MAGALY ZAPATA
Burladero
América / Perú
Fotos:
EFE
Dos puntos a destacar tuvo la tarde de ayer en
Acho, por una lado la efectividad y
contundencia con la espada de los diestros y por otro el bajo nivel de casta de
los toros colombianos de Achury Viejo que estando bien
presentados por trapío y cuajo, salvo el 6º, no tuvieron el correlato del
contenido, ofreciendo a más de complicaciones que un toreo claro de ideas puede resolver, el
comportamiento deslucido y poco agradecido que deja desairados a los toreros.
Fue el caso del segundo de Fernando Roca Rey en el que de muleta,
tomaba uno y al siguiente se quedaba descolocado porque el burel salía
deslucido, distraído, de la suerte, con la cabeza por encima del estaquillador.
Suerte que no tuvo en su primero, que no le dio si quiera opción. Destacar al
peruano el buen manejo del percal, gustándose a la verónica y ganando los
terrenos. Bien además con los palitroques en sus dos toros y también con la
espada. Se resume su labor en palmas y silencio.
Silencio que cerró la tarde de presentación en
Acho de Javier Castaño. Cuarto con
el que se esforzó por derecha ante un toro poco agradecido que al hilo de
tablas empezaba bien el trazo con profundidad pero que luego le costaba
repetir. Con su primero, dejó ver algo
de su concepto pero debió Castaño meterse en terrenos del toro que no bajó
nunca la cabeza fue probón y morón. Palmas en su primero.
El que se llevó el cántaro al agua a fuerza de
porfiar y de poner el toreo verdad por delante fue Iván Fandiño. Con la femoral y el corazón se mantuvo toda la tarde
en terrenos comprometidos, porfiando, en un palmo y atacando siempre, para
ligar, sea en mediana distancia que en corta, cortísima.
Lidió y le pudo, porfió y robó, se inventó
faena en el quinto tocando al pitón contrario, muleta retrasada, siempre con
temple que permitió con valor espartano estructurar una obra que
finalmente, tras estoconazo, tuvo premio. Fue la única oreja de la tarde.
Otro pudo haber cortado en su primero de no ser
por la frialdad del público. El trasteo tuvo similar característica, lucimiento
en cercanías por la condición del morlaco. Importante dimensión ratificada de Fandiño, tras la estupenda temporada que se echó a espuertas
en Europa.
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