El torero de Barajas cuaja a sus
tres toros en el mano a mano con Fandi y pierde los trofeos por el fallo con
los aceros. Importante su faena al segundo de Jandilla
CARLOS CRIVELL
Jaén
@carloscrivell
Diario ELMUNDO de Madrid
Se retrasó la corrida sin motivo. Las dudas eran ofensivas.
El ruedo estaba en buenas condiciones y el cielo con algunas nubes inocentes.
Más de quince minutos mirando el ruedo. Como era de sentido común la corrida se
celebró. La media plaza, con generosidad, debió producir goteras en la
taquilla. El año próximo, si López Simón se anuncia en Jaén, que es lo que
tiene que hacer, habrá peleas por las entradas. La corrida tuvo al madrileño
como protagonista. Toreó a los toros buenos de su lote y a los menos buenos. De
ellos, el de Jandilla, se afianzó en calidad y nobleza bajo el poder de la
muleta del torero. El de El Pilar acabó rendido a su valor. El que cerró plaza,
paletón, fue muy distraído y acabó a la defensiva. También lo metió en la
canasta.
El Fandi sacó por delante a un toro de Peña de Francia bruto
y con problemas por la izquierda. Se lució con el buen cuarto de Jandilla y le
echaron en último lugar un caballo de El Pilar con casi seiscientos kilos. Como
es normal, ese animal inmenso no embistió. Lo debieron soltar al principio.
López Simón conquistó la plaza de Jaén desde que salió a
lancear al primero de su lote. El Jandilla, de buena condición, parecía
afligido y con las fuerzas escasas, pero allí surgió el milagro del toreo. Se
puso en el sitio, echó la muleta adelante y ligó muletazos de trazo limpio. El
toro se vino arriba y acabó como un carretón. Todo había sido obra del valor,
firmeza, disposición y temple del madrileño de Barajas. La faena fue creciendo
a niveles insospechados. Se puso a dar naturales de frente en tandas de siete y
ocho muletazos para ligar los de pecho sin mover las plantas del albero.
Surgieron las arrucinas, los molinetes, los circulares, toda una exhibición de
toreo inmenso, ligado, profundo, mientras la plaza enloquecía de emoción. Pidieron
el indulto y Alberto se equivocó a querer forzarlo alargando la faena. El
presidente le había indicado que debía matarlo. Le llegó a mandar un aviso.
Cuando lo hizo, con el toro muy pasado de faena, llegó el pinchazo. Faena
inmensa que se quedó minusvalorada por su obcecación y por la espada. Aún así,
dos orejas y la sensación de que en Jaén habían conocido a un torero de un
futuro envidiable.
También cuajó al de El Pilar. Fue un toro que acabó embebido
en la panza de la muleta de López Simón que lo toreó en tandas de ocho
naturales en una loseta y ligados con el de pecho. Fue una faena muy meritoria,
tal vez menos llamativa que la del toro anterior, pero muy rotunda. También muy
larga. Sonó el aviso antes de perfilarse. Y falló de forma lamentable. El sexto,
un paletón de García Jiménez, fue más antipático. Ya la noche se había metido
en una ligera llovizna. El torero hizo un esfuerzo para dominarlo con el valor
ya reconocido y el mando de su muleta. El animal desarrolló problemas y la
faena perdió brillo. De nuevo mató muy mal, problema que fue muy acusado en
esta corrida y que debe resolver de inmediato.
El Fandi sólo pudo cortar una oreja en tres toros. Es una
noticia. El que abrió plaza tenía peligro por el lado izquierdo. Incluso
parecía que tenía problemas en la vista. El de Granada no estuvo mucho tiempo
en la cara del toro ni tampoco hacía falta. Le cortó una oreja al de Jandilla.
Lo recibió con tres largas cambiadas de rodillas y le enseñó al animal su
capote claro y diáfano. Colocó cuatro pares con el estilo clásico de la casa.
El toro fue muy bueno. David Fandila estuvo solvente en una faena sin nada muy
destacado, aunque con profesionalidad y oficio. Al final se las vio con el mulo
de El Pilar. Aunque lo recibió con una larga casi en el centro y colocó otra
vez un montón de banderillas, se estrelló contra un toro de muy mala condición.
Se quedó cortó, rebañó mucho y acabó gazapón con sus kilos a cuestas. El enfado
de Fandila fue ostensible. Se lo había brindado a López Simón en claro signo de
admiración ante lo que había presenciado en la lidia del segundo del festejo.
Al final, el tendido era unánime con Alberto López Simón.
Dijo uno que "este muchacho tiene futuro". Está claro que lo tiene.
Su faena al toro de Jandilla se enmarca entre las mejores de este año que ha
puesto su punto final en San Lucas. Hasta Jaén llegó el impacto de López Simón.
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