domingo, 18 de octubre de 2015

FERIA DE SAN LUCAS EN JAÉN - Impacta López Simón, que corta dos orejas

El torero de Barajas cuaja a sus tres toros en el mano a mano con Fandi y pierde los trofeos por el fallo con los aceros. Importante su faena al segundo de Jandilla

CARLOS CRIVELL
Jaén
@carloscrivell
Diario ELMUNDO de Madrid

Se retrasó la corrida sin motivo. Las dudas eran ofensivas. El ruedo estaba en buenas condiciones y el cielo con algunas nubes inocentes. Más de quince minutos mirando el ruedo. Como era de sentido común la corrida se celebró. La media plaza, con generosidad, debió producir goteras en la taquilla. El año próximo, si López Simón se anuncia en Jaén, que es lo que tiene que hacer, habrá peleas por las entradas. La corrida tuvo al madrileño como protagonista. Toreó a los toros buenos de su lote y a los menos buenos. De ellos, el de Jandilla, se afianzó en calidad y nobleza bajo el poder de la muleta del torero. El de El Pilar acabó rendido a su valor. El que cerró plaza, paletón, fue muy distraído y acabó a la defensiva. También lo metió en la canasta. 

El Fandi sacó por delante a un toro de Peña de Francia bruto y con problemas por la izquierda. Se lució con el buen cuarto de Jandilla y le echaron en último lugar un caballo de El Pilar con casi seiscientos kilos. Como es normal, ese animal inmenso no embistió. Lo debieron soltar al principio.

López Simón conquistó la plaza de Jaén desde que salió a lancear al primero de su lote. El Jandilla, de buena condición, parecía afligido y con las fuerzas escasas, pero allí surgió el milagro del toreo. Se puso en el sitio, echó la muleta adelante y ligó muletazos de trazo limpio. El toro se vino arriba y acabó como un carretón. Todo había sido obra del valor, firmeza, disposición y temple del madrileño de Barajas. La faena fue creciendo a niveles insospechados. Se puso a dar naturales de frente en tandas de siete y ocho muletazos para ligar los de pecho sin mover las plantas del albero. Surgieron las arrucinas, los molinetes, los circulares, toda una exhibición de toreo inmenso, ligado, profundo, mientras la plaza enloquecía de emoción. Pidieron el indulto y Alberto se equivocó a querer forzarlo alargando la faena. El presidente le había indicado que debía matarlo. Le llegó a mandar un aviso. Cuando lo hizo, con el toro muy pasado de faena, llegó el pinchazo. Faena inmensa que se quedó minusvalorada por su obcecación y por la espada. Aún así, dos orejas y la sensación de que en Jaén habían conocido a un torero de un futuro envidiable.

También cuajó al de El Pilar. Fue un toro que acabó embebido en la panza de la muleta de López Simón que lo toreó en tandas de ocho naturales en una loseta y ligados con el de pecho. Fue una faena muy meritoria, tal vez menos llamativa que la del toro anterior, pero muy rotunda. También muy larga. Sonó el aviso antes de perfilarse. Y falló de forma lamentable. El sexto, un paletón de García Jiménez, fue más antipático. Ya la noche se había metido en una ligera llovizna. El torero hizo un esfuerzo para dominarlo con el valor ya reconocido y el mando de su muleta. El animal desarrolló problemas y la faena perdió brillo. De nuevo mató muy mal, problema que fue muy acusado en esta corrida y que debe resolver de inmediato.

El Fandi sólo pudo cortar una oreja en tres toros. Es una noticia. El que abrió plaza tenía peligro por el lado izquierdo. Incluso parecía que tenía problemas en la vista. El de Granada no estuvo mucho tiempo en la cara del toro ni tampoco hacía falta. Le cortó una oreja al de Jandilla. Lo recibió con tres largas cambiadas de rodillas y le enseñó al animal su capote claro y diáfano. Colocó cuatro pares con el estilo clásico de la casa. El toro fue muy bueno. David Fandila estuvo solvente en una faena sin nada muy destacado, aunque con profesionalidad y oficio. Al final se las vio con el mulo de El Pilar. Aunque lo recibió con una larga casi en el centro y colocó otra vez un montón de banderillas, se estrelló contra un toro de muy mala condición. Se quedó cortó, rebañó mucho y acabó gazapón con sus kilos a cuestas. El enfado de Fandila fue ostensible. Se lo había brindado a López Simón en claro signo de admiración ante lo que había presenciado en la lidia del segundo del festejo.

Al final, el tendido era unánime con Alberto López Simón. Dijo uno que "este muchacho tiene futuro". Está claro que lo tiene. Su faena al toro de Jandilla se enmarca entre las mejores de este año que ha puesto su punto final en San Lucas. Hasta Jaén llegó el impacto de López Simón.

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