Diego Ventura con dos orejas del
quinto y Lea Vicens con otra del tercero fueron los triunfadores del festejo de
rejones matinal de la Feria de Arles. *** Andy Cartagena, se quedó sin mayor
premio por el manejo de los aceros, ante una noble y bien presentada corrida de
Fermín Bohorquez.
Diego Ventura con dos orejas del quinto y Lea Vicens con
otra del tercero fueron los triunfadores del festejo matinal de la Feria de
Arles. Andy Cartagena, se quedó sin mayor premio por el manejo de los aceros,
ante un noble encierro de Fermín Bohorquez, según informa Mundotoro.
De principio a fin, fue notable la labor de Diego Ventura
ante el quinto de la tarde; piruetas y pares al violín, además de ajustadísimos
quiebros. Labor muy variada, que cerró con banderillas cortas y dejando alguna
rosa, antes de un rejonazo fulminante. Le valió las dos orejas.
En su primer toro, segundo del orden de lidia ordinaria, un
pinchazo antes del rejón de muerte y la tardanza al doblar, hizo que el público
se enfriase, y no hubiera petición de oreja. Finalmente saludó una ovación, a
pesar de haber cuajado una notable faena en la que puso al público en pie y en
la que incluso sufrió un derribo cuando montaba a Milagro, aparentemente sin
consecuencias.
También fue fría la respuesta de los aficionados que casi
llenaban el anfiteatro romano, a la actuación de Lea Vicens tras pasaportar a
su primer toro. La amazona puso en escena su concepto clásico del rejoneo ante
otro ejemplar noble. Su caballo Bético protagonizó los mejores momentos
haciendo quiebros en una labor que gustó al público francés. Perdió premio con
el descabello y y su actuación se saldó con ovación con saludos.
El sexto fue un toro complicado al que le faltó recorrido
con el que Lea hizo una labor de mérito destacando con Bético y Desafío. Mató
de rejón y descabello y cortó una oreja.
La terna la completaba Andy Cartagena, quien emborronó con
el descabello una importante faena al primer toro de Bohórquez, un buen
ejemplar ante el que destacó con pares a dos manos y con las cortas. Todo quedó
en una ovación con saludos. El cuarto, nunca se entregó y desde el principio
acusó querencia a tablas. Andy hizo un esfuerzo en una actuación meritoria con
buenos quiebros y pares al violín. Remató vistosamente con banderillas cortas,
pero se atascó con los aceros y vio silenciada su labor. / EL MUNDO
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