lunes, 23 de mayo de 2011

Tomás y Cuvillo, adiós muy buenas

Para la temporada de su regreso a los ruedos ya comienza la polémica del torero de Galapagar a la hora de armar carteles donde esté presente.

CARLOS CRIVELL

José Tomás y Núñez del Cuvillo se han divorciado. El torero ha anunciado que no matará ninguna corrida de este hierro. Según me cuenta el criador de toros, no está conforme con que en los carteles de Tomás haya dos espadas de menor entidad, porque piensa que sus toros no lucen lo debido. Se acuerdo de lo pasado en Sevilla con el primer toro de la tarde, al que Aparicio desperdició de forma lamentable. Naturalmente, Tomás ha creído que era una injerencia del ganadero en los carteles y le ha puesto el veto.

José Tomás vuelve y es libre de torear donde quiera, la ganadería que le guste y con los compañeros que le apetezca. También puede pedir el dinero que le venga en ganas. Tiene una fuerza descomunal y manda. Eso está muy bien. Pero Tomás debería recordar que, al margen de su indiscutido tirón, se debe a una afición, que quiere verlo en competencia con los mejores. Con todos los respetos, torear con Bautista, Vicente Barrera, Juan Mora y toreros similares es una tomadura de pelo. La gente quiere verlo con El Juli, Manzanares, Morante, Castella y Talavante, entre otros.

Algo más debe recordarse. Cuvillo está en la cumbre de las ganaderías. Tenía este año varias corridas apartadas para Tomás. No tendrá problemas porque es la divisa más apetecida por los toreros. José Tomás se ha olvidado que el año pasado Cuvillo no llevó su corrida a Sevilla porque no la mataba José Tomás, que no llegó a un acuerdo con la empresa. Se la llevó a Málaga y perdió dinero. Los toreros son unos ingratos, como norma general. José Tomás debería explicar mejor si este veto a Cuvillo tiene otras causas, aunque con este torero ya se sabe que no hay explicaciones. De vez cuando conviene bajar a la tierra y hablar con la gente.

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