Sólo
Escribano sale premiado en tarde de toreros curtidos; Chaves se entiende a la
perfección con el toro más notable de la miurada; meritísima vuelta para Chacón.
Manuel Escribano |
ZABALA DE
LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Bilbao
Foto: EFE
Foto: EFE
La gozosa veteranía de Domingo López Chaves no
caló en la sabia afición de Vista Alegre. Anduvo simplemente perfecto. Un miura
colorado, larguísimo y altísimo -todo era ísimo-, de amplísima cuna, vino a
sumarse al espléndido elenco de toros de las Corridas Generales 2019.
Extraordinaria feria, ganadera y artísticamente hablando, mi querido Javier
Aresti. Desplegó Loreño un abanico de virtudes. Lucidas, exhibidas y
potenciadas por la generosidad de López Chaves. Su sentido de la lidia y de la
colocación. El orden de las cosas. Entendió con la luz de los años la magnífica
fijeza, la espléndida bravura y la franca obediencia del miureño. También la
altura de su contada humillación. La brega fue exacta. Precisa de capotazos. La
colocación en el caballo, generosa. Galopó el toro casi desde los medios en la
segunda vara. Que permitió resarcirse a Javier González.
Domingo lo gobernó con tacto desde la apertura de
faena. La suavidad de la barrica del tiempo. De torero reposado. Lo agradeció
Loreño. Que aflojaba de los cuartos traseros un leve punto. Acudió con
prontitud a la muleta serena y templada. Sobre la derecha, el salmantino
flexionaba levemente la pierna de salida. Como para prolongar los viajes hasta
más allá del tope presentido. Mano de santo. Creció y duró el notable miura. Y,
cuando López Chaves asentó las dos plantas, los redondos fluyeron largos y
ligados. Los naturales también discurrieron a la altura del miureño. De su
físico y de su bondad. Redondeó con media estocada de lenta muerte. Necesitó
del verduguillo. La gente se quedó fría. Ni un pañuelo. Sería por ser el
primero. O por la demora del óbito. La ovación supo a poco. Otra «oyó» el
miura.
Octavio Chacón y Manuel Escribano también
demostraron su curtida profesionalidad. Su maestría en lo duro. Sólo el
sevillano se cobró una oreja. La receptividad ya era otra cuando caía la tarde.
También fue otra la espada. La diferencia con Chacón fue Matías. Aunque no
sólo. La vuelta al ruedo sonó meritísima.
Octavio manejó el juego de las distancias y las
inercias para sacar de su jurisdicción a un toro remiso a ello. De venirse y
revolverse más que irse. Costoso y áspero. Ya era el quinto. Trabajo peleón y
toscote. Inteligente para abrirlo por la izquierda.
La cabeza también le funcionó tanto como el
corazón a Escribano. Que volvió a irse a portagayola: un obús le pasó por la
cabeza y se le quedó detrás. No fue esa la noticia, ni la larga en venganza del
tercio, sino las verónicas. Soberbios los lances. Como la media. A un miura,
ojo. Un tío muy alto como toda la seria corrida, afinada de hechuras, cabos y
mazorcas, respecto a tiempos pasados.
Se hacía de noche, y Manuel iluminó la plaza con
la explosión de su par por los adentros. Temerario. El toro arreó pero con sus
diques para salirse de los vuelos: el torero interpretó sensacionalmente bien
el sitio a conceder. Descolgaba lo suficiente el miureño. El corte de Escribano
es otro. Como el trazo. Más pulido. Fue intensa la faena.
La corrida tuvo un buen arranque y un buen final.
Con su bache en medio. Los miuras que ocuparon la segunda, tercera y cuarta
posición aunaron la guasa de la casa y falta de poder. Difícil amalgama. Chacón
tragó con las duras acometidas por dentro; Escribano, con las picantes
revueltas de un cárdeno santacolomeño; y López Chaves, con los parones de un
hosco tren de 615 kilos.
Pese a todo firmarían porque todas las miuradas
fuesen así. Y yo por verles con esta admiración.
MIURA - López Chaves, Octavio Chacón y
Manuel Escribano
Plaza de Vista Alegre. Domingo, 25 de agosto
de 2019. Última de feria. Casi media entrada.
Toros de Miura, muy serios; bravo y noble sin terminar de descolgar el 1º;
complicado con su trato el 5º; como el 6º; muy difíciles y sin poder 2º, 3º y
4º.
López
Chaves, de coral y oro. Media
estocada y descabello (saludos). En el cuarto, dos pinchazos y estocada algo
contraria (saludos).
Octavio
Chacón, de verde manzana y oro.
Pinchazo y estocada casi entera tendida (silencio). En el quinto, estocada algo
tendida (vuelta al ruedo tras petición).
Manuel
Escribano, de sangre de toro y
oro. Media estocada tendida (saludos). En el sexto, estocada (oreja).
No hay comentarios:
Publicar un comentario