domingo, 27 de mayo de 2012

SEGUNDA NOVILLADA – DECIMOSEXTA CORRIDA DE ABONO – FERIA DE SAN ISIDRO 2012... Dos epifanías


El viento y una complicada novillada de diversos hierros probaron el oficio de Sergio Flores, el valor de Javier Jiménez y la mala suerte de Fernando Adrián
 
JORGE ARTURO DÍAZ REYES

En peso salieron los utreros, por encima de la media tonelada promedio. Variados de pintas y caras; el cornicorto, el medio bizco, el playerito, el abrochado y hasta uno medio gacho, como para qué no faltara nada. Los cuatro de Fuente Ymbro y el sobrero de Espartaco echaron casta en el último tercio, no tanto en las varas, y no toda de la buena, porque algo de genio traían. El tercero se pasó, fue un marrajo, y el cuarto que tomó bien el capote, se fracturó. Tampoco les sobró fuerza, ni fondo. El quinto, de Navalrosal tuvo clase y el sexto salió grogui del peto.

De los tres, el mexicano Sergio Flores fue quien se mostró más hecho. El primero abanto, no quiso capotes se salió del peto y se coló, desarmó y persiguió. Luego se revolvió y blandeó. Parecía que no, pero sí. La muleta le fue capturando en tanditas que cada vez dominaban más y a la cuarta, surgieron ligados los mejores naturales de la corrida, cargados, en redondo y ligaditos hasta el forzado que hizo juego.

De haber sido una figura, estaríamos diciendo que "se inventó el toro", pero como no lo es (aun), simplemente digamos que cumplió uno de los preceptos básicos del toreo; imponer la voluntad sobre las embestidas indóciles, corregirla, templarlas y ligarlas con donaire. Fue uno de los mejores momentos de la tarde, como una epifanía irrepetible, de allí en adelante sin perder corrección la faena que continuó con predominio natural no tuvo el mismo nivel y desembocó en manoletinas y tres cuartos de espada delanteritos que bastaron para una leve petición y un saludo unánime.

Al cuarto bis le abundó a la verónica y con la muleta en las primeras tandas, la segunda tuvo siete derechas ligadas y el remate. Pero en el momento que uno de los que torean desde la grada le gritaba ¡crúzáte! fue cogido duró y buscado en el suelo. Ya se le había colado un par de veces y desarmado una. Con el rostro tinto en sangre volvió a la brega que siguió sin mucha coherencia. Enfrontilado en el volapié, salió rebotado dejando el estoque tendido, para luego extraviarse en descabellos repetidos.

Eran las 8:52 de la tarde cuando Javier Jiménez, grana y oro, que había estado más valiente que otra cosa, citó a «Santero» de Navalrosal, bajó la mano y zurció, uno con otro, cinco derechazo, casi circulares, despaciosos, con media muleta por el suelo, y animal embarcado y humillado. Cinco pases de gran factura que confluyeron rimados en uno apretado de pecho y una gran ovación. Era el ápice de la corrida. Fue como la otra epifanía, el otro momento fugaz de lucidez, porque igual que ocurrió con los naturales de Flores al primero, no fueron refrendados por el resto de la lidia, y menos por los tres pinchazos, el aviso y el aleve apuntillamiento del novillo que se acostó sin ser estoqueado. Pero ahí queda eso.

Fernando Adrián, también fue atropellado feo de comienzo, por el tercero, un pregonao que se dedicó a cazarlo y ante el cual no pudo hacer otra cosa que la legítima defensa. Los intentos por hacerlo eran inútiles y al final ilógicos. Dos fallos, una estocada delantera escupida y el descabello no fueron avisados por la brevedad de la pelea que no faena. Saludó tal vez como consolación del peligro que corrió. El sexto, con plaza, no sobrevivió a las varas y los esfuerzos del madrileño fueron estériles. Dos buenos pares de Raúl Adrada y un arrimón final en que metió el cuerpo entre los pitones quedaron como testimonio.

Novillada con todos los ingredientes típicos, arrojo, ganas, inexperiencia, pinchazos, avisos y cogidas. Los cuatro primeros novillos voltearon a sus respectivos espadas, con aparato pero por fortuna sin lesiones.

La tarde no fue tediosa y seguramente dio a los aficionados, que son los que vienen a esto, mucho tema para las tertulias que ahora deben estar tomando vuelo y en las que seguramente aquellas dos epifanías, la natural del tlaxcalteca y la derecha del de Espartinas, estarán siendo revividas con emoción.

FICHA DEL FESTEJO
Siete utreros, cuatro de Fuente Ymbro, 5º y 6º de Navalrosal y un sobrero 4º bis de Juan Antonio Ruiz, de diversa presencia y juego.
Sergio Flores, saludo y palmas tras aviso. Javier Jiménez, saludo tras aviso y silencio tras aviso. Fernando Adrián, saludo y silencio. Saludaron montera en mano José Luis López "Lipi" tras parear al 5º, y Raúl Adrada tras parear 6º.
Viernes, 25 de mayo de 2012. MADRID. Plaza de toros de Las Ventas. 16ª de San Isidro. Sol, calor y viento. Tres cuartos de aforo.

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