lunes, 26 de noviembre de 2012

LA HORA DE LA VERDAD: Talavante madruga


ZABALA DE LA SERNA

El invierno aún no nos ha alcanzado cuando Alejandro Talavante ya ha desenfundado las pistolas de 2013, como vestido de charro en su México lindo y querido. Quiere matar seis victorinos en Madrid. Así, en pleno mes de noviembre, Talavante madruga a toda la elite del toreo.

En una época ayuna de gestos y abundante en comodidades, el joven Alejandro, como diría Guillermo Leal en su tierra caliente mexicana, da el paso al frente con una contundencia digna de admiración. Seis, sí, pero seis de don Victorino Martín, que no he pisado ni la finca ni me he puesto en mi vida delante de una vaca suya, que me apetece, coño, que estamos muy dormidos y muy quejicas y, aunque no haya necesidad, debe sonar pronto el despertador. AT aún no ha hablado, pero lo imagino en encendido monólogo frente al espejo de la hombría.

No hay fecha ni corrida reseñada. ¿Cómo va a haberlas a 20 de noviembre? Madrid como plaza necesita un calambrazo o varios de este tipo. Y vestirlo con su vitola. Si la Comunidad de Madrid, su Consejo Taurino y sus gentes la han visto pasar, que la agarren, la idea, la propuesta, la apuesta de Talavante, digo.

Las dos últimas temporadas el cartel de Beneficencia, cumbre por rematado y redondo, es la repetición de la repetidera. Extraordinario por contraste con la mediocridad del resto del trágala de Aniversario y San Isidro. Pero carece del punto de extraordinario de verdad, en plan Joselito en los noventa o Morante en tiempos más recientes solos ante el peligro en la fecha más importante del calendario taurino con permiso del Domingo de Resurrección sevillano.

Talavante ha mostrado sus cartas prontito con una idea a buen seguro macerada desde hace tiempo. Es el momento. Y el que venga detrás que arree. O haber soltado el moquero de las lágrimas antes.

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