Juan Bautista mostró que es un torero con clase y oficio, tal y como lo dejo evidente el viernes en Maracaibo, el sábado en Valencia y este domingo en Lima. Foto: EFE |
LIMA.- El francés Juan
Bautista, el español Iván Fandiño y el peruano Alfonso de Lima
triunfaron hoy en la segunda corrida de toros de la feria del Señor de los
Milagros en la más que bicentenaria plaza de Acho.
Bautista (saludo
desde el tercio y dos orejas), Fandiño (silencio tras aviso y dos
orejas) y Alfonso de Lima (silencio y dos orejas simbólicas por indulto)
salieron a hombros por la puerta grande del coso.
El limeño indultó a un noble y repetidor
ejemplar de San Sebastián de las
Palmas, uno de los tres hierros colombianos que se lidiaron en este
festejo.
Juan Bautista
mostró que es un torero con clase y oficio, que tiene en el temple una de sus
mayores virtudes. El que abrió plaza era un bravucón que desde los primeros
capotazos mostró su buen pitón izquierdo. El francés planteó la faena por
naturales para luego repetir por derechazos, pero el toro se acobardó
impidiendo rematar la obra.
La lidia del cuarto, que era noble y astifino,
estuvo marcada por la buena embestida por el pitón derecho. Con un temple
preciso mostró su buen oficio, lidiando en cercanías, siempre dejando la muleta
en la cara del toro. Una estocada entera, en el rinconcito de Ordoñez, le permitió cortar las dos orejas contando
con la anuencia del público que las exigió.
Iván Fandiño
ratificó su raza de torero valiente y entregado que le ha permitido calar en la
afición limeña. Al segundo (bis) de Achury
Viejo, que embestía gazapón y sin clase, dio una auténtica lección
lidiando en corto, siempre por encima de su adversario que nunca llegó a
entregarse. Falló en la suerte suprema y su buena labor fue silenciada.
El quinto, un ejemplar más en tipo Santa Coloma, era un manso encastado
que tendía hacia las tablas y que el diestro vizcaíno supo retener y someter.
Una faena vibrante por la emoción que transmitían toro y torero en cada
muletazo, destacando los derechazos, largos y templados, que encendieron los
tendidos.
Las bernardinas
finales dejaron listo al toro para la muerte, que consumó de una certera
estocada en lo alto. El público pidió las dos orejas que fueron concedidas a
ley.
El peruano Alfonso de Lima tuvo los
recursos y la personalidad para estar a la altura de sus compañeros y
acompañarlos en la salida a hombros. El primero de su lote que era uno de los
más complicados, aprendió rápido y el nacional quedó a merced de él. Con enorme
convicción, plantó cara ante el sexto de la tarde, un toro de San Sebastián de las Palmas, al que
lidió aprovechando su noble y repetitiva embestida por derecho. El limeño
inició la faena de rodillas para luego destacar toreando largo, siempre parado
y en el sitio, mostrando las condiciones del astado.
Tras coger el acero, el público se opuso y la
voces de un indulto aparecieron en los tendidos. Alargó el trasteo hasta que la
presión se impuso, concretando la decisión.
Con media entrada en los tendidos, se lidiaron
4 toros de La Carolina
(primero, tercero, cuarto y quinto) bien presentados, de distinto juego, todos
aplaudidos en el arrastre. Segundo (bis) de Achury Viejo, bien presentado pero sin clase, pitado en el
arrastre, y sexto de San Sebastián de
las Palmas, noble y repetidor. Indultado. / EFE - JAIME
DE RIVERO BRAMOSIO
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