Se ha alzado líder del escalafón
con 69 corridas, 159 apéndices y 6 rabos; en total lleva 1.413 festejos, 2.928
orejas y 38 toros indultados.
ROSARIO PÉREZ
Diario ABC de Madrid
A medio camino entre la arena y el campo, alejado de humos y
asfalto, David Fandila custodia una «caja mágica» que esconde los secretos de
su particular «Código Da Vinci», uno de sus últimos libros lidiados. A fondo se
entrena para descifrar cada temporada esas claves con las que ha triunfado en
su intensa aventura por la geografía española. Más allá de gustos y de comunes
etiquetas, El Fandi se ha colocado en el pódium del escalafón con 69 paseíllos
y 159 orejas y 6 rabos, que se escribe pronto y «cuesta mucho trabajo ganar».
Palabra de un líder con carisma.
–¿Se obsesiona con
los trofeos?
No y sí. Mi carrera, por suerte o por desgracia, se ha
basado en los números. Soy consciente de que tengo que cortar las orejas día a
día para mantener esa posición.
David (Granada, 1981), que así lo bautizó su madre por ser
el embarazo «como una lucha entre David y Goliat», se expresa con el natural
acento de esa Sierra Nevada en la que el esquí ocupó gran parte de su niñez y
con una humildad que es raíz de su vida. «Tengo los pies en la tierra. Algunos
toreros tenemos que cortar las orejas». Miles de ellas abultan su currículum,
tantas que podría tapizar una obra artística a lo Ai Weiwei con las pipas.
–Dicen que El Fandi
no defrauda a su público.
Bueno, a veces sale alguno mosqueadillo. Tal y como está la
situación, lo difícil es que vaya gente a la plaza. Ya que vienen, quiero que
los que han pagado se vayan con ganas de volver. Cuando sale un toro
embistiendo, se disfruta, pero en el 65 o 70 por ciento de los casos hay que
tirar de la caja mágica para que el público se divierta y regrese.
–¿Qué oculta ese
cofre?
Si lo cuento, pierde la gracia, pero guarda la capacidad que
hace que sirva el mayor número de toros, ya sea con recursos técnicos,
variedad...
–Se suelen cantar su
capote y, sobre todo, sus banderillas y referirse con altibajos a su muleta.
¿Le fastidian los tópicos en tardes que no es así?
Cuando hablan, nunca me meto mucho. Pero sí me da un poco de
rabia que se haya tomado un patrón. Parece que lo fácil es poner siempre lo
mismo, aunque no sea así. Hay tardes que sé que he estado mal con las
banderillas y meritorio con la muleta y no se pone, por si se metiera la
pata... Lo importante es seguir haciendo ruido muchos años y dar motivos para
que hablen.
–Como experto en
orejas, ¿es mayor sordo el que no quiere oír o aquel al que por un oído le
entra y por otro le sale?
Pues, mire, yo a veces soy de los que por una oreja me entra
y por otra me sale. Voy a lo mío.
–¿Se siente artista?
Eso del arte es muy relativo. Entiendo que es la capacidad
de emocionar a la gente. Unos se emocionan con una verónica y otros con un par
de banderillas. Ante todo me siento torero y muy orgulloso de serlo.
–A cada tiempo su
arte y a cada arte su libertad. ¿Es Fandila libre?
La verdad es que nunca me había parado a pensarlo, pero sí,
porque siempre he sido fiel a mí mismo y a los que han creído en mí, intentando
que la gente salga contenta.
–A la libertad del
campo ha enviado usted un buen número de toros indultados. ¿Es lo más grande?
Llevo 38 y es maravilloso. Me siento aficionado al campo y a
los toros hasta la médula, pregunto cómo están, cómo han sido sus
descendientes... Esos toros forman parte de un trocito de mi historia, como
«Cortesano», que ha dado fenomenal, o este año «Avellanito».
–Es un habitual en
festivales benéfico. ¿Le reconforta ayudar?
Claro que sí, es un granito de arena solidaria haciendo lo
que más me gusta.
-En tiempos de muchos
ataques antitaurinos, ¿cómo se templa cuando le llaman asesino?
Muy templados hemos estado. El aficionado es bastante más
educado que el antitaurino y hace menos ruido que él. Pero ha llegado el
momento de hablar. Solo pido respeto, que entiendan que muchas familias viven
del toro y lo que conlleva ecológicamente.
–En plena precampaña
electoral, ¿qué pediría a los políticos?
El mundo del toro tiene una historia y una cultura que va
más allá de ideologías políticas. Siempre hemos pedido que nos dejen
tranquilitos: no somos de izquierdas, ni de derechas ni de centro. Por favor,
que no nos identifiquen con ningún partido.
–¿Qué le parece la
Formación Profesional de Tauromaquia?
Todo lo que se haga en pro de la Fiesta es positivo.
–En tiempos de
rumores, cambios y rupturas, ¿cuál es la pócima para llevar más de una década
con la casa Matilla?
Para empezar uno debe tener los pies en el suelo, saber lo
que quiere, lo que tiene y lo que puede tener. Hay poca gente que te pueda dar
en cada momento lo que quieres y necesitas. Lo fundamental es que un apoderado
defienda a quien lleva. ¿Que toreo mucho? Creo que doy motivos para volver.
–Un crítico balear
escribió que figura es el que torea más de cincuenta corridas al menos cinco
temporadas. Usted ha sobrepasado las cien durante seis años... ¿Qué opina?
Hay toreros que llevan quince minutos y enseguida se les
pone de figurones; en cambio, otros tienen una historia muy importante, con un
aval que respetar y a veces se les niega...
El Fandi, un torero con los pies en la tierra
al que le gusta volar
–¿Un sueño por
cumplir?
Me quedan muchos. Cada temporada es un mundo.
–Y fuera de los
ruedos, ¿a qué dedica el tiempo libre?
Siempre estoy en contacto con el toro y los caballos.
Practico acoso y derribo, el esquí, me encanta volar en autogiro, el surf...
–Sigue el lema de
Bruce Lee: más vale una cicatriz por valiente que la piel intacta por cobarde.
¡No pienso en los riesgos! Porque entonces te pasas la vida
sin hacer nada. Cada uno es una película.
–¿La última que le
impactó?
«Doce años de esclavitud» me dejó muy fastidiado y dándole
vueltas.
–¿Los valientes
también lloran?
Yo me emociono hasta con la banda sonora del telediario.
Un currículum con cifras
apabullantes
-1.413 corridas ha toreado desde su alternativa en 2000.
-2.928 orejas y 190 rabos ha conquistado como matador el
granadino.
-38 toros indultados. «Avellanito», de Alcurrucén, es el
último ejemplar al que perdonó la vida.
Los datos son de vértigo. El completo archivo de María
Dolores Martínez recoge la apabullante escalada de El Fandi, con seis
temporadas en las que superó las cien corridas y una que se quedó en el filo,
99. Estas son sus cifras desde su alternativa en su campaña europea y
americana:
Año 2000: 28 corridas, 62 orejas, 4 rabos y 1 indulto.
Año 2001: 40 corridas, 93 orejas y 7 rabos.
Año 2002: 93 corridas, 192 orejas, 15 rabos y 3 indultos.
Año 2003: 90 corridas, 139 orejas, 9 rabos y 2 indultos.
Año 2004: 105 corridas, 207 orejas, 7 rabos y 2 indultos.
Año 2005: 116 corridas, 219 orejas, 12 rabos y 1 indulto.
Año 2006: 117 corridas. 235 orejas y 15 rabos.
Año 2007: 99 corridas, 245 orejas, 20 rabos y 2 indultos.
Año 2008: 119 corridas. 282 orejas, 24 rabos y 2 indultos.
Año 2009: 104 corridas, 229 orejas, 18 rabos y 4 indultos.
Año 2010: 106 corridas. 214 orejas y 12 rabos y 3 indultos.
Año. 2011: 91 corridas. 168 orejas, 11 rabos y 5 indultos.
Año 2012: 82 corridas, 146 orejas, 6 rabos y 3 indultos.
Año 2013: 72 corridas, 163 orejas, 13 rabos y 4 indultos.
Año 2014: 76 corridas, 162 orejas, 11 rabos y 4 indultos.
Año 2015: 75 corridas, 172 orejas, 6 rabos y 2 indultos.
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