La
obligatoriedad de separar a los espectadores de las plazas de toros un metro y
medio hace, en la práctica, inviable el espectáculo en Andalucía
ÁLVARO R.
DEL MORAL
@ardelmoral
@ardelmoral
Diario EL
CORREO DE ANDALUCÍA
La corrida del 140 aniversario de la Plaza Real
del Puerto de Santa María fue la piedra de toque. Ese acontecimiento,
organizado con mimo por el empresario José María Garzón, acabaría marcando un
antes y un después que ya hemos narrado con todo lujo de detalles en el último
Observatorio Taurino. Aún no había doblado el último toro de aquel seis de agosto
y ya se había formado e inflado la polémica, no sabemos si interesada, en torno
a la apariencia de los tendidos del vetusto coso portuense. Si conviene
recalcar un dato: se había aplicado la preceptiva reducción del taquillaje
-marcada por la Junta de Andalucía- al 50% del su aforo máximo. Otra cosa, muy
distinta, era la apariencia de los tendidos.
A partir de ahí se abrió una frenética semana
informativa que tuvo su definitivo punto de inflexión con la revocación de las
normas que la propia Junta de Andalucía había proclamado a bombo y platillo a
mediados de junio. Elías Bendodo, consejero de Presidencia, Administración
Pública e Interior, esbozó lo que iba a pasar en la reunión de seguimiento de
la incidencia del covid del pasado jueves. En ese encuentro, capitaneado por el
propio Bendodo y Jesús Aguirre, consejero de Salud, se revisaron las normas de
prevención sanitaria para poder celebrar espectáculos taurinos. En la práctica
se estaba dando el cerrojazo definitivo a la más triste temporada que se
recuerda. No es momento -ni competencia de este artículo- para valorar la
verdadera oportunidad de estas nuevas medidas que, en cualquier caso, están
para cumplirse. Pero la obligatoriedad de mantener una distancia mínima de
metro y medio entre espectador y espectador, dejando libres las filas superior
e inferior, ha sentenciado el espectáculo, que acaba de volver a una peligrosa
vía muerta. Ésa es la verdad...
Suspensiones, aplazamientos y corridas
que sí se darán
La feria de Linares ha sido, con matices, la
última en caer. El empresario Juan Reverte, en alianza con la casa Matilla,
había armado dos corridas de toros de distinto argumento en las que, de cara al
gran público, brillaban los nombres de Morante, Manzanares y Roca Rey. Ese
cartel estelar no se celebrará finalmente pero sí se ha salvado in extremis la
terna de oportunidades, de presupuesto más recortado y menor tirón en la
taquilla que mantiene un indudable interés para el aficionado. Hablamos de los jóvenes
espadas Juan Ortega, Álvaro Lorenzo y Daniel Crespo que alternarán el próximo
día 30 en un 'mano a mano' ganadero de los hierros de Luis Algarra y Juan Pedro
Domecq. La corrida, eso sí, se resolverá entre íntimos.
También sigue adelante la llamada 'Corrida
Magallánica' que el empresario Carmelo García está dispuesto a convertir en una
tradición del coqueto coso del Pino en Sanlúcar de Barrameda. El concurso de
Canal Toros, unido al evidente esfuerzo de todos los actores del espectáculo,
permitirán que Manuel Escribano, Daniel Luque y Pepe Moral -vestidos a la
usanza marinera del siglo XVI- hagan el paseillo este mismo sábado sobre la
impresionante alfombra de sal que ya decora el ruedo del coso sanluqueño. En
los corrales espera una corrida de Miura. El festejo, por cierto, transcurrirá
sin el concurso de la prensa. Las 900 entradas disponibles impiden acreditar a
los plumillas...
No podemos calibrar hasta qué punto han podido
respirar algunas empresas después de agarrarse al clavo ardiendo de la nueva
normativa para justificar la suspensión. Especialmente llamativo ha sido el
caso de la feria de la Virgen del Mar de Almería. Este mismo miércoles, día 19
de agosto, se proclamaba la cancelación de un ciclo que nunca había llegado a
ser anunciado. El grupo Chopera-Bailleres, que gestiona el bello coso
almeriense, ha asegurado que se encontraba trabajando en la organización de, al
menos, una corrida de toros en la última semana de agosto de la que se
desconocen más detalles. Las razones para cancelar el presunto empeño, una vez
más, giran en torno a las nuevas y más restrictivas normas de la Junta de
Andalucía.
La temporada, en definitiva, quedará reducida a un
mero residuo testimonial. ¿Qué pasará con el resto de festejos reseñados en los
avances? La corrida de rejones de El Rocío ya había cambiado de fecha antes de
la aplicación de las nuevas normas y, por ahora, se mantiene su celebración
para el día 28. En la localidad gaditana de San Fernando también ha habido
mudanza de calendario. Ponce, El Fandi y Javier Jiménez tendrán que esperar,
previsiblemente, hasta el día 24 de septiembre para estoquear la prevista
corrida de La Palmosilla. "Así habrá más tiempo para hacer viable el
espectáculo después de las nuevas normas de la Junta en cuanto al aforo",
han señalado fuentes próximas a la empresa de Curro Escarcena.
Mientras tanto, en los avances de los medios
especializados siguen colgando los carteles de localidades como Priego de
Córdoba, Andújar, Villanueva del Arzobispo o Lucena sin que a día de hoy
conozcamos su suerte definitiva. Mejores perspectivas tiene el ciclo de
novilladas organizado al alimón entre la Fundación del Toro de Lidia y la Junta
de Andalucía que, con o sin esas restricciones de aforo, permitirá abrir las
puertas de las plazas de Aracena, Antequera, Sanlúcar de Barrameda y Úbeda y
dar sitio a nueve novilleros -uno por provincia más el triunfador de Sevilla-
que se disputarán su inclusión en los carteles de las plazas de Las Ventas y la
Maestranza si el coronavirus lo permite el próximo año.
Sevilla y Ronda: de Maestranza a
Maestranza
Pero, más allá de ese rosario de carteles, la
atención del aficionado giraba en torno a la resurrección de la Feria de San
Miguel y la celebración de la Goyesca de Ronda. En Sevilla, sin anuncio
oficial, ya había trascendido que Ramón Valencia pretendía reeditar, punto por
punto, los carteles presentados en el lejano mes de febrero. A saber: el día 26
de septiembre se anunciaban Enrique Ponce, José María Manzanares y Roca Rey con
un encierro de Victoriano del Río; al día siguiente, con toros de Juan Pedro
Domecq, era el turno de Morante, Urdiales y Pablo Aguado. Conformaban uno de
los carteles de mejor química de esta temporada truncada. Sí hubo anuncio
oficial para dar carpetazo al asunto, explicando que se pretendía confirmar
esas combinaciones esta misma semana. En el comunicado, publicado el pasado
viernes, se justificaba la suspensión en base a las normas de la Junta. El
documento hablaba de una decisión "tomada como consecuencia de recientes
acontecimientos" en clara alusión a esa corrida de El Puerto de Santa
María colocada en la diana de los pesos pesados de ANOET.
En medio de la caza de brujas desatada contra José
María Garzón y su empresa 'Lances de Futuro', ya se habían confirmado otras
certezas. Tampoco podríamos viajar a la Goyesca de Ronda, presentada el pasado
4 de agosto con un aliciente principal: el demorado duelo entre Pablo Aguado y
Roca Rey que, entre unas cosas y otras, lleva más de un año largo sin poder
vestirse de luces en España. Por delante tenían a Morante de la Puebla para
estoquear la corrida de Núñez del Cuvillo que se había escogido para la
ocasión. Francisco Rivera Ordóñez, organizador del lujoso encuentro rondeño,
tampoco ahorró críticas a José María Garzón sin morderse la lengua al descargar
sobre sus hombros toda la responsabilidad de la reciente toma de decisiones de
la Junta de Andalucía. El comunicado emitido el pasado día 13 para anunciar la
suspensión de la Goyesca era también, de alguna manera, el certificado de
defunción de una temporada reducida a un montón de pavesas.
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