El
veterano torero de Salteras se despidió de Huelva desorejando a 'Rebaja', un
gran toro de la legendaria divisa onubense
CARLOS
CRIVELL
@carloscrivell
Diario EL MUNDO de Huelva
Foto: EFE
Muchas celebraciones en La Merced en la primera
corrida de Colombinas. Treinta y cinco años de la reinauguración del coso,
cuarenta de la alternativa de Espartaco, la vuelta de Cuadri después de
dieciséis años ausente y la despedida de El Cid. El torero de Salteras, dictó
una lección de su mejor toreo ante el excelente cuarto de Cuadri, un toro bravo
de nombre Rebaja, que embistió mucho a la llamada de la muleta templada del
torero de Salteras. Los toros buenos les tocan a los toreros que están en buen
momento, dijo Luis Miguel.
Fue ese cuarto un toro bravo en la única vara que
le recetó Manuel Jesús Ruiz Román. El Cid se la puso desde el principio para
enseñarle el camino de su muleta templada. El toreo por la derecha fue bueno,
rematado con pases de pecho de pitón a rabo, pero el toreo al natural fue el de
el mejor Cid, el de los años 2006 y 2007. Fue una faena de intensidad
creciente, cada vez más seguro, siempre con temple y limpieza. Se llegó a pedir
el indulto para Rebaja, pero el mismo toro resolvió el asunto al quedarse muy
corto al final. La faena tuvo de todo, más que nada naturales, pero no faltaron
trincherazos, afarolados y desplantes. Lo mató de una estocada con muerte de
toro bravo en el centro del ruedo. Clamor, dos orejas y la vuelta al toro.
El mismo Manuel Jesús alargó los viajes del noble
primero, parado pero dócil, al que logró meter en la muleta con solvencia pero
sin posibilidades. Manuel Escribano tropezó con dos toros de poco juego. Dos
toros muy hermosos, como toda la pareja y lustrosa corrida de Fernando Cuadri.
Brindó el segundo a Espartaco y la plaza ovacionó al gran torero sevillano.
Escribano puso banderillas con oficio y voluntad. Ya se sabe lo complicado que
son los de Cuadri en este tercio. El toro fue complicado y los intentos de
Escribano se acogieron con agrado. Mató mal. El quinto no mejoró el nivel de su
lote. Fue un toro agarrado al piso al que le expuso en banderillas y en una
faena tesonera. Lo mató de una buena estocada.
Rafael Serna se enfrentó por primera vez a esta
gaandería. El tercero fue parado, corto de viaje al principio y mirón. Mejoró
en la faena porque Serna toreó con delicadeza y buen gusto. No humilló nunca,
pero acabó desplazándose con suavidad. Algunos derechazos y naturales fueron
muy elegantes. La espada se le atascó.
El sexto Cuadri tomó una vara de bravo. La corrida
no fue mansa, el problema fue que se paró en el ultimo tercio. Serna estuvo
dispuesto. El toro no tenía un viaje largo. El sevillano trató de prolongar el
viaje tímido del Cuadri, alque que logró a veces sobre la derecha. Con la
izquierda no anduvo confiado. Para este chaval tan nuevo la corrida pesó mucho,
como se comprobó en el manejo deficiente de la espada.
CUADRI
- El Cid, Manuel Escribano y Rafael Serna
Plaza de toros de Huelva, 1 de agosto de
2019. Más de media plaza.
Seis toros de Cuadri, bien presentados y de juego variado. En general, parados.
Noble, el 1o; complicado el 2º; de menos a más el 3º: bravo y codicioso, el 4º,
premiado con la vuelta al ruedo; muy parado el 5º, y bravo en varas pero de
poca duración, el 6º.
El
Cid, de azul marino y oro.
Estocada atravesada y descabello (saludos), En el cuarto, estocada (dos orejas
tras aviso). Salió por la puerta grande.
Manuel
Escribano, de nazareno y oro.
Pinchazo, estocada atravesada y dos descabellos (silencio). En el quinto,
estocada (saludos).
Rafael
Serna, de turquesa y oro.
Estocada delantera, otra perpendicular y descabello (saludos tras aviso). En el
sexto, cuatro pinchazos y media atravesada (silencio tras aviso).
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