sábado, 19 de marzo de 2016

Talavante corta tres orejas y se lleva el mano a mano con Urdiales en Arnedo

El diestro Alejandro Talavante cortó tres orejas y salió a hombros del mano a mano que mantuvo hoy con Diego Urdiales, que se fue de vacío por culpa de la espada, en Arnedo (La Rioja).

Urdiales expuso pronto sus credenciales con los lances a la verónicas con el que recibió al toro que abrió plaza, al que se sacó a los medios con mucha torería. Lástima que no le acompañaran las fuerzas al éste de Domingo Hernández, que se movió sin decir nada por el derecho y protestó una barbaridad por el izquierdo.

El torero riojano anduvo voluntarioso en una faena que no llegó a romper nunca por la falta de entrega del astado, y en la que sólo pudo destacarse en una tanda a derechas ya en las postrimerías.

En el tercero volvió a gustar Urdiales con su toreo de capote. El toro, pronto, con fijeza y un punto de carbón, le permitió volver a exhibir su portentoso toreo sobre la mano izquierda. Encaje, temple y aroma en la interpretación, y todo en muy poquito terreno. La pena fue que a la faena, como al toro, le faltó final y, sobre todo, mejor rúbrica en la suerte suprema, esfumándose aquí un más que posible trofeo.

Volvió Urdiales a bordar el toreo a la verónica con el quinto, al que instrumentó también un jaleado quite por chicuelinas. El toro, con muchos pies en el inicio de faena, permitió al riojano pegarle seis pases en redondo de mucho empaque.

Y cuando aquello iba tomando tintes triunfales, al echarse la franela a la izquierdo, el toro empezó a defenderse y a querer rehuir la pelea, y la faena empezó a venirse irrefrenablemente abajo. Ni siquiera al intentar volver al pitón derecho, pues ya el animal había tirado la toalla. Tampoco anduvo fino Urdiales con el descabello.

Talavante encandiló también pronto al respetable con un variadísimo toreo capotero a su primero. Verónicas, chicuelinas y quite por tafalleras pusieron ambiente de frenesí, que continuó con un fabuloso inicio de faena de muleta, alternando naturales a pies juntos con cambiados por la espalda.

Y eso que el toro se había lastimado la mano izquierda tras pegarse un volatín en el primer tercio; pero la magia del temple lo sana todo, tanto que hasta acabó Talavante bajando la mano en una tandas por uno y otro pitón de mucho calado. Final por ajustadas bernadinas y, cuando tenía el triunfo cantado, se le fue la mano con la espada, quedando al final todo en una gran ovación.

Nuevamente inspirado y de lo más variado fue el toreo con el percal de Talavante al cuarto, al que inició faena con las rodillas en tierra para correr la mano como si estuviera de pie. El toro, noble y con buen son, le permitió, ya de pie, también torear con exquisito relajo en una faena en la que se le vio muy a gusto, y que le valió la primera oreja de la tarde.

Pero lo mejor llegaría al final. Después de quedar inédito con el capote, un principio de faena citando con el "cartucho del pescado" y sin enmendarse ni un ápice puso al público en pie.

Fue bueno también este último toro de corrida, y Talavante, pletórico de principio a fin, lo cuajó con una naturalidad y una despaciosidad extraordinaria, llevándolo siempre muy toreado en series muy limpias y alternando las dos manos. Destacaron los naturales, inmensos, de mano muy baja y rematando siempre muy atrás, muy rotundo. Gran estocada y dos orejas sin discusión. / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Toros de Domingo Hernández, bien presentados y de variado comportamiento. Incierto y sin clase, el primero; noble y justito de todo, el segundo; encastadito el tercero; noble y bueno, el cuarto; cambiante el quinto; noble y con clase el sexto.
Diego Urdiales: pinchazo y estocada ligeramente contraria (ovación tras aviso); dos pinchazos y estocada desprendida (silencio tras aviso); y estocada delantera al encuentro y siete descabellos (ovación tras aviso)
Alejandro Talavante: estocada trasera y baja (ovación); pinchazo y estocada (oreja); y estocada (dos orejas).
La plaza rozó el lleno en los tendidos.

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