miércoles, 18 de mayo de 2011

Posible apertura a la fiesta brava del Nuevo Circo de Caracas

Para este 3 de junio, la Cámara Municipal de la ciudad capital se pronunciará sobre la factibilidad de nuevo ver toros en la arena del coso de San Agustín, clausurado desde marzo de 1997.

Una ventana de esperanza se vislumbra con la posibilidad de reaperturarse para el toreo el Nuevo Circo de Caracas, una de las plazas referencia de America, al igual como lo son las de Lima, Quito, Bogota o Ciudad de México. Foto: Freddy Matera
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Ha calado hondo y de manera trascendental las acciones que el Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, en la persona del presidente del Capitulo Nacional, Dr. Nelson Hernández, ha llevado a cabo. Si importante fue el hecho que el pasado 5 de abril la Cámara Municipal de Caracas haya concedido el derecho de palabra a los amigos bienveniditas, mucho más lo fue el que de ese conclave se haya dispuesto reactivar la reapertura del asolerado e histórico coso de la ciudad de Caracas, cuna de gran parte de la evolución del toreo en nuestro país.

La discusión se remonta a 1997 cuando los para aquel entonces propietarios del recinto, en su más total y bochornoso abandono de varias décadas, hayan decidido colocarle el cerrojazo al inmueble y con ello toda posibilidad de ofrecer festejos taurinos en la gran metrópolis venezolana. Con ello se iniciaría un largo periplo de ayuno taurino, que va por casi tres lustros, a pesar que en el 2004 en las instalaciones del Poliedro se hizo el “experimento” de dar toros de nuevo en otro recinto alterno, pero sin el aroma y relieve que tuvo y tiene el coso san agustino.

Luego de varias gestiones, finalmente la familia Branger Ruttman accede vender las ruinas de lo que quedaba de plaza de toros, no sin antes estar expuesto a expropiársele por decreto lo que es Patrimonio Nacional, y que de la noche a la mañana ha pasado por un fraudulento proceso de litigio nunca del todo claro y legal.

Así se hacia con la total disposición la Alcaldía de Caracas del recinto, y con ello el proceso de refacción. No fue sino hasta noviembre de 2008, cuando parcialmente recuperado, y con la instalación de un Núcleo de Desarrollo Endógeno Cultural compuesto por en su mayoría por la Compañía Nacional de Circo, el que de nuevo se reabrió el debate de dar toros en su arena, encontrándose Caracas con la disyuntiva de un alcalde (Juan Barreto) poco proclive a este tipo de eventos.

Apoyado por asociaciones de protección animalistas y colectivos culturales “anti-taurinos”, hasta la presente fecha el Nuevo Circo de Caracas ha servido de albergue de malabaristas, payazos, trapecistas, flameadores de fuego que propiamente ambiente taurino, entiéndase, toreros, novilleros, subalternos, etc…

Con un marco netamente de solidaridad social, es decir que lo generado por el usufructo taurino tendrá destino a la comunidad, así se presenta el planteamiento de Nelson Hernández, y más apoyándose en el hecho de entender que es Caracas cuna de nacimiento y estandarte de la imagen que representa al gremio bienvenidista, como es la persona de Antonio Bienvenida, gran figura del toreo, el cual marcó una época que así mismo tuvo como lo es la capital venezolana lecho de nacimiento.

"La idea es que los recursos económicos que se generen sean dirigidos a proyectos concretos de tipo social", señaló Nelson Hernández, y ante la propuesta no se han quedado impávidos los concejales caraqueños, quienes han conformado una comisión para estudiar desde todos lo ámbitos posibles la factibilidad de abrir para el toreo el Nuevo Circo. Esta comisión la integran los concejales Antonio Olivero (UPV), Celina Vega (PSUV) y Simón Pereira (PSUV), quienes tendrán hasta el 3 de junio para dictar sentencia. En el curso de este plazo, mientras tanto y para no pasar por alto la ocasión, Antonio Olivero se dará un “paseíto” por España para conocer de lleno lo que implica el ambiente taurino y su entorno, y con ello trasladarlo en su veredicto al Nuevo Circo.

Mientras tanto, queda por esperar el desenlace de una larga batalla que ha tenido el toreo en nuestro país, como es el de recuperar su primera plaza de toros, en importancia y trascendencia, aquella que vive el adormilado vaivén de intereses personales, ajenos a una historia y tradición arraigados en el ADN de los caraqueños.

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