lunes, 5 de febrero de 2018

Bladimir Bernys: "Si sale todo según lo esperado, los toros volverán a Quito"

El presidente de la plataforma Ecuador Tradición y Cultura explica el cuaderno de bitácora diseñado por la afición quiteña para levantar la prohibición del gobierno anterior y recuperar, con la ayuda de Citotusa, la Feria de Jesús del Gran Poder en diciembre de este año.

MARÍA VALLEJO

Mientras que el triste fallecimiento de Don Pedro Balañá estremece la piel de toro y consume los últimos cartuchos de esperanza sobre la vuelta de los toros a Cataluña, la sufrida afición de Quito, unida bajo el paraguas de la plataforma Ecuador Tradición y Cultura -que aglutina "todos los sectores de la tradición y la cultura que, como la tauromaquia, han sido perseguidos"-, orquesta una lucha sensata y unánime para lograr el regreso de la Feria de Jesús del Gran Poder, que durante décadas fue el epicentro lúdico y económico de las fiestas tradicionales capitalinas. 

Desangeladas desde que en 2011 el capricho político del anterior presidente de la república, Rafael Correa, prohibió la muerte del toro en las plazas del distrito metropolitano de Quito.

"Nuestra misión va más allá de reivindicar el valor tradicional y cultural de la actividad taurina en Quito. Trabajamos para poner sobre la mesa el impacto tan negativo que la desaparición de la Feria de Jesús del Gran Poder ha supuesto para la economía, el turismo y las fuentes de trabajo", dice Bladimir Bernys, presidente de la plataforma Ecuador Tradición y Cultura. "El ciclo taurino siempre ha sido el acto cumbre de las fiestas tradicionales de Quito. Durante los 10 días de feria, los restaurantes aledaños a la plaza no daban abasto, las empresas de turismo recibían visitantes de todo el mundo, los conductores de minivan tenían que traer furgonetas de Guayaquil para abarcar toda la demanda y la ocupación hotelera rondaba las 30.000 habitaciones. Con todo esto, la feria tenía un impacto económico de 90 millones de dólares", cuenta Bernys, que trabaja para convertir esta cifra en un argumento incontestable contra la prohibición: "Estamos certificando un estudio para cuantificar con exactitud todos estos datos y hacérselos llegar al presidente Lenín Moreno de la forma más clara y sustentada posible", afirma con el optimismo propio de quien se dirige al frente con un poderoso ejército a las espaldas.

"La ocupación hotelera rondaba las 30.000 habitaciones y la feria tenía un impacto económico de 90 millones de dólares", cuenta Bernys

Bladimir Bernys es sólo la cabeza visible de una lucha que ha unido a todos los estamentos: "Nuestra plataforma, que une también a galleros, chagras y montubios, cuenta con el apoyo de la empresa Citotusa, que se ha ofrecido a organizar una feria de cuatro o cinco días si se aprueba la vuelta de los tres tercios completos, y, lo que es más importante, con la buena voluntad del gobernante", cuenta Bernys.

A diferencia de Rafael Correa, que "aunque fuera de los micrófonos reconocía la importancia de los espectáculos taurinos para Quito, sostuvo durante 10 años una campaña de propaganda mediática contra la tauromaquia, impulsada únicamente por su interés personal de destruir a Fidel Egas" -dueño, entre otros muchos negocios, de la empresa Citotusa-, el actual presidente de Ecuador, Lenín Moreno, es un férreo amante del arte de Cúchares. Y una pieza clave en la esperanzadora bitácora diseñada por la afición quiteña para recuperar su Feria de Jesús del Gran Poder.

"Como aficionado que es, Lenín Moreno quiere enmendar el mal que se le ha hecho a la tauromaquia en Quito, pero existe una consulta popular que ha de ser previamente derogada por la Corte Constitucional", apunta Bernys. Un escollo jurídicamente fácil de salvar, ya que la legalidad del referéndum siempre hizo aguas: "La consulta estaba gramatical y semánticamente mal plateada, porque en ella se preguntaba al ciudadano si estaba o no de acuerdo con la prohibición de la muerte del toro en el cantón de su jurisdicción, pero Quito no es un cantón sino un distrito metropolitano, por lo que esa redacción nunca podría ser legalmente válida para Quito. Además, está claro que la consulta fue manoseada: íbamos ganando hasta unas horas antes de cerrar mesas electorales y, de pronto, perdimos por un 1%", cuenta el presidente de Ecuador Tradición y Cultura.

"El problema [prosigue] es que la Corte Constitucional está todavía en manos del gobierno anterior". Por poco tiempo..."Tras las elecciones del 3 de febrero, saldrán de la Corte Constitucional todos aquellos cargos que aún conservan el marchamo correista. En ese momento, presentaremos un escrito ante el tribunal solicitando la derogación de la consulta. Al mismo tiempo, nos reuniremos con el presidente y el ministro de turismo para presentarles los informes y estudios económicos en los que hemos estado trabajando. De tal forma que nuestra acción jurídica se vea reforzada por la presión del Ejecutivo sobre la Corte Constitucional", explica Bladimir Bernys.

A diferencia de lo ocurrido en Cataluña, la ejemplarizante triada empresa-gobierno-afición tendrá la fuerza suficiente acabar con la pantomima censora de los animalistas en caso de que el alto tribunal ecuatoriano dé una respuesta favorable: "La Corte Constitucional tiene un plazo de 90 días para resolver. Así, si presentamos el recurso en febrero, esperamos tener una sentencia en el mes de mayo, que de ser favorable podríamos ejecutar pasados 90 días. Por tanto, si todo sale según lo esperado, celebraremos una corrida por la libertad entre los meses de agosto y septiembre, para oficializar el regreso de la lidia completa a Quito, y Citotusa comenzará a estructurar los carteles para que la Feria de Jesús del Gran Poder vuelva a celebrarse en diciembre 2018", concluye Bladimir Bernys, pieza clave de una de las lides en pro de la libertad más sólidas y sensatas de la historia reciente del toreo. / Diario EL MUNDO de Madrid

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