La
realidad de los poderes en el mundo del toro
Después
de descartar a los ganaderos y a los aficionados, que pintan lamentablemente
poco a la hora de las decisiones, la duda acerca de quien mando en todo esto
anda entre los empresarios y los toreros. Pero ahí queda poco espacio para la
duda. Cuando un gestor es capaz de dejar fuera de sus carteles a las grandes
figuras y los toreros más reclamados sin que por ello pase nada, no queda
espacio para la duda. Y siguiendo con este razonamiento Juan J. Sánchez retrata
esta realidad en su columna: "Pueden recortar ferias y subir precios.
Pueden quedarse con la rebaja del IVA. Y no pasa nada. Si eso no es
mandar…"
JUAN J.
SÁNCHEZ SÁNCHEZ-OCAÑA
Para sentar las bases, lo primero que quiero
aclarar es que no creo que haya un colectivo que tenga todo el poder sobre el
toreo. Como en la Lotería, está “muy repartido”. Y como en la Lotería, hay
Gordo y hay pedreas.
No es una pregunta fácil la que titula este
artículo, así que vamos a empezar descartando, para ir centrando el tiro. Los
que seguro que no mandan en el toreo son los ganaderos. Los buenos, aquellos
con regularidad y a los que piden los toreros o el público, con suerte, mandan
en su ganadería. Hay pocos que venden al precio al que les gustaría. No son
muchos los que pueden elegir siquiera qué toros van a una corrida determinada,
con los veedores de toreros y empresas, y los veterinarios, metiendo baza. Son,
de hecho, la pata más floja de todas.
Los aficionados tampoco mandamos en esto. Aun
haciéndolo más de lo que creemos y decimos. Porque la cuota de mando que nos
corresponde, escasa seguro, no es como nos gustaría que fuera. No la tenemos
porque estemos en la decisión de cómo se dan las ferias, ni siquiera porque se
nos pregunte nuestra opinión previamente. No vamos a mandar desde las redes
sociales, los blogs, las charlas. Es más, es que ni protestando dentro de las
plazas. Nuestro mando está en no ir a los espectáculos con los que no estamos
de acuerdo. O, mejor aún, en lo que estemos dispuestos a pagar por verlos.
Porque los empresarios, sin lugar a duda alguna, como decía el presidente
exconvicto, prefieren a 10 que paguen 10€ antes que a 99 que paguen 1€.
Y así llegamos a los dos últimos elementos, entre
ellos estará.
Los toreros como colectivo no mandan nada, pero
una élite sí puede decidir bastantes cosas, y eso puede llegar a confundir. Las
figuras, y los que están de moda en cada momento, eligen en buena medida qué
corridas quieren torear, qué toros, la fecha y los compañeros. Eso da una
apariencia de mando que lleva a muchos errores; mandan, sí, pero menos. Porque
si cuando se han unido los principales, llámese G5, G10 o como se quiera
llamar, no han obtenido prácticamente nada, veo muy complicado poder decir que
realmente los toreros mandan en el toreo. Ni con la tele, ni en honorarios, ni
en injusticias con los compañeros… Al final, todos menos uno, volvieron al
redil con la cabeza gacha. “Mientras esté esta empresa, no volveremos a…”.
Casi.
Y llegamos al final con los empresarios, y si los
dejo para el final ya podéis imaginar que son los que, a mi juicio, más mandan
en el toreo. Si la duda está entre ellos y los toreros, y son capaces de dejar,
hay cientos de prueba, a las grandes figuras y los toreros más reclamados por
la afición fuera sin que pase nada, me queda poco espacio para la duda.
Consiguieron echar a las figuras de Sevilla y allí siguen. Pueden dejar a El
Juli, para muchos el demonio vestido de luces por lo (mal) que manda, sin las
principales ferias en su 20º aniversario de alternativa. Pueden recortar ferias
y subir precios. Pueden quedarse con la rebaja del IVA. Y no pasa nada. Si eso
no es mandar… Si por poder pueden hasta poner Pepsi en las plazas, por favor.
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