 4 rabos y 1 indulto.
Año 2001: 40 corridas, 93 orejas y 7 rabos.
Año 2002: 93 corridas, 192 orejas, 15 rabos y 3 indultos.
Año 2003: 90 corridas, 139 orejas, 9 rabos y 2 indultos.
Año 2004: 105 corridas, 207 orejas, 7 rabos y 2 indultos.
Año 2005: 116 corridas, 219 orejas, 12 rabos y 1 indulto.
Año 2006: 117 corridas. 235 orejas y 15 rabos.
Año 2007: 99 corridas, 245 orejas, 20 rabos y 2 indultos.
Año 2008: 119 corridas. 282 orejas, 24 rabos y 2 indultos.
Año 2009: 104 corridas, 229 orejas, 18 rabos y 4 indultos.
Año 2010: 106 corridas. 214 orejas y 12 rabos y 3 indultos.
Año. 2011: 91 corridas. 168 orejas, 11 rabos y 5 indultos.
Año 2012: 82 corridas, 146 orejas, 6 rabos y 3 indultos.
Año 2013: 72 corridas, 163 orejas, 13 rabos y 4 indultos.
Año 2014: 76 corridas, 162 orejas, 11 rabos y 4 indultos.

Año 2015: 75 corridas, 172 orejas, 6 rabos y 2 indultos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario