domingo, 8 de mayo de 2011

DECIMOTERCERA CORRIDA DE LA FERIA DE ABRIL DE SEVILLA: Grave percance de Curro Díaz

Un toro de Salvador Domecq le pega una cornada en la pantorrilla y le parte el peroné como si se lo arrancara. *** Regreso digno de Juan Mora a la Maestranza once años después.
Especular percance de Curro Díaz ayer en Sevilla, el único hasta los momentos que lleva una feria, donde nuevamente los toros han dado al traste el esperado retorno de Juan Mora a la Maestranza. Foto: EFE

BARQUERITO

EL TORO DE Salvador Domecq que completaba la corrida de Manolo González estaba muy bien hecho. Derribó en la primera vara, empezó a frenarse enseguida y a cabecear con brusquedad. No se sabe si se encogía por poco o mal sangrado, ni se sabrá si una mayor sangría le hubiera cambiado el aire o el son, que no tuvo. Ninguna de las dos cosas. Tan frenado estaba después de banderillas el toro que no se dejó ni cerrar y fue el propio Curro Díaz quien tuvo que salirse al tercio para faenar sin tanteo de prueba siquiera.

Fue trajín laborioso aunque pareciera fluido: las cosas del oficio, la soltura de Curro, que con los vuelos de la muleta engañó al toro las veces suficientes como para corregir su cabeceo tan molesto y provocar embestidas rácanas. Una tanda templada con la izquierda y una segunda, pero en el remate de ésta se revolvió al toro y prendió a Curro por la pantorrilla. No pudo ni ponerse en pie el torero de Linares. Muy astifino el toro, y se pensó en cornada grave. El toro le había atravesado la pierna y partido el peroné como si le sacara de cuajo. Curro hizo gestos de dolor, que debió ser terrible. Juan Mora cuadró el toro con tres muletazos y lo dejó aviado de media trasera.

Era la vuelta a Sevilla de Juan Mora tras once años de rumiada ausencia. Y también, después de ocho temporadas, el regreso a la feria de Abril de la ganadería de Manolo González. El reencuentro tuvo acre sabor. El toro de más feas hechuras de la corrida fue un cuarto alto, cornalón y zancudo, salinero, con la cara por las nubes y las nubes por la cara. El único con el hierro de Manolo González que pudo despachar el torero de Plasencia. El toro de la reaparición en la Maestranza –donde tomó la alternativa en 1982- fue del hierro de Toros de Jarrama, la parte de procedencia Torrestrella de los hermanos González Sánchez-Dalp. Un toro castaño chorreado que no tuvo ni gana ni entrega, pero que Juan Mora toreó bien y sabiamente. Toques por delante, firmeza, trabajo en un palmo de terreno, la paciencia justa y el sitio preciso para, como a tenaza, tirar del toro cuando se aplomó. En meter al toro tan sin fatiga en el engaño fue la prueba del saber estar. Precioso un muletazo del desdén marca de la casa; buenos los lances de recibo; excelente una estocada de sorpresa.

El cuarto, bien gobernado en lances de saludo, desarmó a Juan entre una vara y otra y fue, en la muleta, complicado. Antes de rajarse, y hacerlo de particular manera –el torero por dentro, sin escapatoria, entre rayas-, fue de viajes sueltos sin fijeza y, si volvía, lo hacía con aire pegajoso. Otra vez anduvo resuelto y seguro Juan. Una estocada desprendida.

El toro de mejor condición fue el segundo. El de mejor porte también, el más en Núñez, ligeramente repicadas las embestidas. Le anduvo con gusto Curro Díaz: en corto, amarrando los viajes, pero sosteniéndose con firmeza, jugando largos los brazos en limpios muletazos. Ese ramalazo tan particular de torero de bronce que lleva Curro a flor de piel y siempre brota. Bonita la faena, una estocada delantera pero bien cobrada.

El único que pudo matar dos toros con el hierro de Gallardo (Manolo González) fue El Fandi. Dos toros de signo diferente: un sexto reservón, encogido, revoltoso y violento, y todos esos problemas los resolvió El Fandi con destreza y seguridad, sin volver la cara; y un tercero que, frío de partida, galopó en capote y en banderillas pero duró luego lo mínimo, pues antes de irse empezó a abrirse de manos rendido. El Fandi cuajó en banderillas dos tercios sobresalientes: las facultades, las reuniones, las salidas, las llegadas, el acierto al clavar y el ingenio de citar sin ayudas visibles para dejar probado que la brevedad es a veces privilegio de maestros.

FICHA DEL FESTEJO
Cinco toro de los hermanos González Sánchez-Dalp –el primero, con el hierro de Toros de Jarrama, y los demás, con el de Manolo González- y uno de Salvador Domecq, jugado al quinto, que completaba corrida. Muy desigual la corrida de los González, que dio un noble segundo y un manejable tercero. Apagado el primero, rajado y sin fijeza el cuarto, violento el sexto. El toro de Salvador Domecq se frenó y revolvió con listeza.
Juan Mora, de verde oliva y oro, saludos y silencio. Curro Díaz, de verde nilo y oro, saludos. Cogido por el quinto, sufrió una cornada de pronóstico leve en la pantorrilla y fractura de peroné. Mató el toro Juan Mora. El Fandi, de caoba y oro, saludos y silencio.
Sábado, 6 de mayo de 2011. Sevilla. 14ª de abono. Tres cuartos de plaza. Primaveral.

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